domingo, 16 de septiembre de 2012

OTRA MIRADA La alegría de la inclusión y el enojo de cacerolas



La protesta del jueves. ¿Hasta qué punto la manifestación opositora representó el humor social? Distintas encuestas indican que el 50% de la población aprueba la gestión del Gobierno y piensa que su situación mejorará.
El nivel de convocatoria que tuvo el cacerolazo del jueves pasado fue importante. La protesta fue armada vía internet por distintas organizaciones “virtuales”, varias de ellas macristas, y luego los medios de comunicación masivos hicieron su aporte. La discusión futbolera sobre cuánta gente estuvo en Plaza de Mayo, 12 mil, 30 mil, 50 mil, no tiene demasiado sentido a la hora de evaluar los efectos políticos de la protesta. Uno de los dirigentes políticos que más exultante estaba al día siguiente era Mauricio Macri. Dijo: “El pueblo nos marcó que empecemos con las soluciones a los problemas”. El líder del PRO no será el primer ni el último político que presente a un sector de la sociedad como “el pueblo” en su conjunto. Es una maniobra discursiva habitual, que viene al dedillo para disparar el interrogante central de esta nota: el estado de ánimo de los argentinos, ¿es el que se vio el jueves en las calles de la Capital?
“La protesta fue importante, no hay dudas. Eso no quiere decir que sea representativa –le dijo a Miradas al Sur Ignacio Ramírez, de la consultora Ibarómetro–. Me parece que todavía es más ruido que otra cosa. Plantear que nació la oposición al Gobierno es una fantasía. En octubre del año pasado, el 46% de los votantes ya había elegido opciones que no eran el kirchnerismo.” Ramírez reforzó sus dudas sobre el nivel de representatividad de la protesta del jueves con datos concretos. Dijo que algunas de las últimas medidas del Gobierno, como la estatización del 51% de YPF y el plan de viviendas Procrear, “tuvieron un nivel de adhesión del 70%. Esto indica que son políticas con las que está de acuerdo mucha gente que no votó al oficialismo”.
Carlos Fara, consultor político, también habló con este semanario. Su visión no fue totalmente opuesta a la de Ramírez, pero tuvo matices. “El nivel de movilización fue significativo. Ese es un dato, teniendo en cuenta que no estamos en un año electoral. Ahora estamos en un momento en el que no es posible hablar de un humor social promedio. El sector que se manifestó el otro día está muy enojado con el Gobierno. Pero mañana podría haber una manifestación igualmente masiva de ciudadanos que están contentos.” Fara puso sobre la mesa las cifras de aprobación de gestión que tiene hoy el oficialismo. “Está rondando el 46%. Bajó un poco los últimos meses, pero sigue siendo muy alta.” Los indicadores de Ibarómetro sobre este punto son levemente más altos, ubican la aprobación de gestión en 50 puntos.
Hay otras cifras que sirven para indagar el humor social y que se han movido de modo más abrupto. Son las que analizan las expectativas. En este caso, es necesario un análisis minucioso y desglosado, ya que este indicador suele ser volátil y contradictorio. El año pasado, antes de las elecciones presidenciales, según las cifras de Fara y de Ibarómetro, alrededor del 65% de los argentinos creía que la situación económica sería igual de buena o mejor, en el futuro. Hoy, según Ibarómetro, ese indicador está por debajo del 49% y para Fara ha caído al 34%.
“Hay más preocupación por la situación económica –remarcó Ramírez, de Ibarómetro–. Algunos efectos de la crisis mundial se sienten y el crecimiento económico se desaceleró. También hay algunas políticas del oficialismo, la limitación para comprar dólares o el impuesto a las tarjetas de crédito que consumen en el exterior, que impactan en la vida cotidiana de algunos sectores de la clase media, media alta, y que generan mal humor. Estos sectores fueron centrales en la protesta del jueves.”
Sobre los elementos que influyen en las expectativas, hay un rasgo para tener en cuenta. Fara remarcó que además de los indicadores económicos, esta percepción se deteriora si la población siente que hay demasiadas tensiones políticas. “Si la opinión pública percibe un exceso de conflictividad se pone pesimista acerca del futuro económico. Por eso en 2008 la pelea con las patronales rurales impactó en las expectativas, a pesar de que la situación económica no era mala.”
Una breve reflexión al respecto: más allá de que el Gobierno y la oposición puedan disparar a veces tensiones innecesarias, los medios de comunicación del establishment suelen inflar hasta lo imposible cualquier cosa que ayude a construir la percepción de que los niveles de tensión política en la Argentina son intolerables. La operación mediática, se ve, apuesta a lesionar las expectativas.
Hay otro indicador que es contradictorio (clásicamente) con el anterior. Es lo que responden los encuestados cuando se les pregunta sobre su situación personal. “En ese caso –explicó Fara–, el 50% piensa que en el futuro inmediato le irá igual de bien o mejor. Es decir que la percepción sobre lo que viene no es tan mala como puede parecer en el indicador sobre la situación global.”
El dilema opositor. La protesta del jueves pasado también tuvo un impacto sobre las fuerzas políticas opositoras. “Nosotros tenemos que tomar nota de lo ocurrido. Existe un vacío. Debemos intentar representar y canalizar estas expresiones”, remarcó el diputado radical Ricardo Gil Lavedra. “Esto se parece al Que Se Vayan Todos. Nosotros debemos hacernos cargo también, no solamente quienes gobiernan”, señaló el líder socialista Hermes Binner. Un interrogante para los opositores que dejó flotando en el aire el cacerolazo es si el sector de la sociedad que no simpatiza con el oficialismo está esperando una oposición más dura.
“Sería un error pensar eso”, contestó Ramírez. Y sostuvo su afirmación recordando los resultados de la últimas elecciones, que por cierto fueron hace menos de 12 meses. “Esos datos sirven para hilvanar una idea del tipo de oposición que espera la mayoría de los que no votaron por Cristina Fernández. Hermes Binner, que tiene un estilo moderado, fue el que salió segundo. Los dirigentes que apostaron a una visión apocalíptica, como Eduardo Duhalde y Elisa Carrió, fueron castigados.”
Es necesario recordar que el espacio de Binner respaldó varias iniciativas del oficialismo en el período anterior. Entre otras la ley de medios y la reestatización de las AFJP. Además, a principios de este año, se encolumnó detrás de la nacionalización de las acciones de YPF. Es decir que el líder socialista no ha tenido una postura opositora porque sí.
“Las manifestaciones extremistas son más visibles –señaló Ramírez–. Eso no quiere decir que sean más representativas. Por eso es bueno no dejar de lado los datos que nos arroja la última elección.”
Fara completó este cuadro aportando los últimos índices sobre aprobación de dirigentes opositores a nivel nacional. Macri tiene 29% de imagen positiva, mientras Binner se acerca al 50. “La sociedad está fragmentada. No hay un referente que pueda representar al conjunto de la opinión pública opositora”, dijo el consultor.
También aportó otras cifras acerca de lo que la población supuestamente espera del espectro no oficialista. Dijo que el 36% sostiene que le faltan propuestas, que el 31% le pide que muestre más fuerza, y el 27% que se junten. “La sociedad es cambiante y contradictoria. Cuando se aliaron Francisco De Narváez y Ricardo Alfonsín fueron castigados en las urnas, así que hay que tomar con pinzas las demandas de unidad.”
Otro indicador que surge de las encuestas de Fara es que hay mayores niveles de polarización en la sociedad. “El 94% de los que dicen que votarán al Gobierno el año que viene aprueban fuertemente su gestión. El 86% de los que elegirán a un opositor la rechaza con vehemencia”, explicó el analista. “En la elección del año pasado no era así. En ambos casos la postura era más moderada. Había muchos encuestados que decían que iban a votar a Cristina aunque tenían críticas a su gestión. También había otros que elegían opositores y aprobaban varias cosas del Gobierno. Esto es algo que cambió.”
La polarización no es mala en sí misma. Sin embargo, es un dato que el oficialismo y los opositores moderados deberían observar, teniendo en cuenta los buenos resultados que obtuvieron en la última elección, cuando el escenario estaba menos polarizado.
Valores dominantes. Los niveles de aprobación de los dirigentes suelen ser volátiles, así como suben pueden bajar y volver a subir. Pero hay otros datos que se mantienen en el tiempo, que muestran el sentido común dominante en una sociedad. En los últimos años, un indicador que se mantiene estable, según las encuestas de Fara y de Ibarómetro, es que la mayoría de la población aprueba un alto nivel de intervención del Estado en la economía. El dato quizás sea una consecuencia lógica del brutal fracaso que el neoliberalismo tuvo en la Argentina. Para los analistas que hablaron con este medio, este “sentido común dominante” juega a favor del kirchnerismo.
“Es un indicador central –señaló Ramírez–. El 70% respalda una fuerte intervención del Estado en la economía. También es por eso que a los opositores les cuesta montar un discurso alternativo que se diferencie con claridad del oficialismo. No pueden alejarse tanto de esta opinión mayoritaria.” Fara coincidió son su colega. “Con las últimas medidas hay un poco de recelo. Pero en términos conceptuales, hace años que la población piensa que es bueno que el Estado intervenga fuertemente en la economía.”
El cacerolazo del jueves seguirá disparando lecturas. Los que ven la posibilidad de capitalizarlo, como Macri, atribuirán su masividad a la supuesta arbitrariedad del Gobierno. El cronista arriesga otra hipótesis: este año la economía argentina frenó su nivel de crecimiento, como pasó en el 2009, cuando el kirchnerismo tuvo una caída en sus niveles de adhesión. No es un dato nuevo que la mayoría de clase media rechaza al peronismo, y tampoco que su humor cambia según cómo se mueva la economía. Y todo indica que el próximo año la Argentina volverá a crecer. Veremos qué pasa entonces con las cacerolas.

Las huellas de Néstor Kirchner en Venezuela


Por 
 Eduardo Anguita

31/12/2007. Kirchner flanqueado por balza, más atrás Taiana y Marco Aurelio García. (FELIPE YAPUR).
El 31 de diciembre de 2007, Néstor Kirchner cumplía tres semanas de haber dejado la Presidencia de la Nación. Ese último día del año, por la tarde, vestía sus clásicos mocasines negros y vestía una camisa verde clara con bolsillos y charreteras que hacía juego con unos pantalones livianos. Muy para la ocasión de lo que había sido su primera misión internacional por su propia voluntad. Se trataba del Operativo Emmanuel, tal como el venezolano Hugo Chávez había bautizado el intento de que las Farc liberaran una cantidad de secuestrados colombianos, entre los que se encontraba un niño, Emmanuel, hijo de Clara Rojas y uno de los guerrilleros del movimiento armado más antiguo de América latina que todavía estaba en pie. Chávez contaba con la mediación de una senadora colombiana, Piedad Córdoba, y de la mayoría de los familiares de los colombianos –militares y dirigentes políticos– que estaban en manos de las Farc. Pero el astuto presidente colombiano Álvaro Uribe no veía peligrar su frente interno siquiera con un intento pacifista y humanitario como el del Operativo Emmanuel. Uribe recibía desde hacía muchos años los fondos del Comando Sur norteamericano destinados a la llamada guerra de las drogas y estaba al frente de un Estado militarizado que combinaba un fuerte respaldo electoral con prácticas de tierra arrasada y aniquilamiento de adversarios políticos. La guerra verbal entre Chávez y Uribe no bajó los decibeles ni siquiera en ese fin de año en el que, además de Kirchner, llegaban enviados de la Cruz Roja Internacional, y el asesor del presidente Lula para asuntos internacionales Marco Aurelio García.
Después de varios días de intrigas, con la presencia de todos los medios del mundo, ni el mismísimo Chávez podía dar crédito sobre si las Farc liberarían o no a sus prisioneros; en el mediodía tórrido del último día del año, Uribe anunciaba que el niño Emmanuel no estaba en manos de la guerrilla. Fue en una base militar, flanqueado por su entonces ministro de Defensa Juan Manuel Santos y sus jefes militares. Caía la tarde y los aviones de las delegaciones que participaban de ese intento de abrir una cuota de distensión en la militarizada Colombia partían con la frente marchita. Uribe había ganado la partida: sus datos de inteligencia le habían permitido confirmar que Emmanuel estaba en un orfanato en las afueras de Bogotá. Esperó hasta que todos estuvieran en su propio territorio y se sentía el gato que jugaba con los ratones. Por esos días, los drones norteamericanos zumbaban por los hoteles donde estaban Kirchner, Marco Aurelio y otros tantos.
Kirchner, acostumbrado a remar y remar, no perdía el buen humor. Dos años atrás, en Mar del Plata, se había dado el gusto de encabezar lo que fue considerado el fin del Alca. Se lo había transmitido a pocos centímetros al presidente norteamericano George Bush, quien tuvo que volver con la frente marchita a Washington. Ahora, el ex presidente argentino, aprovechando sus cuatro años de vínculos fructíferos con los presidentes democráticos y populares de la región, se proponía incursionar en la relación con el hueso más duro de roer: Colombia. Pero parecía que no era esa la oportunidad y se aprestaba a subir al Tango 01 mientras el piloto calentaba motores. Sin embargo, unos uniformados colombianos se acercaron directamente a Kirchner y le dijeron: “Presidente, el presidente Uribe quiere hablar con usted”. Al cabo de unos minutos, el argentino volvía al Tango y partía para Buenos Aires. Uribe había ido al grano: “Quiero que me ayude a mejorar el vínculo con Chávez”. A partir de allí se tejió una historia que tiene muchísimo que ver con el presente de comicios que se llevarán a cabo el próximo 7 de octubre en Venezuela.
Regreso con gloria. El mismísimo Oliver Stone, ex soldado norteamericano en Vietnam y reconocido amigo de Chávez, estaba allí el 31 de diciembre de 2007 y no podía creer en la historia de que Emmanuel estuviera en manos de Uribe. El presidente colombiano –según confió a este cronista un veterano diplomático argentino que estaba en Colombia en ese momento– no quería perder el dinero que Estados Unidos le mandaba por ser un gendarme en la región, pero mucho menos quería dejar de lado la posibilidad de lograr acuerdos comerciales con su vecino, al frente de una de las potencias petroleras más grandes del mundo. Uribe tenía la pretensión de modificar la Constitución y presentarse para un tercer mandato presidencial. Pero no fructificó. Aquel ministro de Defensa, que además pertenece a una familia tradicional del poder colombiano, terminó siendo su delfín. Pero Juan Manuel Santos tenía juego propio y no bien ganó las elecciones empezó a mostrarse más prudente que su predecesor. Uribe, antes de dejar el gobierno, entró en una escalada verbal con Chávez que terminó, en julio de 2010, en la ruptura de relaciones entre ambas naciones y algunos movimientos de tropas en las fronteras. Tratándose de Uribe, podía esperarse cualquier cosa, ya lo había demostrado con el llamado Operativo Fénix, cuando tropas de elite colombianas habían ingresado a territorio ecuatoriano y habían matado a 22 personas –entre guerrilleros de las Farc y personas que nada tenían que ver– en marzo de 2008. Era la consolidación en el plano militar de la victoria diplomática del 31 de diciembre anterior. Pero en 2010 las cosas eran distintas. Y Kirchner logró consolidar algo que pacientemente querían todos los líderes latinoamericanos, en primer lugar el mismo Chávez: sumar a Colombia al elenco de naciones que vieran al potencial económico y comercial del continente fuera de los regímenes autoritarios y dictatoriales funcionales a las políticas de los halcones del Departamento de Estado norteamericano. Kirchner fue parte sustantiva de ese proceso de entendimiento y dos meses después moría.
Baste como muestra de los avances de integración de Colombia a la región la decisión de Santos de sumarse a Unasur y poner al frente del organismo, durante 2011, a María Emma Mejía.
A las cosas. Chávez y Santos se juntaron varias veces frente a las cámaras de televisión y en presencia de sus gabinetes de ministros para avanzar en la integración de ambos países. Amén del corredor bioceánico, de los planes energéticos y del comercio de productos de consumo, el creciente entendimiento entre ambos presidentes se ve en que, esta vez, el desarme de las Farc está en camino. Con la presencia de Cuba, país que respaldó al comandante Tirofijo durante años y que fuera abatido por las fuerzas militares poco después del intento fallido del Operativo Emmanuel. Con un diálogo que puede ir sumando al resto de los países de Unasur para que se inscriba en el fin de los zarpazos dictatoriales en la región siempre tutelados por el Departamento de Estado norteamericano. Así como en este intento Santos contó con el apoyo de Chávez, recibió el ataque de Uribe, quien se siente arrinconado. No es casual que la derecha argentina encarnada por Mauricio Macri esté alineada con Uribe en Colombia y preste su simpatía a Henrique Capriles, el candidato antichavista para los comicios del 7 de octubre en Venezuela. El líder bolivariano preside el país desde principios de 1999. A poco de asumir llamó a un plebiscito y avanzó en una reforma constitucional tras la cual se presentó a elecciones y ganó para continuar en el Palacio de Miraflores hasta 2007. Luego volvió a ganar por un nuevo mandato que expira a principios de 2013.
Cabe recordar que a mediados de 2011, Chávez hizo pública la enfermedad que lo aqueja. En efecto, tras ser tratado con quimioterapia y operado en dos oportunidades, en esta campaña electoral luce saludable y de buen ánimo.
Los esfuerzos de Capriles por mostrarse como un candidato capaz de representar a toda la oposición venezolana no le permitieron tener una intención de voto que pueda inquietar al chavismo. Todas las encuestas, aun las más antichavistas, no le dan a Capriles más de un 32% de apoyo electoral. Por el contrario, Chávez fluctúa, de acuerdo a quien lo mida, entre el 45 y el 57%. A tres semanas, la brecha parece insalvable. El escenario del caos está despejado, entre otros factores de peso porque se invirtió la relación con Colombia: de ser el país que daba soporte a las conspiraciones o intentos de asesinato a Chávez, pasó a ser la Nación que intenta el diálogo con las Farc apoyada en el mismo gobierno bolivariano. Este giro que dejó girando en falso a Uribe también descolocó a la ultraderecha venezolana. Santos, más allá de profundas diferencias ideológicas, tomó la decisión de ser parte del proceso de consolidación económica de América latina como una región con grandes ventajas comparativas.
Los senderos que se bifurcan. Tal como indica el crecimiento de la integración comercial entre Argentina y Venezuela, proyecto político y desarrollo económico van juntos; son solidarios si quienes tienen el comando, piensan la Patria Grande no sólo como un tributo a la historia, sino como un aprovechamiento de las potencialidades de esta región del globo. El petróleo en manos de Pdvsa fue el factor clave de sostenimiento del proyecto de Chávez. Con las regalías petroleras se fondean los planes sociales, la educación, la infraestructura y la vivienda. También, con muchas dificultades, algunos proyectos industriales. Pero el sentido de la relación entre ambas naciones es su proyección a toda la región. Por eso Mercosur ampliado, por eso Unasur, por eso el Banco del Sur, por eso el comercio en monedas locales, por eso infraestructura para integrar el continente suramericano. Sin embargo, muchos de estos ítems quedaron más en la formulación que en la ejecución. El buen clima político entre gobiernos no puede confundirse con soberanía económica regional. El caso más patente lo constituye Colombia. Porque por un lado no quiere quedar fuera de la integración pero, al mismo tiempo, es una locomotora de los planes norteamericanos en materia de tratados de libre comercio. La Colombia de Santos que busca la paz con las Farc es la misma que firmó un tratado de libre comercio con Estados Unidos y que se puso en vigencia en mayo pasado. Ya no se trata de acuerdos que involucren en conjunto a las naciones, como era la pretensión de George Bush en Mar del Plata en noviembre de 2004. Los pactos que rigen entre Estados Unidos y varias naciones suramericanas desprotegen productos industrializados al quitarles algunas barreras arancelarias. Y tienen un agregado sutil: las empresas de países que –como Argentina– no suscriben esos pactos pueden instalar filiales en los países que sí pactan y entrar en el juego. De este modo, por caso, una gran empresa alimentaria argentina tiene una filial en Colombia a través de la cual entran en los mercados de las naciones que desprotegen sus industrias o que, sencillamente, tienen suficientes ventajas competitivas para no poner algunas barreras proteccionistas.
Estos buenos momentos del continente, como todo indica, ayudan a consolidar el triunfo de Chávez. Sin duda, la distensión de Colombia favorecerá a Chávez. Por la sencilla razón de que esa parte de la clase media venezolana que no se ve seducida por el chavismo reconoce al menos que el presidente venezolano actuó con grandeza para mejorar la relación con el país vecino. Como se decía al principio de esta nota, la visión estratégica de Néstor Kirchner jugó un papel concreto en acercar posiciones. Lo que no puede olvidarse es que América latina es, todavía, una región colonizada por las grandes multinacionales y que la mayoría de ellas tiene más razones para cobijarse en las políticas neoliberales y en las fuerzas políticas autoritarias y de derecha que para sentirse a gusto negociando con líderes populares. En ese sentido, si estos líderes no avanzan en la agenda concreta de financiar la soberanía, en algún momento el reloj va a poner límites. Esos tratados de libre comercio no son un cuco, como tampoco lo son las bases del Comando Sur de Estados Unidos ni la presencia de la gran banca internacional en la región. Sin modificar –en serio– o dar paso a otras instituciones regionales como la Organización de Estados Americanos o el Banco Interamericano de Desarrollo, por poner dos temas claves, lo que se haga corre el riesgo de quedar como un conjunto de gestos y conductas muy valorables, pero sin capacidad para salir de la órbita del poderío norteamericano.

Cómo es el armado PRO, sección por sección



La Tecla repasa quiénes son los nombres que manejan al partido que lidera Mauricio Macri en la provincia de Buenos Aires. Sección por sección, cómo está organizado el macrismo y dónde están los puntos fuertes y débiles
Mauricio Macri aspira a las elecciones presidenciales de 2015 y para eso sabe que un importante armado en la provincia de Buenos Aires es fundamental para sus aspiraciones.

La Tecla repasa cómo es y quiénes son los encargados del armado del PRO en cada una de las secciones. Los puntos altos y los débiles.

Jorge Macri es uno de los encargados de hacer crecer al PRO en la Primera sección electoral. La zona, a partir del nivel socioeconómico de algunos barrios y distritos, aparece como fértil para buscar una mejor cosecha en las elecciones venideras.

El senador Aníbal Asseff, oriundo de Moreno, se ganó también ser una de las cabezas visibles del partido, desde sus buenas elecciones locales y seccionales. Se apuesta a acordar con el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, y con él sumar a un sector del peronismo disidente.

En el sur del Conurbano, concentrado en la pobladísima Tercera sección, el PRO deberá crecer exponencialmente para pretender dar una pelea seria a nivel provincial. Quien conduce, pero también trasciende la sección, es Néstor Grindetti, actual ministro de Economía de la Ciudad, con un buen antecedente en las elecciones del año pasado, en su pelea por la intendencia de Lanús frente al reelegido Darío Díaz Pérez. También tiene responsabilidades seccionales el diputado Jorge Alves.

En la Tercera es clave el trabajo de la pata peronista, como el aporte que pueden hacer los diputados Juan Carlos Píriz, Carlos Acuña y Gustavo Ferri, más algunos experimentados concejales, como Néstor Juzwa, ex intendente de Berisso.

En el norte de la Provincia, Segunda sección, la responsabilidad zonal recae en los legisladores Orlando Yans (Pergamino) y Nancy Monzón (Exaltación de la Cruz), y en Marcelo Pacífico, concejal pergaminense al que en las filas del PRO consideran “un recuperado para las filas”.

En la Cuarta, el armado está a cargo del senador pehuajense Julio Salemme y del dirigente de Nueve de Julio Mauricio Vivani, además de ser la región de Monzó.

El peronista dolorense Alfredo Meckievi es el responsable de la Quinta sección, donde el desafío es pisar más fuerte en Mar del Plata. Por ahora, en General Pueyrredón hay solamente dos concejales, y se debe tener una fuerte representación para pretender pelear a nivel local y seccional. Desde Tandil surge la figura del edil Claudio Ersinger.

Marcelo Di Pascuale es la cabeza en el armado de la Sexta sección, acompañado por los legisladores Jorge Srodek (Coronel Dorrego) y Verónica Couly (Bahía Blanca), además de la concejala bahiense Constanza Rivas Godio. Esa ciudad es clave para tener medianamente éxito en la Sexta.

En la Sección Capital, el diputado Julio Garro y el concejal Julio Irurueta son los principales referentes.

Donde no aparece una referencia clara, y esto es reconocido incluso por el riñón macrista, es en la Séptima. “La sección no se manejó con inteligencia política, tendiente a un buen resultado electoral, principalmente en Olavarría. Tratamos de recuperar o invitar a participar a dirigentes con buena imagen en Olavarría, y desde ahí crecer seccionalmente”, aseveran en el espacio.

Cacerolazo: ¿Cuánta gente salió a la calle?



La de hace unas noches fue la protesta de mayor convocatoria que debió padecer el Gobierno nacional en todo el país lo que va del año y acaso desde las marchas en contra de la resolución 125. La Metropolitana calculó 220 mil personas en el centro porteño. Los números que se estiman en las principales ciudades del interior. Las fotos.
Cacerolazo: ¿Cuánta gente salió a la calle?
Una imagen del cacerolazo en el centro de la Capital Federal
El nuevo cacerolazo que se realizó anoche en varios puntos del país fue sin dudas el de mayor magnitud que debió soportar el Gobierno nacional en lo que va del año.

Las movilizaciones anteriores, ocurridas entre mayo y junio, no tuvieron la concurrencia que tuvo anoche la Plaza de Mayo ni el eco de las cacerolas en el interior del país.

Los medios opositores al Gobierno caratularon la protesta de ayer como la más grande que debió sufrir el Gobierno desde los tiempos de la resolución 125, en 2008. Para algunos, incluso, la Plaza de Mayo mostró anoche la mayor manifestación de signo opositor desde el año 2003.

LPO recorrió la Plaza de Mayo y comprobó que estaba cubierta en no menos del 70 por ciento. También estaban llenas las calles Rivadavia, Hipólito Yrigoyen y Avenida de Mayo.

Fuentes oficiales de la Policía Metropolitana señalaron a La Política Online que el cálculo que estimó la fuerza porteña fue de 220 mil personas en el horario de mayor concentración en las inmediaciones del Obelisco, Diagonal Norte y Plaza de Mayo.

En tanto que voceros de la Policía Federal señalaron a La Política Online que no tienen datos de la marcha de ayer.

Para el diario La Nación, la movilización en Plaza de Mayo no superó las 60 mil personas. En tanto que Clarín y los oficialistas Página 12 y Tiempo Argentino no dan precisiones numéricas y hablan de “miles de personas”.

Desde la Metropolitana señalaron a La Política Online que si bien no hay estimaciones para otros puntos de la Capital, las intersecciones que más manifestantes congregaron fueron Santa Fe y Callao (desde donde comenzó la movilización), Acoyte y Rivadavia, Sáenz Peña y San Martín y Cabildo y Juramento.

El interior
Si bien los números en el interior del país no alcanzaron la suma de Capital Federal, hubo decenas de ciudades en donde hubo movilizaciones, a diferencia de otras protestas anteriores.

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Según el diario La Voz, los cálculos de la policía de Córdoba indican que unas 20 mil se manifestaron frente al Patio Olmos, en las intersecciones de Boulevard San Juan y Vélez Sarsfield. También hubo movilizaciones en el interior de la provincia, en ciudades como Carlos Paz, Villa María y Río Cuarto, donde, según La Voz, se autoconvocaron 3 mil personas.

Según el diario Los Andes, en Mendoza se movilizaron unas 15 mil personas en el centro. En San Rafael, la marcha convocó a 5 mil manifestantes, según Clarín.

En el monumento a la bandera de Rosario se congregaron unas 3 mil personas. En tanto que en San Juan, donde estaba la propia presidenta Cristina Kirchner junto al gobernador José Luis Gioja, se concentraron unas 5 mil personas según La Nación.

Incluso hubo movilizaciones en Río Gallegos, la capital de Santa Cruz. LPO también estuvo en La Plata, donde se movilizaron alrededor de 3000 mil personas en Plaza Moreno, delante de la Municipalidad.

Argentina creció más que Brasil en 2012


 

El ministerio de Industria distribuyó un informe en el que se advierte que en los primeros cinco meses del año, la Argentina vivió un momento de fuerte recuperación de la actividad económica. Los ejes son el sector automotriz y el de la construcción.

El Ministerio de Industria consideró hoy que la Argentina vive un momento de "fuerte recuperación" de la actividad económica general y de la producción manufacturera local.

En un informe distribuido hoy, la dependencia conducida por Débora Giorgi dice que "las estadísticas muestran una fuerte recuperación en la actividad económica en general e industrial en particular". "El sector automotriz y el de la construcción son también ejes de este proceso de crecimiento", dice el informe.

Giorgi sostuvo que el país "muestra una actividad industrial casi 10 por ciento superior a los valores pre-crisis, con un aparato productivo sólido, que genera valor agregado y puestos de trabajo".

El informe oficial indica que "de acuerdo con datos del Centro de Estudios para la Producción (CEP) la actividad económica (índice EMAE) de junio marcó una suba del 1,1 por ciento respecto a mayo".

"En este sentido, Argentina crece más que Brasil, que en los primeros cinco meses ha acumulado 0,9 por ciento, mientras que Argentina tiene un acumulado del 3 por ciento", indica el reporte.

Además, sostiene que "en cuanto a la actividad industrial, julio registró un crecimiento de la producción manufacturera del 1,4 por ciento con respecto a junio".

El reporte añade que "la industria automotriz, motor de la actividad industrial, se mantiene con ventas récord y con un incremento de la participación de la producción local del 15 por ciento. "Las industrias textil y de productos de caucho y plástico fueron los sectores que más crecieron, con cifras del 10,8 y 6,4 por ciento respectivamente", dice el informe oficial.

El Ministerio de Industria considera que "los productos textiles muestran el mayor incremento de utilización de la capacidad instalada, acompañando así el crecimiento de la producción del sector que acumula un incremento del 26 por ciento entre enero y julio de este año".

El ranking de los sectores que más crecieron es liderado además por la industria del tabaco, del papel y cartón, alimentos y bebidas, entre otros.

"En tanto, en julio las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI) volvieron a crecer respecto a mayo, dentro de las que se destacan las manufacturas de cuero y marroquinería y productos químicos, que muestran las mayores alzas acumuladas hasta julio (10 y 17 por ciento respectivamente)", dice la cartera de Débora Giorgi.

Ricardo Alfonsín: "Se ha exacerbado demasiado la confrontación"

  

Por Fernando Tocho, de la Redacción de NOVA.
 El referente de la Unión Cívica Radical, Ricardo Alfonsín, dialogó con NOVA. Lo hizo en el marco de la jornada de debate sobre la Ley de Coparticipación que se llevó adelante en horas de la tarde de este día viernes y que tuvo como epicentro al Colegio de Abogados de la provincia de Buenos Aires ubicado en la calle 13 entre 47 y 48 de la ciudad de La Plata. Alfonsín también habló de los cacerolazos que se produjeron horas atrás y consideró que “hay que conciliar a la sociedad” .
- ¿En qué consiste el encuentro que se realiza en el Colegio de abogados?
- Estamos realizando una jornada de trabajo que tiene que ver con la necesidad de discutir acerca de la relación entre la Nación y las provincias, más concretamente sobre la coparticipación de los recursos nacionales. Eso no se cumple y por ende se viola la ley. La ley dice que como mínimo hay que enviar el 34 por ciento del total de lo que recauda la Nación y hoy se envía el 24 por ciento. Hay nueve puntos que deberían ir a las provincias y que se los queda la Nación. Los municipios y las provincias necesitan eso más que nunca.
- ¿Cómo tomó los reclamos que se hicieron en las últimas horas en distintos puntos del país?
- Creo que hay que actuar con mucha responsabilidad y con mucha prudencia. Me parece que debemos procurar conciliar a la sociedad, debemos procurar pacificar porque me parece que se ha exacerbado demasiado la confrontación y en esto tiene responsabilidad el Gobierno y la oposición.
- ¿Es el peor momento de los últimos treinta años de democracia?
- No, no es el peor momento. Hubo momento más complejos en Argentina desde la democracia hasta hoy. Espero que el Gobierno haga lo que tenga que hacer para lograr un mayor nivel de concordancia en la sociedad. Para eso no se necesita crecer ni se necesita que las tasas de interés bajen, para eso se necesita disposición al diálogo.

San Clemente- APDH La Costa invita al "Encuentro Cultural y Musical"por la "Noche de Los Lápices" NO SE SUSPENDE POR LLUVIA




NO SE SUSPENDE POR MAL TIEMPO, aún si llueve, el Encuentro Cultural y Musical en conmemoración por La Noche de Los Lápices, se realizará en el Polideportivo del CLUB de PESCA Y NAUTICA, a las 16 hs. , calle 1 Nº 2332 de San Clemente del Tuyú, con la participación de artistas locales: Bandas Musicales: Superstición, Epsilon y Blue Tooth. Cantantes: Juan José Anselmo y Martín Bauza. Escritores y Poetas: Nechi Dorado y de las Bibliotecas Pilmayquén y Faro del Tuyú.

www.pionerodiario.com.ar

La Costa Atentado



En la noche del viernes un hecho totalmente repudiable fue el incendio de la camioneta del Secretario de Control Urbano, Roberto Ferreira, fue en Santa Teresita y el atentado se produjo con una bomba molotov, y esto señores es crear inseguridad y miedo en la población, una población que trabaja día a día para mejorar su partido y que sea un lugar deseado turísticamente, se está viendo empañado por un grupo de personas inescrupulosas que deberían volver a vivir a sus lugares de orígenes y seguramente no lo hacen porque no pueden caminar tranquilos por sus calles.

WWW.DIARIOOPINION.COM.AR


La Costa no es insegura


OPINION: INSEGURIDAD


Que en La Costa se producen robos, nadie lo niega, pero que estemos viviendo una ola de inseguridad jamás vista, es una exageración que afecta a todos los que vivimos y trabajamos por La Costa.

Si existe un minúsculo grupo que está armando un clima de violencia nunca vivido en nuestro partido. Robos que no existen, violaciones inexistentes, robo de casas, y una infinidad de delitos denunciados por gente que no vive en nuestro partido y apoyado por otra que vive en el sur del conurbano bonaerense.
Aclaro que las situaciones de inseguridad puedan ser mayor a las que marcan los índices policiales, pero también digo que no es tremenda la inseguridad.
Días pasados las personas que hice referencia al principio junto a personas desconocidas de nuestro partido participaron en un programa de TN, hablando de que ya es imposible vivir en La Costa, dando explicaciones de situaciones inexistentes, por supuesto que el canal de noticias del multimedio peleado con el gobierno nacional "por la nueva ley de medios", rociaba con combustible la conversación, para que la gente que viene poco a la costa o no la conoce les quede la intranquilidad que acá no se puede veranear, ni siquiera pasar un fin de semana, es según ellos es zona liberada.
Nuestros visitantes, veraneantes o no, saben mucho más de lo que sucede en nuestro partido que ellos mismos, pero vamos al viejo refrán "miente, miente que algo quedará" y desgraciadamente es lo que está haciendo este grupo de personas.
La inseguridad es un cáncer que tomó a todo el país, y se fue ramificando de tal forma que llegó a lugares impensados, ciudades pequeñas de nuestro país sufren asesinatos y robos nunca antes vivido en toda su historia, nuestro partido que recibe más de dos millones de personas por temporada y muchas familias se quedan a vivir año tras año, sin un trabajo estable, al poco tiempo de terminada la temporada esa gente termina siendo desocupados sin posibilidad de trabajo, algunos deciden volver a sus lugares de orígenes pero otros no y esto genera un aumento desmedido en la población y un aumento en la desocupación que pueden ser factores de inseguridad.
En nuestros partidos vecinos como Pinamar y Villa Gesel, se vive en un clima de inseguridad mucho más grave que lo que podemos estar viviendo nosotros, asesinatos, asaltos con toma de rehenes y muerte, pero nadie ve en los grandes medios nacionales a ningún Pinamarense o Geselino quejarse por la seguridad y decir que es tierra de nadie, es más en Pinamar destituyeron al intendente y no fue tapa de ningún diario ni de ningún noticiero, el pasado martes robaron la casa del presidente del HCD, y éste lo calificó como un hecho mafioso, recordemos el asesinato en su casa a plena luz del día de la Psicóloga, María Marta Landívar no esclarecido hasta el momento.
El clima que estamos viviendo no es el que están gritando personas que no viven acá en los medios nacionales y en cuantas radios locales les abren el micrófono.
No confundamos: la inseguridad está en el país, es hora que la justicia aplique las leyes que tienen en sus manos y los diputados y senadores sancionen otras necesarias para que los organismos de seguridad actúen con más firmeza.

M.A.B.
FUENTE:WWW.DIARIOOPINION.COM.AR