martes, 1 de mayo de 2012

Día del Trabajador, ¿qué celebramos y por qué?


  
Día del Trabajador.
Todos los 1° de mayo celebramos el Día del Trabajador. Quizás muchos ya sepan por qué esta fecha es una de las más importantes del año y que nos permite quedarnos en casa y descansar (en la mayoría de los casos).

Sin embargo, algún lector distraído no conoce la verdadera historia de este feriado y qué mejor ocasión que esta para recordárselo.

El Día del Trabajador nació en París en 1889, por un acuerdo en el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, que buscaba recordar la lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago.

Los Mártires de Chicago fueron un grupo de sindicalistas anarquistas ejecutados por el gobierno de los Estados Unidos por su participación en las medidas de fuerza implementadas para lograr una jornada de 8 horas laborales.

Para ello, el 1° de mayo de 1886 iniciaron una huelga que tuvo su punto más fuerte tres días después. El 4 de mayo se llevó a cabo la Revuelta de Haymarket, donde más de 20 mil trabajadores marcharon por las calles de la ciudad y fueron violentamente reprimidos, dejando un saldo de numerosas muertes y decenas de heridos.

Paradójicamente, en los Estados Unidos no se celebra esta conmemoración. En su lugar, se festeja el Labor Day el primer lunes de septiembre desde 1882, puesto que el presidente de aquel entonces, Grover Cleveland, temía que si celebrase en mayo, se reforzaría el movimiento socialista en los Estados Unidos.

Del modo que sea, el Día del Trabajador es una oportunidad para descansar y siempre mantener presentes los derechos laborales, recordar a quienes lo arriesgaron todo para lograr una sociedad más justa, en la que aún prevalece la opresión del más fuerte sobre el débil, la mala distribución de la riqueza, e innumerables otras falencias.

A pesar de eso, siempre hay que tener en cuenta lo que bien dijo el general Juan Domingo Perón, quien resultó ser una bisagra en la historia argentina en relación a los trabajadores de los más bajos estratos sociales, “el trabajo dignifica al hombre”, y eso, nunca hay que olvidarlo.

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