miércoles, 20 de febrero de 2013

Corrupción y descontrol sexual en la UNLP: el misterioso caso de la funcionaria sin título

  
En el Rectorado hay preocupación por los desmanejos y las conductas escandalosas de una funcionaria. Esperan la oficialización de denuncias penales para pedir su renuncia.
Comienza la actividad de las facultades en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y en los pasillos del Rectorado hay rumores de escándalo. Los agudos comentarios, que tienen preocupados a más de un ejecutivo, apuntan a una encumbrada funcionaria de una de las unidades académicas que componen el entramado universitario de la región.
Se trata de graves irregularidades administrativas que contemplarían cuestiones como manejo discrecional de cargos docentes y no docentes, ocultamiento de expedientes (cajoneo), favorecimiento a pago de proveedores con irregularidades impositivas, favorecimiento de contrataciones con exclusividad y a la misma empresa de obras y mantenimiento, acoso laboral a empleados no docentes, tráfico de influencias, cobro de retornos económicos a cambio de favores político-institucionales…
En fin. La misma mujer estaría implicada en del delito de amenazas  y extorsión en grado de tentativa y denunciada por hurto de electrodomésticos y otros objetos en una fiscalía del Departamento Judicial de La Plata. Detalle no menor, ella misma era la pareja del gerente de una de las empresas prestadora de la Universidad, con quien convivía en el barrio de Villa Elisa.
Con estas denuncias en la mano, NOVA consultó en la casa de altos estudios y pudo saber que la funcionaria en cuestión cobra remuneraciones por dos cargos de gestión en la misma facultad. “Percibe dos sueldos por desempeñar tareas, donde no cumple un horario determinado de trabajo”, señaló una fuente universitaria que pidió el anonimato.
Resulta llamativo que la mujer ocupe una secretaría de su facultad, la más importante, lo que la ubica en el tercer puesto en la escala jerárquica, debido a que se trata de designaciones temporarias, y ella no posee título universitario alguno, solo un bachiller en un colegio privado. Sobre todo porque en el resto de las unidades académicas los secretarios poseen título universitario habilitante, con la salvedad de que sean personal de carrera o planta permanente.
También es curioso, comentan en el Rectorado, que se haya desempeñado desde el año 1995 a la fecha siempre en el decanato, primero como secretaria privada y luego, a medida que fueron pasando los años, ocupando algunos cargos irrisorios que no existen en otras facultades, como “secretaria de Coordinación y Enlace” y, en la actualidad, la secretaría general.
Por esta secretaría deben reportarse todas las áreas en reuniones que son presididas por la secretaria general, que imparte directivas, escucha inquietudes, elabora planes de estudios, aprueba o desaprueba cargos y horas cátedra, representa al decanato de la facultad en actos públicos y toda actividad académica o política a seguir por la casa de altos estudios. También preside el Consejo Directivo, que sesiona una vez por semana, y acompaña la firma del decano de turno desde hace más de una década, lo que vale a que rubrica absolutamente todos los expedientes. “Todo con poseer sólo un título de bachiller”, cuestionan en 7 y 48.
¿Quién brinda cobertura política a esta mujer? ¿Quién avala tanto manejo discrecional en una casa de altos estudios? ¿Cuáles son los controles? ¿Por qué personal empírico maneja la formación de los alumnos y decide en planes de estudios e implementación de carreras terciarias y universitarias? ¿Cómo llega a manejar una facultad un bachiller? Podría tratarse de un escándalo de dimensiones.

Doble vida
La mujer apuntada vive con media docena de hijos de distintas parejas en una cómoda casa de City Bell. A sus 42 años, es el único sostén de esa numerosa familia, en una casa que alquila. Allí se realizan reuniones político-universitarias, se bebe buen vino, se comen asados y los contertulios se retiran de madrugada, cuando no pasan la noche ahí.
Además, al menos hasta el año pasado, la controvertida dama se alojaba en un hotel céntrico de La Plata, con estadía los siete días de la semana. El personal del hotel reconoció ante NOVA conocer a la mujer, que concurría por la tarde: llegaba después de mediodía, almorzaba en el comedor y se retiraba a la habitación hasta el atardecer, cuando partía en su auto, estacionado en la cochera.
También desde el anonimato, los empleados remarcaron que, cuando no había lugar en la cochera, la mujer dejaba su vehículo enfrente, lo que le ocasionó varias multas por no pagar el estacionamiento medido. También que, en ocasiones, se quedaba todo el fin de semana. La tarifa del hotel ronda los 500 pesos por día con desayuno; el almuerzo y la cena se cobran aparte.
Una ex colaboradora cercana, que tuvo un grave accidente con su moto, contó que la denunció ante uno de los sindicatos que agrupa al personal no docente, pero no logró nada. Hasta grabó una reunión en la que la secretaria general la “apretó”; “acá la que manda soy yo”, le habría dicho.
Fuentes sindicales indicaron también, en estricto off de record, que esta metodología sería habitual en el proceder de la funcionaria. “Tiene todo el poder desde hace tiempo, para nosotros está desequilibrada mentalmente”, confiaron, en referencia al recelo que manifiesta en el trato hacia sus subordinados, sobre todo al personal de mantenimiento, al que persigue permanentemente.
¿El sindicato no hace nada? ¿Quién puede pagar un hotel con dos sueldos en este excepcional caso a 15 mil pesos por mes, más cenas y almuerzos? Si tiene una vida con sus hijos, por un lado, y otra en un hotel, ¿eso no es una doble vida? Preguntas, sólo preguntas.
Consultado por este portal, el personal docente y no docente de la facultad la describe como alguien “despótico”, que “se maneja con un séquito de colaboradores que le responde ciegamente y hace su voluntad”. “No es querida”, subrayan.
Tras bambalinas, la mujer es tildada de “inescrupulosa, desleal y dispuesta a todo para permanecer en su cargo”. Se refieren a ella como “la flaca de pelo corto”, y tienen a mano episodios bochornosos como el de un ex marido suyo entrando a los gritos, golpeándola y desfigurándole la cara por mostrar fotos suyas con un profesor de la institución. Violencia de género.
Además, la describen insinuándose permanentemente con pares, superiores y empleados, sumado a los papelones que protagonizó alcoholizada en despedidas o reuniones sociales del ámbito laboral.
En el rectorado esperan la oficialización de las denuncias penales para pedir en forma inmediata su renuncia o separación de los cargos que ocupa.

Las redes sociales y la noche
Pero esto no es todo. La mujer figura con perfiles en diversas redes sociales de Internet, especial y preferentemente en Facebook y Twitter, donde se dedica a concretar citas sexuales. Por eso se la puede ver conectada desde tempranas horas, siempre en horario laboral; es sumamente oficialista y reivindica a ultranza las políticas del Gobierno.
En algunos diálogos en la red social Facebook la funcionaria se ufana de su poder dentro de la Universidad, porque en su “facu” (SIC) “se hace lo que ella dice”. También se declara “bisexual”, porque no discrimina en género. No habla de hombres y mujeres, sino de “gente”, confiesa su inclinación a practicar tríos sexuales M-H-M (Mujer-Hombre-Mujer)  y asegura “enloquecer” por la pornografía e introducirse objetos de uso doméstico en sus partes intimas.
En estos diálogos, de alto contenido erótico, relata relaciones sexuales con amigas y compañeras de trabajo, e incluso habla de un acoso sexual durante años de parte de un vicedecano, que ella supo manejar. Dice ser hábil en "taquigrafía" (SIC). También habla de sus vinculaciones con La Cámpora a través de un amante varios años menor , y de una larga relación, estando en pareja, con un fisiatra de El Calafate, cercano a la familia presidencial y amigo personal de uno de sus ex maridos.
También cuenta de sus viajes al exterior, por ejemplo a España y Francia, y que gusta de cenar en caros restaurantes, donde cata vinos y  degusta  paté de ciervo, uno de sus platos favoritos. Allí concurre acompañada de hermosas mujeres, con quienes se retira con destino incierto.
En boliches swingers de La Plata y la ciudad de Buenos Aires, la funcionaria sería conocida por un seudónimo: a veces concurre con hombres y, otras, con mujeres jóvenes.
Sus conductas privadas no son sin embargo lo que más preocupa en el Rectorado, porque los ejecutivos tienen documentación referente al pago de proveedores con irregularidades impositivas. Incluso hay mensajes de texto donde la mujer avisa al proveedor que la operación “ya está”, por lo que queda probada la connivencia.
Además, el personal no docente de la facultad recuerda el incendio del edificio de esa casa de estudios en 2010, en el que se perdió información importante del archivo del decanato; había expedientes de pago y personal que podían traerle complicaciones. El hecho nunca se investigó a fondo, y diversas voces se unen en el pedido de reabrir la investigación.
La última contradicción reside en la preocupación de la funcionaria por la trata de personas y las redes de prostitución que operan en la región, expresada en su perfil de Facebook, aunque grande fue la sorpresa cuando una fuente exhibió un listado escrito de su puño y letra en el que claramente se leen nombres y números de teléfonos de prostitutas que ofrecen servicios por Internet, de atención a parejas y lesbianismo.
Una de esas jóvenes, que responde al nombre de “Agustina”, dijo conocerla y haber mantenido relaciones íntimas con ella; de hecho, relató un episodio tragicómico, con fecha del 8 de junio de 2012.
“Me llamaron pidiendo atención a parejas, la flaca no quería nada con el tipo, solo que nos mirara y yo la vi. Tan regalada y asquerosa, me besaba en la boca como una novia y por eso la mandé sin la bombacha de vuelta a la casa, porque una puede ser prostituta pero estas reventadas son de terror”, graficó.
fuente: agencianova.com.ar

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