domingo, 24 de agosto de 2014

LA ESTRATEGIA ELECTORAL DE CRISTINA

LPOQuiere ayudar al jefe de Gobierno para que no ganen Massa o Scioli. Sue
ña con un regreso con gloria como Bachelet.
Quienes la frecuentan o tienen la oportunidad de hablar con ella sobre política, no lo dudan: Cristina Kirchner quiere que Mauricio Macri gane la elección presidencial y los candidatos que lanza para la interna del peronismo no tienen
 otro objetivo que ensuciarla.
Un legislador que participó en uno de sus últimos viajes al exterior lo cuenta sin
 vueltas. “Le pregunté por las elecciones y me dijo que la fórmula que iba a ganar
era Macri-Sanz”, comentó al volver al Congreso.
Aunque parezca aventurado, sus gestos del último año apuntaron en esa línea:
Por todos los medios posibles buscó posicionar al líder del Pro y a la UCR como interlocutores de la oposición. Por nada del mundo quiere que Sergio Massa o
Daniel Scioli sean sus sucesores. Sabe que si un peronista la sucede en el poder
su idea de ser la jefa de una oposición peronista de centroizquierda se desinte
grará.
No es un plan nuevo, pero cada vez se hace más evidente. Cristina confesó sus
diálogos con Macri en aquella entrevista con Jorge Rial, antes del problema de
salud que la tuvo alejada de los micrófonos a fin de año. De las palabras pasó a
la acción con innumerables inauguraciones de obras en la Ciudad, como nunca
 durante su gestión. El punto más gráfico de esa estrategia fue la inauguración
de la extensión de la autopista Illia donde permitió que Macri se ubicara a su ni
vel, con atriles iguales, casi como si fuera un jefe de un Estado extranjero, defe
rencia que no tienen con ninguno de los propios.
La orden de Cristina es tan evidente que hasta su núcleo duro que años atrás de
monizaba a Macri y hasta empujaba su juicio político, ahora se deshace en gestos conciliadores. El líder de La Cámpora, Andrés “el Cuervo” Larroque, se juntó con
 Pedro “Peter” Robledo, el militante del PRO agredido en una fiesta por ser gay.
Cristina lo recibió tras aquel incidente y le ordenó al jefe de La Cámpora compar
tir actividades con él.
En el Congreso dio más señales que en ningún otro lado. Cuando se repartieron
 las autoridades de comisiones, ordenó darle presidencias al PRO y a la UCR y
 marginar todo lo posible al Frente Renovador de Sergio Massa.
No le salió bien: los radicales le dieron Educación a Cobos, pero los diputados
kirchneristas se negaron a aceptar y la dejaron acéfala; y el PRO le cedió Legisla
ción Penal a Patricia Bullirch, una aliada de Macri que la utilizó el martes para
promover la derogación de la ley antiterrorista.
Las razones
“La última vez que pude hablar con Cristina me fue clara: antes que gane Ma
ssa, prefiero a Macri. No tuve más que preguntar”, contó a LPO un diputado
 con acceso a la Quinta de Olivos. Lo curioso es que a Daniel Scioli directamen
te no lo nombra y los pocos que acceden a ese nivel de diálogo, tienen la pru
dencia de no nombrárselo.
En los medios kirchneristas también puede verse el trabajo de Cristina por Ma
cri. La agencia Telam cubre sus actos y, según supo LPO, la Presidenta le orde
nó a Sergio Szpolski, Diego Gvirtz y Cristóbal López que le hagan entrevistas a
 Macri y en la medida de lo posible licúen las coberturas más agresivas.
Una evidencia muy fuerte de esta estrategia se produjo días atrás. El secretario
 Legal y Técnico, Carlos Zannini, uno de los hombres de mayor cercanía a la Pre
sidenta, se metió en la política cordobesa: Para ayudar a Macri y el radicalismo.
El 2 de diciembre se elegirá intendente de Marcos Juárez. Se trata de una elec
ción de gran importancia simbólica porque será la primer puesta en escena de
 la alianza PRO_UCR y Cristina quiere que ganen. Por eso, Zannini prohibió
al kirchnerismo cordobés sumarse a una lista de unidad del peronismo que es
taban trabajando y que incluso integraba a los dirigentes del gobernador José
Manuel de la Sota. “Ustedes no entienden, queremos que gane la alianza del
PRO y la UCR, rompan el acuerdo y armen una lista propia que saque 4 o 5 pun
tos”, les dijo implacable Zannini.
Así, contribuyó a consolidar las chances del candidato macrista Pablo Dellaro
ssa, que cuenta con el respaldo de la UCR y hasta del Frente Cívico de Luis
Juez. La idea de Cristina es evidente: Un triunfo importante en esa elección po
tenciaría las chances de que se estructura a nivel nacional alianza de Macri y
 los radicales.
¿Porqué quiere Cristina que gane la fórmula Macri-Sanz? Porque imagina que
 serán la contracara perfecta de su Gobierno. Y ya prepara el relato: Los acusa
rá de haber vuelto a endeudar el país. Sabe que el próximo Gobierno normali
zará la relación financiera de la Argentina con el mundo y tomará deuda. Pero
 imagina que con el efecto todavía presente del segundo default, lo harán a ta
sas bastante altas. Una oportunidad impecable para desde la oposición castigar
los por haber retomado el camino que según sus habituales discursos es la cau
sa de todos los males del país.
De hecho, en los medios oficiales ya empezaron a castigar a Macri únicamen
te por ese costado, lo acusan de haber híper endeudado a la Ciudad. Curiosa
selección de un flaco técnico para golpear a una gestión que antes cuestiona
ban por los cuatro costados.
Esta estrategia parece confirmar además un dato inquietante: Cristina aprove
chó o forzó el segundo default para alimentar el relato que imagina desplega
rá desde la oposición.
La confusión como estrategia
Por eso, su objetivo es generar caos y confusión en la interna peronista, don
de deja correr a distintos candidatos pero prohíbe a su tropa apoyar a uno en
perticular. “Todo lo que hace es para empiojar, no quiere un sucesor peronis
ta”, confió a LPO uno de los legisladores que hablaron con ella de estos temas.
Quiene la frecuentan creen que apostará entonces a meter todos los candida
tos a legisladores posibles y con esa fuerza plantarse frente a un eventual go
bierno de Macri y los radicales, para ir preparando un regreso que imagina glo
rioso y pro aclamación, como el de Michelle Bachelet en Chile.
En el Senado se habla mucho de esto. Miguel Pichetto sentó a todos los sena
dores que pudo con Daniel Scioli para apuntalarlo en la interna del Frente pa
ra la Victoria, pero varios están convencidos que Cristina boicoteará esa prima
ria.
Para eso lo tiene Carlos Zannini, a quien impuso como apoderado del FpV y
será el encargado de las listas. Imaginan que Cristina las llenará de incondicio
nales de La Cámpora y otros del núcleo duro que concentran una altísima imagen negativa y hasta podría intentar imponerle a Scioli un vice indigerible como
Axel Kicillof o directamente plantárselo como competidor.
Incluso, hablan los kirchneristas que sobre el cierra la Presidenta podría inten
tar forzar a Scioli a competir por la jefatura del Gobierno porteño.
Florencio Randazzo, el otro candidato del kirchnerismo que mide, sabe que
Cristina le tiene una enorme desconfianza a Scioli y un poco menos a él y si
gue avanzando con su candidatura contra viento y marea. Pero todo indica
que la Presidenta no quiere un sucesor interno.
Por eso, De la Sota invitó a Scioli a sumarse al frente que están construyendo
 con Sergio Massa y Adolfo Rodríguez Saá, como reveló LPO en exclusiva. Es
 una oferta tentadora, en ese espacio podrán definir las listas a gusto, en vez
de esperar a ver que les toca.

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