Confían en que se desacelere la inflación en el segundo semestre: las razones

 


Un análisis privado advirtió, no obstante, que con el 3,3% informado en

mayo por el INDEC, el costo de vida promedia 4,1% en el último trimes

tre y por ahora deja una "inflación anualizada del 61,4%". 

La inflación podría desacelerarse en el segundo semestre del año y "pe

gar la vuelta", por la estabilización de precios internacionales, el con

gelamiento de tarifas y la menor emisión y devaluaciones del Banco

Central, según un informe privado.

En su reporte semanal, la consultora Marangoni & Rodríguez Asociados

 indicó que el costo de vida, "si bien continúa en niveles muy altos y 

lejos del avance de los salarios, podría comenzar a pegar la vuelta, lue

go de lo que fue el pico de abril con un 63% trimestral anualizada". 

"Podría mostrar una desaceleración parecida a lo que fue la de 2020, si 

los números de inflación comienzan a tener un 2 en vez de un 3 adelan

te", sostuvo el informe.

Al enumerar las causas de una posible desaceleración, la consultora 

señaló que los precios internacionales "parecen haberse estabilizado

 en los niveles actuales y dejarían de meter presiones por el lado ali

menticio y los costos de la ganadería".

"Los precios regulados no presentarían incrementos en lo que resta 

del año luego de las leves correcciones, sobre todo teniendo en cuenta

 que ya estamos entrando en un contexto electoral y el Gobierno lo 

quiere transitar con tarifas cuasi congeladas", señaló informe. 

El trabajo explicó que también que ayudaría a la desaceleración que el

 tipo de cambio "ya corre al 1,5% mensual y comienza a atrasarse res

pecto de la inflación, y se le suma una mayor prudencia monetaria y

 mayor coordinación en el mercado de deuda por parte del BCRA y el 

Ministerio de Economía".

El análisis advirtió que "con un 3,3% informado en mayo por el INDEC,

 el costo de vida promedia 4,1% en el último trimestre y por ahora deja 

una inflación anualizada del 61,4%". 

No obstante, el informe advirtió que "más allá de este alivio en el IPC

 de mayo, la pauta anual inicial en torno al 30% anual del Presupuesto 

es absolutamente irreal".

La consultora pronosticó una inflación para junio de entre 2,5% y 3%.

Y estimó una suba acumulada del 16% en el segundo semestre, con

 un promedio de 2,2% mensual, llegando al 45% anual, 16 puntos por

 encima de los proyectado por el Ministerio de Economía.

Proyectó, además, que los precios de los alimentos podrían volver a 

ubicarse por debajo del IPC general en los próximos meses, si el go

bierno arriba a un acuerdo con el sector ganadero y logra superar el 

conflicto actual provocado por el cierre de exportaciones de carne 

durante 30 días.

Escrito por 
Buenos Aires, NA

Como Lázaro y con Manes , el radicalismo se prepara para una nueva resurrección

 


Con el neurocirujano Facundo Manes como catalizador, los radicales

 podrían competir, y hasta ganar, contra Santilli en la PASO de Juntos por

 el Cambio. Jorge Macri, Lilita Carrió y Bullrich, ¿aliados externos? La 

frase de Mauricio Macri que los sublevó: “Los radicales son un re-lastre”.

En la tradición judeo-cristiana la resurrección de Lázaro de Betania a 

cargo de Jesucristo es uno de los “milagros” más poderosos. Incluso 

es una de las historias más populares en los Evangelios (San Juan 11). 

Sin ser profanos, en una apretada síntesis para twitter podríamos resu

mirlo así: en una de sus visitas a la casa de Lázaro, Jesús llega cuando 

el dueño de casa ya había muerto hacía cuatro días. Y conmovido por el

 dolor de la hermana y la esposa del difunto, Jesús hace abrir el sepulcro 

y a una orden suya (“Lázaro, ven afuera”), el muerto resucita y sale con las 

manos y los pies vendados.

Mil novecientos años después el poeta romántico Gustavo Adolfo Becquer

 resignificó la historia y escribió en su poema El Arpa: “Y una voz, como

 Lázaro espera/que le diga levántate y anda”.

De ahí en adelante, cualquier hecho en apariencia “milagroso” o que impli

que una resurrección o vuelta a la vida después de estar sin ella, es conec

tado a la historia bíblica de Lázaro.

Lo paradójico del caso, es que el “Lázaro” político en cuestión es la Unión

 Cívica Radical, el partido político más laico y anti confesional de la Argen

tina. Por marca de agua de origen -sus padres fundadores Leandro N. Alem 

e Hipólito Yrigoyen fueron reconocidos masones-, y por tradición partidaria

, el radicalismo siempre encarnó el laicismo como una de sus banderas

 irreductibles.

A la UCR la dieron por muerta y sepultada después del golpe cívico-militar

 de 1930, y sobrevivió a más de una década de proscripción abierta y

“fraude patriótico” de la alianza entre los viejos conservadores y el ala

 más fascista del llamado “Partido Militar”. Con la irrupción vertiginosa 

de Perón y Evita en la historia política argentina, la UCR protagonizó su

 segunda resurrección, encarnada en la figura mítica del bloque de “los 

44” diputados nacionales que siempre se “autopercibieron” (para usar 

un modismo new age) con la resistencia al “Régimen” peronista.

En el devenir histórico, la Revolución Libertadora que prometía borrar de

 la existencia a Perón y sus herederos también incluyó a la UCR entre los

 proscritos. Sólo que tres años después, cuando se vio obligada a abrir el

 juego a una democracia condicionada (no permitió que participara el pe

ronismo), el radicalismo se encontró como la única vía de expresión demo

crática de carácter popular. Y desde 1958 (triunfo de Arturo Frondizi) has

ta 1966 (caída de Arturo Illia), la UCRI y la UCR del Pueblo dieron a luz 

dos turnos presidenciales, demostrando la vigencia del ideario radical.

En los siguientes diecisiete años, el radicalismo fue más Lázaro que nunca

 antes. Al golpe del general Onganía sobre el debilitado gobierno de Arturo

 Illia, le sucedió una verdadera convulsión: el advenimiento del proyecto 

nacionalista católico de Onganía, el surgimiento y consolidación de grupos

 radicalizados del peronismo y la extrema izquierda, el regreso de Perón a 

la Argentina, su arrollador triunfo electoral y su muerte el 1 de julio de 1974

, el bizarro mandato de Isabel Perón y el abierto enfrentamiento armado en

tre la derecha peronista organizada alrededor de la Triple A del maquiavéli

co López Rega, y la crisis institucional que desembocó en el golpe militar

 más violento y trágico de la historia.

Y al derrumbe de la barbarie del auto llamado Proceso de Reorganización

 Nacional le faltaba un acto definitivo: la guerra de Malvinas y una derrota

 a manos de las tropas inglesas comandadas por Margaret Thatcher. Y de

 fondo, una extraordinaria crisis económica producto de haber tomado 

una deuda externa como nunca antes en su historia la Argentina había 

contraído.

Con un país en el fondo del mar, fue otra vez el radicalismo el que se mos

tró como la opción más confiable para la mayoría del electorado. La caris

mática figura de Raúl Alfonsín y su atractivo eslogan de venir a enfrentar

 una entente sindical-militar, arrastró la simpatía de millones de jóvenes 

que nunca habían votado antes. En diciembre de 1983, la UCR tocó el 

cénit de su popularidad en casi cien años de existencia. El extraordina

rio triunfo de Alfonsín con el 52% de los votos en la primera vuelta opa

có las hazañas electorales de Yrigoyen en 1916 y 1924. Alfonsín consi

guió lo que parecían dos misiones imposibles: derrotar al peronismo 

en elecciones “limpias” e inaugurar el período de continuidad democrá

tica plena (con recambios de gobierno por parte de la oposición) más

 prolongado de la historia argentina.