martes, 10 de diciembre de 2013

Los K y el PRO aprueban el convenio con Cristóbal López a libro cerrado


La Legislatura porteña aprobó en menos de quince minutos el polémico convenio que le perdona al zar del juego una deuda de $2000 millones. Ningún legislador del PRO o el kirchnerismo defendió el acuerdo ante las críticas del resto de la oposición, que acusó al acuerdo de "mamarracho".“Es el pacto Roca-Runciman de la Legislatura”, se quejaron dentro del propio macrismo.
Los K y el PRO aprueban el convenio con Cristóbal López a libro cerrado
Los legisladores Cristian Ritondo y Juan Cabandié.
La sesión especial que se realizó este lunes en la Legislatura porteña será recordada como la sesión en la que los diputados sancionaron una ley de ética pública escasos minutos antes de aprobar un bochornoso convenio entre el gobierno de Cristina Kirchner y Mauricio Macri por el que Cristóbal López quedará exento de pagar impuestos por la explotación de las tragamonedas por tres décadas.

“Es el pacto Roca-Runciman de la Legislatura”, aseguraban dentro del propio bloque del PRO, que como anticipó este medio, tuvo una mañana de gritos e insultos entre legisladores de la propia bancada que estaban furiosos por cómo se manejó el Ejecutivo, que entre gallos y media noche mandó el convenio para que fuera votado a libro cerrado.

El acuerdo de Macri con Lotería Nacional lejos de ser un triunfo para la Ciudad es una rendición en toda la línea: con el nuevo convenio, Cristóbal seguirá estando exento de pagar impuestos a los ingresos brutos y de esta manera le perdonarían no sólo el pago de retroactivos por 2000 millones de pesos sino los impuestos que debería pagar hasta 2032, el año hasta el que Néstor Kirchner le extendió la concesión de las tragamonedas del hipódromo de Palermo y de los casinos flotantes de Puerto Madero.
Lo que le agregó tintes bochornosos al pacto entre el PRO y el kirchnerismo por el juego fue la manera en la que se trató el convenio. En medio de una sesión maratónica, en la que se gastaron horas en tratar otras iniciativas, la Legislatura sólo demoró 15 minutos en tratar el convenio.

Ningún legislador del PRO o del kirchnerismo pidió la palabra para defender el proyecto, que fue votado a libro cerrado con 42 votos positivos contra 15 negativos. Los votos positivos provinieron de parte del bloque macrista y de los bloques del Frente para la Victoria (en la última sesión de Juan Cabandié) y sus aliados de Nuevo Encuentro. El bloque aliado K de Aníbal Ibarra votó en contra.

Mamarracho
Las únicas críticas provinieron de los legisladores de los bloques del frente Unen. El legislador de la UCR, Antonio Campos, fue uno de los pocos legisladores que criticaron el escandaloso acuerdo.

“Pasaron 10 años desde la firma del convenio de 2003 y no existe sistema de control online”, advirtió Campos en referencia a una de las polémicas mayores que atañen a la explotación de las tragamonedas. “Nadie sabe a ciencia cierta el poder recaudatorio que tienen estos operadores; no sabemos ni lo que deben aportar” agregó.

Campos dijo que la addenda al convenio “tiene un contenido patoteril” puesto que no permite cobrarle impuestos a Cristóbal en el futuro y aseguró que “esto es un mamarracho bajo el punto de vista jurídico y legislativo”.

El titular del bloque de Proyecto Sur, Julio Raffo, advirtió que “no podemos condonar una deuda semejante de ingresos brutos”. En tanto que el presidente del bloque de la Coalición Cívica, Fernando Sánchez, aseguró que “no vamos a votar ningún convenio que ceda a la Ciudad en su facultad de votar impuestos”.

"Dicen que la Ciudad va a ganar 300 millones de pesos, pero en realidad está perdiendo aproximadamente 1700 millones por no cobrar Ingresos Brutos de forma retroactiva", destacó Sánchez.

El legislador del MST, Alejandro Bodart, fue el último legislador que se opuso. "¿De qué ética pública hablan si acá se canjean leyes por cargos, se entrega lo público al negocio privado y se le perdonan deudas millonarias al empresario del juego Cristóbal López? Voto en contra porque esta ley es un saludo a la bandera, que además busca ocultar el canje de votos por cargos para reciclar diputados opositores salientes en la Defensoría del Pueblo y otros organismos", disparó Bodart.

Durante la jornada resurgió el nombre del ex legislador Diego Kravetz, históricamente mencionado como uno de los brazos ejecutores de Cristóbal en la Legislatura, que en los últimos meses se dedicó a los medios. “Ahora va a tener que volver a hacer de facilitador”, se decía hoy en la Legislatura.

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