La señora Liliana trabaja en casas de familias, ahorra mensualmente, pequeños montos de dinero para disfrutar unos días de vacaciones con su familia, sin pensar que este año, esos días serian plenos de disgustos, al sentirse timada en su buena fe.
Todo comenzó en el Partido de Florencio Varela, cuando la consuegra conoce a un individuo, chofer de remís, y le manifestara que tenía una casa en San Clemente, la cual alquilaba en verano por semana. Ante el conocimiento que la señora Liliana estaba buscando alojamiento, intercambiaron números telefónicos.
A los pocos días, el individuo identificado como Néstor Benítez con residencia en la calle Einstein N° 1461 de Bosques, partido de Florencio Varela; llevó al domicilio de la señora Liliana, junto con su esposa, fotos de la propiedad que tenía en esta localidad.
Según relata la señora Liliana, en las fotos se visualizaba un complejo de dos pisos, con instalaciones impecables y de una amplitud para tres familias. Motivo cual, que entregó una seña de $ 500 Pesos y el día 6 de Febrero, la noche anterior a partir para esta ciudad, $ 2500 restantes.
Al llegar a San Clemente, con la dirección en mano Calle 50 N° 890 esquina calle 44, se encontraron con el frente de una propiedad sumamente descuidada y muy distinta a la de la foto; por lo que en primera instancia pensaron que habían anotado mal la altura, ya que a unas pocas casas, visualizaron la casa que les habían mostrado retratada. Pero cuando quisieron entrar, los habitantes de la vivienda les comunicaron que la propiedad correcta era la de la esquina y que este suceso no era la primera vez que pasaba.
Efectivamente la llave entregada abría la puerta de la vivienda con aspecto de abandono, y su interior entonaba perfectamente: cañerías rotas, sanitarios en desuso, termo de agua inservible, luminarias inexistentes e inmuebles descartables, fueron el escenario de bienvenida.
Inmediatamente se comunicaron telefónicamente con el señor Néstor Benítez, el cual manifestó que era mentira que las fotos no coincidían y que su descripción de la propiedad había sido veraz; entonces su primer día vacacional, comenzó en la dependencia del destacamento policial La Costa III de San Clemente del Tuyú, para realizar la denuncia correspondiente, y a pesar del buen trato recibido, esto no pudo amenguar su tristeza.
Ahora transita los días hasta su partida, sin dinero para poder alquilar otro lugar, en una casa donde ella denomina “La casa del Terror”, tratando de subsistir por el solo hecho de no matar la ilusión de los pequeños que los acompañan, deslumbrados por disfrutar del mar.
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