martes, 24 de marzo de 2015

El analista, Sergio Berensztein, asegura que los intendentes están “preocupados” por el daño que le pueda provocar al FpV, y fundamentalmente a ellos, tener dos candidatos en las PASO. Para muchos es una instancia que no se podrían permitir.
-¿Cómo analiza este momento del Frente para la Victoria con la pelea entre Scioli y Randazzo?
-Estamos desacostumbrados a la dinámica de las Primarias, pero esto es natural, y es la expresión del hecho de que dentro de los candidatos del Frente para la Victoria hay dos que se cortaron, que son Scioli y Randazzo; los otros quedaron en un segundo o tercer plano. En este contexto aparecen con mucho protagonismo dos candidatos. Uno, en principio, aparece más apoyado en el kirchnerismo más duro, que es Randazzo; y el otro, siempre con una reputación de ser una persona más independiente, más moderada, que es Scioli. La lógica de las PASO es la competencia y la diferenciación, y quizá nos llama la atención porque es la primera que tenemos en el Frente para la Victoria desde que están instauradas las Primarias. En general no hubo competencia electoral fuerte en ninguna de las Primarias.

-Parece que la política tampoco está demasiado acostumbrada, porque los intendentes del peronismo se muestran muy preocupados por esta situación y dicen “nos puede llevar a todos puestos”. ¿Exageran o, en realidad, lo que quieren es que esas dos listas no se reflejen en los distritos?

-Los intendentes tienen miedo de que esta puja (a nivel nacional) impacte en el interior de sus distritos, y que la diferenciación entre un candidato y otro les quite capacidad para manejar su propio concejo deliberante. En muchos casos son tan sensibles los equilibrios, sobre todo después de una elección más o menos mala, como la del 2013, que los muchachos están preocupados por eso. Hay dos problemas: uno es la interna, y el otro es que ven que en sus distritos hay otros candidatos que vienen creciendo; por un lado Macri, y en algunos municipios todavía Massa mide. Para muchos, la Primaria es un lujo que no se pueden dar. Una cosa es la Primaria cuando hay una expectativa de triunfo casi asegurado, y otra es hacerla cuando estás enfrentado a un candidato que no tiene una primaria fuerte, porque para Macri, en principio, parece sencillo ganarle a Carrió.

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