martes, 19 de marzo de 2013

El ridículo del kirchnerismo duro ante el giro de Cristina con el papa Francisco



El viraje de la presidenta en su relación con Jorge Bergoglio dejó expuesta al ala progresista del Gobierno como pocas veces. Los medios oficialistas, en especial 678, y dirigentes como Luis D´Elía y los jóvenes de La Cámpora se apresuraron en cuestionar al nuevo sumo pontífice creyendo que recibirían la palmada en la espalda de la Jefa de Estado. Pero quedaron en off side.
El ridículo del kirchnerismo duro ante el giro de Cristina con el papa Francisco
El Cuervo Larroque y militantes de La Cámpora festejan  la asunción del papa Francisco en la villa 21-21

El kirchnerismo duro, esa capa que recubre la base de votos peronistas que llevaron a Cristina Kirchner a ser presidenta dos veces, quedó en ridículo como pocas veces esta última semana, que comenzó con la elección del arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio como sumo pontífice y terminó hoy con la asunción del papa Francisco.

El fenómeno Francisco marcó como nunca las diferencias entre el ala peronista y el ala progresista del kirchnerismo. Aferrándose al enfrentamiento histórico entre el arzobispo y los Kirchner y tomando como “leading case” el acto con chiflidos del público en el que la presidenta saludó por primera vez a Francisco de manera fría, el ala progresista quiso adivinar los pasos que tomaría la presidenta y, por las dudas, salió a cruzar a Bergoglio desde el día de su elección.

Pero Cristina giró sin poner el guiño y su orden de no pegarle al papa llegó tarde para algunos de los habituales defensores del modelo. La reunión de Cristina con el Santo Padre, la cálida conferencia de prensa posterior y sus lágrimas de hoy durante la asunción, generaron un contraste que será difícil de digerir para quienes creyeron que se estaban tirando a una pileta llena de agua cuando cuestionaron sin miramientos a Bergoglio.

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Los tweets de 678 de la última semana

El primer síntoma de este suceso se dio el mismo día de la elección del papa, en el estudio del programa oficialista 678. El invitado fue el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto, uno de los entrevistados más cómodos en los que podía pensar la producción del programa.

Mariotto defendió a Bergoglio al aire y chocó duramente con las panelistas Cynthia García y Nora Veiras, que lo miraban con espanto y relacionaban al arzobispo con la dictadura. Luego de ese incómodo programa, Horacio González, director de la Biblioteca Nacional e integrante del grupo de intelectuales K Carta Abierta, comparó a Mariotto con los genocidas.

Días después quedó en evidencia que Mariotto había acatado a rajatabla la orden de Cristina y que las panelistas se perdieron el mandamiento y jugaron de memoria.

El partido de All Boys con Atlético Rafaela impidió anoche la emisión del programa y en cierta forma salvó al panel, que no iba a poder evitar el comentario de la reunión que Cristina tuvo con el papa esa mañana.

Sin embargo 678 no pudo evitar hacer mención al giro de la presidenta y tuiteó en su cuenta oficial una nota que habla de “La emoción de la presidenta al saludar al papa Francisco”. Dos tweets más abajo (ver foto), la cuenta había retuiteado a la panelista Cynthia García, que el día de la elección de Bergoglio había tuiteado lo siguiente: “Cuánto tiempo tardará la iglesia católica en pedir perdón por haber elegido a Bergoglio Papa? Como mínimo, durante la dictadura fue cómplice”.

Contradicciones orgánicas

Lo mismo sucedió con La Cámpora. Un día después de la elección de Bergoglio, el legislador porteño Juan Cabandié retiró a todo el interbloque kirchnerista de la sesión en la que el resto de los bloques aprobó un beneplácito presentado por el PRO para saludar al flamante papa.

Hoy, un día después de la reunión de Cristina con Francisco, el líder de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque observó la asunción del papa junto a vecinos de la villa 21-24, del barrio porteño de Barracas. El hecho fue difundido por la agencia oficial Télam.

Quedó demostrado una vez más que La Cámpora va a hacer lo que Cristina pida, sin condiciones. Pero también quedó demostrada la falta de experiencia y lectura política de algunos de los jóvenes que integran la organización creada por Máximo Kirchner.

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Las tapas in diminuendo de los últimos 6 días de Página 12

Además, el interbloque K en la Legislatura debió recular y ahora se sumó a la iniciativa del PRO de colocar una placa en la casa que el ahora papa tenía en el barrio de Flores, en Membrillar 531.

Otra de las aliadas progresistas del Gobierno como Gabriela Cerruti, del partido de Martín Sabbatella, tuiteó el día de la elección de Bergoglio: “Gabriela Michetti y Lilita Carrió al Vaticano!”. Ayer, tras la reunión de Cristina con el papa, publicó: “Y resulta que el papa era peronista, y hablaba de la Patria Grande, San Martín y Bolívar. #patatufetegorila”.

En tanto que el piquetero Luis D´Elía, que la semana pasada había dicho que Francisco era “el nuevo intento del imperio por destruir la unidad suramericana”, hoy terminó tuiteando que “FRANCISCO logrará terminar con esquema perverso de la CRISTIANDAD para volver al CRISTIANISMO de los primeros 3 siglos de la Iglesia”. Lógicamente recibió burlas como si fuera un chico.

Acaso el único que mantuvo la coherencia fue el periodista Horacio Verbitsky que, como viene haciendo desde hace años, siguió embistiendo contra Bergoglio con las mismas armas que cuando era arzobispo. Aunque Página 12 apretó el freno en sus tapas tras un inicio demoledor (ver foto).

Luces de alarma

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Los infaltables afiches de la empresa de Pepe Albístur

El fenómeno del papa dejó al desnudo una vez más que si bien a Cristina le gusta rodearse del cierto glamour del que se ufana la progresía, cuando las papas queman vuelve sin dudar al lugar donde se siente más cómoda: el peronismo, que en definitiva es la base que la sostiene.

Y es en el ala peronista del Gobierno nacional, que es católica por naturaleza, desde donde se encendieron las luces de alerta cuando el fenómeno Francisco se empezó a volver en contra de los críticos de Bergoglio que enaltecen a Cristina.

Fue el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que es acaso el bastión más fuerte de extracción peronista con el que cuenta el Gobierno nacional, quien advirtió que este tema podía generar una división en el kirchnerismo como nunca antes.

“Hay que corregirlo ya”, les dijo a sus allegados Moreno, que en su despacho tiene una Virgen gigante y cuadros de Perón y Evita

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