martes, 3 de enero de 2012

Heyn: La justicia uruguaya insiste con el accidente erótico, pero en su entorno hay dudas

La justicia y la policía uruguayas con los resultados de las pericias forenses solicitadas por el juez penal Homero Da Costa, llegaron a una conclusión preliminar: la muerte del economista Iván Heyn fue un hecho accidental mientras el funcionario practicaba una masturbación extrema. Pero en el entorno del economista siguen las dudas y las objeciones a la investigación.
Fuentes judiciales y policiales consultadas por el diario Clarín informaron que las pericias confirmaron que Heyn fue tenía su cuello dentro de un cinturón y la punta de éste estaba atada a la barra del placard que está 1.70 metros de altura. La parte superior del cuerpo de Heyn estaba dentro del placard con la cola a pocos centímetros del piso y las piernas fuera del placard, extendidas en forma paralela a la puerta de entrada.

El comisario de la 1 era., Gustavo Porro, junto a un oficial de guardia, fueron unos de los primeros en llegar al lugar del accidente. “Lo que saltaba a la vista enseguida era que no había habido violencia ; impresionaba como un suicidio, pero había cuestiones que no eran normales en un acto de este tipo”, dijo a Clarín Porro.
Después llegaron otros actores fundamentales para la investigación del caso. El juez Da Costa; el médico forense, Domingo Perona; y el inspector Juan Carlos Vázquez, de policía técnica.
Estos dos últimos encontraron rastros de semen seco (presumen que la muerte se produjo una 6 o 7 horas antes de hallar el cadáver) en las piernas (el cuerpo estaba limpio, ya que se había bañado minutos antes de empezar el juego autoerótico) y en la moquette de la habitación. Luego se halló en el baño de una prenda femenina íntima (sin utilizar y aún con la etiqueta de compra). Las fuentes suponen que podría haber servicio de estímulo. Estas pistas abrieron la idea de un juego autoerótico que devino en un accidente.

El juez Da Costa expresó: “Si llega a haber semen de otra persona, nos complicaba la historia, ya que ahí tengo que empezar a indagar quién entró a la habitación”. Pero no había semen de otro y la habitación había sido cerrada por dentro.
Según aseguró una alta fuente policial, ya se descartó totalmente la presencia de otra persona en la habitación de Heyn. La fuente expresó también que el análisis del contenido estomacal, que siempre suele realizarse en casos de este tipo, dio que Heyn no había ingerido, en el momento u horas antes, ni alcohol ni drogas.
En tanto, las pericias practicadas por policía técnica a la notebook y al celular de Heyn, que según la fuente policial podría haber colaborado para dar un veredicto final en caso de alguna carta o mensaje como la que escriben los suicidas o presentara alguna pista que derivara a otra hipótesis de su muerte, no arrojaron ninguna información que llevara a afirmar, sin margen de dudas que se estaba frente a un suicidio.

Las dudas

Este punto sin embargo es uno de los que encendió alarmas entre los allegados al economista consultados por LPO. “¿Cómo es posible que el juez entregue la notebook y el celular al gobierno argentino un día después del hecho porque dice que “copió” el contendido?”, se preguntaban, para agregar: “Eso no es serio”.
Como se sabe esas pertenencias fueron entregadas a personal de la Cancillería argentina que a su vez se las dio a la presidenta Cristina Kirchner quien las devolvió a los familiares de Heyn.
Allegados del economista lamentaban que la familia no se hubiera presentado como querellante en la causa, una manera de poder ejercer un mejor control d ela investigación.

Mientras que la presencia de semen no sería una prueba concluyente ya que no son pocos los casos de ahorcados que tienen erecciones y hasta eyaculan. De hecho, la práctica sexual aludida comenzó en la edad media cuando se empezó a observar este tipo de reacción entre los ahorcados.
Mientras que la presencia de una prenda femenina es un elemento casi banal ya que Heyn la podría haber adquirido para regalar o incluso sería muy fácil –eventualmente- que alguien la dejara en la habitación. En todo caso la policía debería investigar si efectivamente el economista compró esa prenda, si lo vieron en alguna lencería o la compra figura en el resumen de su tarjeta de crédito.
Mismas dudas que genera el ahorcamiento del economista cuando tal como se revela en la propia crónica de Clarín, llegaba largamente al piso –medía 1,85 metros y el caño del placard estaba a 1,70 metros-, de manera que no se termina de entender como no pudo evitar el desenlace por el simple expediente de pararse.
En los próximos días, el juez terminará de recibir las pericias que solicitó y seguramente se conocerá oficialmente la conclusión final sobre la razón de la muerte del economista de La Cámpora.

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