sábado, 6 de agosto de 2011

SI LO DICE CLARÍN/ Todo es culpa de Cristina


Cristina y Grondona en agosto de 2009/Por: Pablo Llonto. La escena fue más o menos así: Cristina tomó en sus manos el fixture de Primera. Colocó  a su lado el fixture de la B Nacional. No podía creer lo que estaba viendo. River vs. Deportivo Merlo. Boca vs. San Martín. Se dirigió a una laptop ultraveloz, de esas que sólo se consiguen en Balcarce 50 y deslizó sus dedos hasta dar, una por una, con las páginas que se dedican a la información y opinión millonaria. Leyó los correos de los hinchas donde abundaban las puteadas a su gobierno.
Le dedicó, luego, cinco minutos a las inquietantes páginas de Olé donde bramaban los fanáticos de los clubes que se fueron al descenso y, dos o tres minutos después se preguntó: ¿qué hubiese hecho Néstor? Fue allí cuándo se le ocurrió el Plan: salvar a River de una agonía eterna en las divisiones menores, mejorar el humor popular, darle una mano al Chacarita de Barrionuevo, con quien reanudará las alianzas pejotistas, al Gimnasia de su madre, al Quilmes de Aníbal Fernández, al Central de Fito Páez y, de paso, evitar que un futuro descenso de Boca acorde su mandato. 
Vino entonces el proyecto de Nuevo Torneo Argentino del que todo el periodismo deportivo está  hablando desde hace más de una semana, sin saber bien cómo y de quién ha sido esta genial idea.
La tapa de Clarín, en cambio, nunca fue tan acertada. El miércoles 27 de julio nos contó a todos los argentinos: “La AFA cambió los torneos por una orden del Gobierno”. Seguro que los siempre atentos buscadores de primicia la tenían hace rato y no la querían largar para no entorpecer los días previos a la campaña electoral de la Ciudad. 
Por supuesto, los dirigentes del fútbol argentino nada tienen que ver con esto. Hartos de recibir amenazas de la Cámpora, de la Juventud Sindical, de Carta Abierta, del montonerismo residual y de seis o siete u ocho ex combatientes del PRT, resolvieron acatar las órdenes de la Rosada y, pese a que no les gusta nada, apoyaron la idea de tratar en una Asamblea un experimento tan raro como perverso.
Grondona también debió  agachar la cabeza y reclinarse ante la orden de la mujer más poderosa del país. 
Es tal el grado de genuflexión de la dirigencia nacional que uno de los hijos de Julio Grondona, llamado Julio Grondona y actual presidente de Arsenal, admitió que al leer la última columna de Hipercrítico.com (“Que se vayan todos (los dirigentes) ”) se sintió reflejado y por eso declaró el 26 de julio pasado al programa Un buen momento: “Nosotros le hemos manifestado al presidente que se tendrían que ir todos. No para mí solamente, sino para la Comisión de Selecciones. Mi hermano también se tendría que ir. Hay que empezar de cero”.
Un lector de estas páginas exhibe, a los gritos, su convencimiento de que los medios del grupo Clarín son implacables contra la dirigencia de AFA.
Es evidente que las cosas se están poniendo locas en la Argentina.
Lo está diciendo todo el mundo en estas horas, cuando un ex dirigente de fútbol que ha triunfado ampliamente en las elecciones comunales, amplifica las esperanzas de un país que vire al Primer Mundo. Justo reconocimiento a quien, desde la presidencia de Boca, combatiera con tanta firmeza y fiereza al manejo mafioso de Julio H. Grondona (padre).
Pobre Grondona, ya no es el de antes. 

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