jueves, 24 de mayo de 2012

Diputados del FpV, parados en un barril de pólvora



Con la trabada reforma de la Ley Impositiva como contexto principal, la bancada oficialista de la Cámara baja cruje, y ubica en el centro de la tormenta a su conductor. ¿Por qué algunos piensan sacar a Juan De Jesús de la comandancia del bloque?. Reacciones y operaciones
Desde que Daniel Lorea, Secretario de Relaciones de la Cámara de Diputados, expresó que la fórmula para destrabar la estancada negociación por la Ley Impositiva estaba en la posibilidad de un decreto del gobernador, lejos de mejorarse, la situación interna del oficialismo en la Legislatura está parada en un barril de pólvora. Y en el centro del mismo se encuentra el jefe de bloque, Juan De Jesús.

Si la tirantez entre los variados sectores del kirchnerismo era ya indisimulable, en la última semana se sacaron todos los trapitos al sol. Sabido es el desconcierto interno que generó la ya célebre frase de Gabriel Mariotto referida a que en su gestión se terminó el presunto tráfico de valijas de administraciones anteriores. Para la Cámara de Diputados fue un golpe bajo cuando se trataba de convencer a un sector de la oposición para alcanzar el quórum que permitiera convertir al proyecto en Ley.

Sin posibilidades de cerrar el acuerdo, surgió la posibilidad del decreto, insólitamente impuesta por el propio Ejecutivo en la Ley Impositiva vigente, votada en diciembre de 2011. La historia que vino después es conocida: Horacio González, presidente de la Cámara, y el vice José Ottavis corrieron a charlar el asunto con el Jefe de Gabinete de Scioli, Alberto Pérez, quien negó la posibilidad de esa salida. Ottavis reportó las novedades a Nación, y en la Rosada entendieron rápido que era la fórmula para hacer pagar un costo político a Scioli. De hecho, el gobernador está cada vez más encerrado y a cambio de seguridad económica que le permita pagar sueldos y aguinaldo, pagaría el costo y rubricaría el decreto para exigir luego una ley que reestablezca base imponible y alícuotas, facultad sólo competente a la Legislatura. Dicen que el próximo martes es el día clave al respecto.

Mientras tanto, y más allá de lo que finalmente suceda con la mentada Ley Impositiva, la situación del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara baja es muy complicada como para volver a encuadrar la tropa.

Juan De Jesús sorprendió al reconocer que las frases de Mariotto “empiojaron” la negociación en Diputados. ¿Reaccionó tarde? No, reaccionó en un arrebato propio de la defensa humana y el apuntado fue Mariotto porque era el caso que tenía más a mano. El problema para De Jesús son las furibundas operaciones que nacen en su propio bloque y que buscan desplazarlo de la presidencia del mismo.

Además, parece que De Jesús ya no se sentiría tan protegido por un sector del kirchnerismo, que en su momento fue clave para que él ganara la presidencia de la bancada. De otra manera es difícil explicar la reacción apuntando tan directamente al vicegobernador.

Demás está decir que juega adentro de Diputados también la interna nacional que divide aguas entre Amado Boudou (a quien responde el ex intendente de La Costa) y Florencio Randazzo (a quien responde un grupo de 7 legisladores). 
Desde el sciolismo, principalmente desde el viperino twitter del senador Alberto De Fazzio, también se fustigó al responsable del bloque, sobre todo después que De Jesús saliera a respaldar la teoría del decreto. En este sentido, el diputado dio una señal clara de alineamiento con el deseo de la Rosada, y del kirchnerismo poco amigo del Gobernador. ¿Le alcanzará para capear el temporal? Puede ser, pero nada es seguro en un mar tan turbulento. Jugará un rol fundamental La Cámpora y la certeza de que hacia fuera cambiar en medio de la travesía sería una mala señal.

A un grupo de legisladores, entre los que se encuentran algunos diputados sin referencia clara hacia arriba, la trabada negociación por la Ley Impositiva les vino como anillo al dedo. Se encargan ahora de hacer que el viento no se calme. “A río revuelto…”.

El nivel de movimientos y chismes internos lleva incluso a dar nombres, por si efectivamente hay un viraje en la conducción del bloque. “El Chino Navarro podría tener consenso”, dicen unos. “El Chino se prueba el traje, pero si hay una nueva discusión no va a terminar siendo él”, señalan otros. Es sólo una muestra de cómo se especula y actúa en busca del mejor rédito para cada uno de los mil pedacitos que forman el tapiz K en la Legislatura.

A favor de De Jesús habría que señalar el infortunio del diputado de tener que manejar una bancada donde cada una de las partes se muestra casi independiente, reporta a diferentes jefes, en algunos casos enfrentados entre sí, y está acuciada por una definición demasiado anticipada en el tiempo. Hay quienes alegan falta de cintura para amalgamar todas esas voluntades y evitar el traspié ya insalvable de la demora en la votación de una Ley clave del Ejecutivo. ¿Pero cómo se amalgama cuando algunas de las propias partes actúan con intención perjudicial hacia quien convinieron que los condujera en la Cámara?.

Difícil, muy difícil. Tan difícil como llegar a un acuerdo por una nueva autoridad, por más que quien decida esté sentada frente a la Plaza Colón.

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