jueves, 15 de noviembre de 2012

Intendentes a la defensiva



Cuáles son los alcaldes del Conurbano que necesitan un triunfo en las elecciones de 2013 para no poner en riesgo sus concejos. Las estrategias para lograrlo, mientras aparecen preocupaciones por el pedido de la Rosada para incorporar en las listas a otros sectores K
Barones al fin, su prioridad es conservar el territorio y no poner en riesgo la tranquilidad de sus gobiernos. Entienden que por ese objetivo todas las estrategias son válidas, aun cuando deban gambetear decisiones superiores y recurrir a salidas salomónicas rayanas con la traición.

En el mundillo de los intendentes sobran antecedentes de poner huevos en nido propio y ajeno, o de ser dueño de dos nidos, para hacer empollar por distintas vías la mayoría en los concejos deliberantes.

Confesó alguna vez un ex candidato a Gobernador no oficialista que “si yo puedo caminar con libertad las calles de Merlo es porque con Othacehé está todo bien”. Algo de este juego despertó la ira de Mario Ishii tras las legislativas de 2009, cuando muchos jefes comunales sacaron más votos que la lista de diputados nacionales encabezada por Néstor Kirchner. “Voy a salir a cazar traidores”, amenazó el por entonces alcalde de José C. Paz. El anuncio nunca se materializó en los hechos.

¿Puede pasar lo mismo el próximo año? Como ya se ha dicho en estas páginas, el presente tiene cierto déjà vu respecto de aquellas elecciones de medio tiempo en las que el kirchnerismo experimentó su única derrota desde que gobierna el país. Hay matices y actores nuevos, pero nunca se perderá ese espíritu conservacionista propio del ser humano, exacerbado en los mandatarios del Gran Buenos Aires.

Los intendentes oficialistas cuidan las formas en público y evitan cualquier declaración irritante para la Casa Rosada. De todos modos, vislumbran señales inquietantes, como los mensajes tendientes a evitar internas en 2013, ya que deberán dejar lugar en la nómina de concejales para los muchachos de La Cámpora y otras expresiones ultra K.
Son realidades diferentes las del Conurbano norte y las del Conurbano Sur, como también lo son las del primer cordón (pegado a Capital) y las del segundo y tercero.

Quienes están al frente de distritos con mayores urgencias sociales (sur y segundo cordón) no se mostraron preocupados por los cacerolazos del 8N “porque son minorías”, aunque “nunca hay que dejar de escucharlos, ni irritarlos, como hicieron algunos funcionarios luego de la marcha de septiembre”, co-mentó a La Tecla un intendente del Conurbano profundo.

Tampoco aparece como un problema hoy en estos distritos la caída en la imagen de la Presidenta. “En el segundo cordón Cristina se mantiene por encima de los 50 puntos”, adujeron dos caciques de la zona.

En el norte y en algunos municipios contiguos a la Ciudad de Buenos Aires estas dos circunstancias son observadas de otra manera y se les presta mayor atención.

Aparece una tendencia en el electorado a inclinarse por un voto opositor en 2013. Una encuesta realizada por la consultora MB2 (cuyos datos se publican en páginas subsiguientes) arrojó que en el Conurbano el 38,83% votaría hoy por la oposición, mientras que el 25,24% lo haría por el oficialismo. Queda casi el 35% de indecisos, donde habría más voto culpa que voto bronca. Es una luz amarilla, pero no el principal dolor de cabeza para la mayoría de los intendentes. La dispersión de los demás partidos y la cantidad de indecisos, los tranquiliza.

Listas
En estas páginas se repasa la situación de los cuerpos deliberativos donde los gobernantes locales poseen un número ajustado o están en minoría. Necesitan un triunfo en las legislativas de 2013 para evitar riesgos.

En algunos casos, la cantidad de bancas que responden a los alcaldes puede verse disminuida por la ruptura de relaciones entre el Gobierno y Hugo Moyano, quien en 2011 logró imponer algunos nombres para las nóminas de concejales.
Aparecen dos realidades bien diferentes. Por un lado se ubican los dispuestos a negociarlo todo con tal de tener mayoría de ediles, porque en sus distritos hay al menos un armado opositor fuerte. Por otro lado, aquellos que, aseguran, tendrán una posición in-transigente para defender sus listas locales.

En el primero de los casos están algunas comunas de la zona sur. Por ejemplo, un alle-gado a Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda, dijo: “Si nos piden todo, se lo tene-mos que dar; acá, lo que necesitamos es ga-nar y que el gobierno no habilite otra lista”.

En cambio, la mayoría reconoce por lo bajo que se negarán cuando llegue la orden de dar lugar a otros espacios K. El principal foco de atención está puesto en La Cámpora.

“Si no nos dejan la lista local para nosotros solos, se pudre todo”, anticipó un mandamás de la Tercera sección al que nadie catalogaría por fuera del kirchnerismo. “Si quieren lugar, tienen que ir a internas, a las listas las armamos nosotros; a mí, en el 2009 no me metieron gente y terminaron en la de Ishii”, agregó.

Quienes están convencidos de que la nómina local es de su propiedad, ven como única salida las elecciones primarias. “Todos los intendentes han tenido internas, y en algunos distritos hasta hubo varias listas; ¿cuál es el problema de que las haya ahora, sobre todo cuando está la ley de las Paso?”, vociferó ante La Tecla uno de la Primera. También de la región norte partió la advertencia de que “La Cámpora y todos tienen el derecho de ir a internas, pero no me van a pedir que meta en mi lista uno de Nuevo Encuen-tro”. Igual expresión utilizaron otros para referirse al armado juvenil o a los sectores sociales.

En algunos casos el reclamo excede incluso la cuestión distrital. “Las listas seccionales siempre fueron nuestras y del Gobernador, y resulta que ahora las quieren armar todas ellos (por la Rosada); si nosotros no tenemos lugar ahí, ¿por qué vamos a aceptar que también nos ocupen la de concejales?”, fue la re-flexión de uno de los administradores municipales de segundo mandato. Los jefes comunales allegados a Sergio Massa tampoco están dispuestos a abrir sus nóminas a Unidos y Organizados.

La estrategia de pedir internas obedece a que para entrar en la grilla de candidatos que competirá en la elección general, quienes se presentan en internas (según la Carta Orgánica del PJ, por la que se rigió hasta ahora el FpV) deben superar un piso del 25% de los votos; más elevado que la base necesaria para conseguir una banca en el Concejo en los comicios generales.

Los intendentes están atentos para repeler cualquier intento de socavar su poder. Los meses venideros serán de mucho estudio, y quizá también de aplicación de viejas tácticas que conocen muy bien.

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