sábado, 9 de marzo de 2013

Qué pasará con el sello radical



Luego de elegir a las autoridades de la Convención, el centenario partido intentará formar alianzas con espacios progresistas, pero no está dispuesto a resignar su sello
Parce que, finalmente, la UCR comienza a retomar su rumbo. Luego de una inexplicable alianza con Francisco de Narváez en las elecciones pasadas, quiere volver a los orígenes. En el encuentro que se realizó en Olavarría, los más de 150 convencionales eligieron a Daniel Molina (Morena), ex intendente de Necochea, como nuevo presidente de la Convención Radical bonaerense, luego del acuerdo al que llegaron Nuevos Aires y Morena (alfonsinistas). En ese cónclave también se eligió a Juan Valente para ocupar el cargo de presidente de la Junta Electoral.

Nuevos Aires llegaba a la convención con una postura fija: no permitir una alianza con el possismo. El espacio encabezado por el ex senador Leopoldo Moreau, en el que también participan el vicepresidente de la UCR, Sergio Panella; el intendente de Pergamino, Héctor “Cachi” Gutiérrez; el de Junín, Mario Meoni; y el de Chascomús, Juan Gobbi, entre otros, fue con la idea precisa de evitar “el paso a la derecha”. La otra porción, Morena, agrupación que lidera Ricardo Alfonsín y producto de una sociedad entre él y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, se presentaba con varios candidatos para presidir la convención en la que finalmente se eligió a Daniel Molina.

El pasado reciente de la UCR viene cargado de complicaciones. El año 2012 estuvo colmado de tironeos y declaraciones cruzadas entre los mismos radicales. La foto del jefe comunal sanisidrense con Mauricio Macri y Jesús Carglino hizo que Nuevos Aires pusiera el grito en el cielo. Ante esta postura, el propio alfonsinismo también comenzó a tomar distancia de Gustavo Posse.

El que dio el primer paso para el operativo despegue fue el diputado nacional Miguel Bazze, reafirmando, al igual que Nuevos Aires, un rechazo al “giro a la derecha”.

Pero lo que importa a los afiliados del centenario partido es el futuro. Lo que quedó en claro en la convención es el retorno a la base progresista y socialdemócrata. En cambio, de lo que no se habló fue del futuro electoral. “Como primera medida, rechazamos las operaciones políticas destinadas a convertir a la UCR en un sello y una maquinaria electoral al servicio de la derecha”, señalaron dirigentes luego de la reunión en Olavarría.

En el horizonte radical hay una postura bien definida: el no acercamiento con Gustavo Posse. Pero aún resta saber si harán una alianza con el Frente Amplio Progresista o con la Coalición Cívica. Si bien las intenciones del radicalismo pasan por formar un frente ideológico respetando sus orígenes, no será nada fácil llegar a un acuerdo, ya que el FAP no piensa resignar su marca en una eventual fusión. Entonces, ahí se produce el primer escollo: qué pasará con el sello del radicalismo y con la histórica lista 3.

El que intentó responder esa consigna fue el flamante titular de la Convención, Daniel Molina. El ex alcalde de Necochea expresó a La Tecla que “el radical de boina blanca de 80 años quiere que la UCR mantenga su sello, más allá de cualquier alianza”, aunque aclaró que es demasiado temprano para pensar en ese tema. No obstante, el ex mandatario necochense dijo que “tal vez este año podamos comenzar a armar algo para las legislativas”.

Quien también opinó sobre el sello fue el titular del Comité Provincia, Alejandro Armendáriz. El diputado expuso que “en el caso de que lleguemos a un acuerdo con el FAP, conversaremos para definir ese tema”.

Por otra parte, desde Nuevos Aires, con respecto al tema señalaron: “No somos sectarios, pero tampoco nos vamos a sumar a una marca; el radicalismo tiene bases en los ciento treinta y cinco distritos de la Provincia”.

El tiempo dirá cuál será el futuro de la Unión Cívica Radical, si mantiene su sello o si lo resigna a cambio de lugares en las listas.

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