martes, 20 de noviembre de 2012

Cristina: "A mi no me corre nadie, menos con amenazas, patoteadas o matones"



“Hoy no fue una huelga ni un paro, ni siquiera un piquete, apenas fue un apriete y una amenaza”, afirmó enojada la Presidenta durante la celebración de la Vuelta de Obligado, en San Pedro. "Me voy a bancar lo que me tenga que bancar", afirmó desafiante, luego de calificar de "matones" a los sindicalistas.
Cristina Kirchner aprovechó los festejos por el Día de la Soberanía en el futurista monumento por la Vuelta de Obligado en la ciudad de San Pedro, para descargar su fruria contra los sindicalistas que le hicieron su primer paro nacional. 

Muy enojada y por momentos al borde de las lágrimas, se mostró desafiante y le quitó toda legitimidad al reclamo, al punto de ni siquiera reconocerlo como un paro. "Hoy no fue una huelga, ni un paro, ni siquiera un piquete, apenas un apriete o amenaza", afirmó.

Y luego de bromear con su jefe de Gabinete: "Perdoname Juan manuel se que hablaste de piquetes", se encargó de contradecir esa idea, porque dijo, los verdaderos piquetes son aquellos que se hicieron en Cutral Co en la decada de los 90. Y festejó que el líder de aquellos levantamientos "hoy es el intendente de esa ciudad".

Su énfasis en ese punto pareció revelar la principal molestia de CRistina: la estrategia de Hugo Moyano y Pablo Micheli de suplir con piquetes en todos los accesos a la Capital la no adhesión de los emdios masivos de transporte, fue exitosa.

"El derecho de huelga es sagrado, pero también es sagrado que el trabajor decida que quiere hacer", subrayó y recordó que "mi mamá era secretaria General de un gremio y le tocó convocar muchas huelgas, pero nunca contra la voluntad de los trabajadores".

"La voluntad de los trabajadores no puede ser dominada por nadie", insistió, para luego descargar sus frases más duras contra los líderes d ela medida de fuerza.

Comentó que por la mañana prendió la televisión "como hago todos los días, mientras trabajo en mis papeles" y se sorprendió al ver que habían roto vidrios del bar Tortoni de Avenida de Mayo, "que no es un bar es un museo", puntualizó.

Para luego apuntar a Luis Barrionuevo, el líder de los gastronómicos, gremio que supuestamente se molestó con el Tortoni porque permaneció con sus puertas abiertas pese a estar a metros de la sede que lidera el ex senador por Catamarca.

"Pero claro, la gente que rompió esos vidrios es la misma que me atacó a huevazos", recordó Cristina que detalló el escrache que sufrió en el 2002 en Catamarca cuando hacía campaña por su marido.

Recordó que durante un acto al atarceder recibió tres huevazos "que me aparte del pelo con la mano y seguí hablando" y de inmediato "empece a recibir llamados de Néstor que lo había visto por televisión y estaba muy preocupado".

Contó que cuando finalmente habló con su marido Kirchner le dijo: "menos mal que no me pasó a mí, porque ahí se acababa mi carrera presidencial, porque yo me bajaba y los agarraba a trompadas".

"Soy una mujer y no me agarro a trompadas, me voy a bancar lo que me tenga que bancar", dijo y agregó desafiante: "A mi no me corre nadie. Mucho menos con amenazas, patoteadas o matones.

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