sábado, 24 de mayo de 2014

Gobernación: el maleficio de los intendentes

Ningún jefe comunal bonaerense logró, inmediatamente, ser Gobernador. Hoy, muchos mandatarios municipales se anotan para pelear el año que viene por calle 6. ¿Quedarán en la historia?
En el mundillo político bonaerense todos hablan de la maldición de los gobernadores con la Casa Rosada, pero no parece ser la única maldición.

El 5 de marzo de 1886, el entonces Gobernador, Carlos Alfredo D´Amico, reglamentó la creación de un Poder Ejecutivo unipersonal, que sería ejercido por un intendente, y un Poder Deliberativo, compuesto por concejales.

Desde esa fecha hasta la actualidad se dio un hecho muy curioso: ningún intendente que se postuló como candidato a Gobernador logró el triunfo. A falta de un año para las elecciones ejecutivas, sin embargo, son varios los nombres que se animan a soñar con romper el maleficio.

En el Frente Renovador hay al menos tres jefes comunales que aspiran a ocupar el lugar que hoy ostenta Daniel Scioli: Gustavo Posse, de San Isidro; Jesús Cariglino, de Malvinas Argentinas; y Raúl Othacehé, de Merlo. Algunos mencionan además a Mario Meoni, de Junín, y a Joaquín de la Torre, de San Miguel.

En el Frente para la Victoria también se señalan los nombres de algunos intendentes para pelear por calle 6 de La Plata. Uno de ellos es el del matancero Fernando Espinoza, y hay otros aventurados que no descartan que el Grupo de los 30 tenga a su hombre.

Por su parte, en FAUnen hay otros anotados. El jefe comunal radical de Saladillo, Carlos Gorosito, dijo a La Tecla semanas atrás que “cualquier intendente puede ser candidato”. En el GEN, Margarita Stolbizer mencionó, entre otros posibles, al alcalde de Rivadavia, Sergio Buil.

Tres que no fueron directos
Solamente tres personas ganaron la gobernación bonaerense luego de haber pasado antes -no directamente- por la jefatura comunal.

El caso más reciente es el del ex Presidente Eduardo Duhalde, quien fue elegido para el cargo de intendente municipal de Lomas de Zamora en el año 1983, luego se desempeñó como diputado nacional (1987-1991), y tras este período fue votado para mandatario provincial.

Los otros dos casos se dieron hace alrededor de cien años. El primero fue el de Valentín Vergara, quien ocupó el cargo de alcalde de Bahía Blanca en la década de 1910 y, después de ser legislador nacional, fue Gobernador en el período 1926-1930. En el lapso 1932-1935, quien llegó al sillón de Rocha fue Federico Lorenzo Martínez de Hoz, luego de haber estado varios años como intendente de Castelli; su último período municipal terminó en 1930.

De los nombres que están en danza para suceder a Scioli y hoy ocupan el cargo de intendentes municipales, ¿cuántos, finalmente, se animarán a cortar con “la maldición” de la Gobernación?

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