sábado, 4 de abril de 2015

El nuevo plan de garrafas de Kicillof da ganancias millonarias a empresas

Por Antonio RossiMientras se demora el pago del subsidio a los hogares 
más pobres, el precio del gas envasado saltó de $16 hasta $180 en el inte
rior.

 A contramano de “relato” presidencial que lo había planteado como un “cambio sustancial” en el manejo de los recursos fiscales, el nuevo programa HOGAR para los usuarios de gas en garrafas no elimina los
 subsidios a las empresas productoras, mantiene a YPF como una de
 las principales beneficiarias y promete convertirse en un serio dolor
 de cabeza para los municipios y gobiernos provinciales.
Tal como suele suceder con buena parte de los anuncios oficiales, la 
“letra chica” de la reglamentación del nuevo programa HOGAR -que
 apunta a subsidiar en forma directa a las familias de menores recur
sos que se abastecen de gas en garrafas- dejó varias sorpresas y dudas focalizadas en los tiempos reales de instrumentación.
Junto con la ayuda directa a los usuarios de bajos ingresos que no es
tán conectados a la red de gas natural, las nuevas reglas de juego -que
 fueron diseñadas por ministro de Economía, Axel Kicillof y la secreta
ria de Energía, la camporista Mariana Matranga- dejaron en pie las compensaciones económicas que vienen cobrando desde 2008 las pro
ductoras de GLP (gas licuado de petróleo).
La principal beneficiaria de esos “subsidios” es la restatizada YPF que
 comanda Miguel Galuccio, el ex empleador de Matranga. Además, la 
resolución 49 de la Secretaría de Energía abrió la puerta para que el Go
bierno suscriba con YPF GAS todos “los acuerdos complementarios que
 fueran necesarios a los efectos de coadyuvar a la eficacia del Programa HOGAR”.
De hecho, también fue clave en el diseño de esta decisión el vicepresi
dente de YPF, Nicolás Arceo, un hombre de Kicillof y jefe real en el día
 a día de Matranga.
Ganadores y perdedores
De acuerdo con los primeros cálculos que efectuaron analistas del sec
tor, la nueva compensación por GLP podría representar para YPF, por
 su participación mayoritaria en el mercado, un ingreso anual no infe
rior a los $ 5.000 millones. En tanto para el resto de las productoras, los números indican que el total de los subsidios estimado con los precios 
actuales podría trepar hasta los $ 4.000 millones anuales.
Por el lado de los subsidios directos a los hogares de menores recursos
 que no cuentan con el suministro de gas por red, el principal problem
a que se ha registrado con el programa HOGAR es el desfase temporal
 entre la acreditación de la ayuda económica y la entrada en vigencia 
de los nuevos precios de las garrafas.
El nuevo mecanismo establece que los hogares más pobres van a reci
bir a partir del 1 de abril una suma de $ 77 por cada garrafa que tenga
n que comprar.
La idea de los funcionarios era comenzar a implementar el pago de ese
 subsidio en las cuentas bancarias de los beneficiarios sin que los comer
cios y distribuidores suban el valor de las garrafas sociales que era de 
$16 para los envases de 10 kg. Pero no bien se conocieron los detalles 
del nuevo programa, los precios de las garrafas al público se multipli
caron por cinco y hasta por siete veces en todas las provincias y los ba
rrios del Conurbano donde aún no ha llegado la red de gas natural.
Según el esquema oficial, el nuevo precio máximo de la garrafa de 10 
kg. debería ser de $97. Pero prácticamente en ningún lugar se respeta
 ese valor. Los precios que rigen tras la remarcación de los últimos dí
as oscilan entre los $ 120 y $ 180.
Las áreas sociales de varias intendencias del Conurbano y del interior
 del país han comenzado a recibir las quejas de los usuarios de esca
sos recursos que ya tienen que pagar las garrafas con aumentos sin 
haber recibido los subsidios prometidos por la Nación.
Ante las consultas efectuadas a Energía, los funcionarios municipales recibieron como respuesta que la acreditación de los subsidios en las 
cuentas de los usuarios podría demorar entre 3 y 4 semanas hasta que
 la ANSES complete la puesta en marcha del programa.
Frente a esta tardanza y los inevitables inconvenientes que se avizoran
 con el padrón de beneficiarios que debe confeccionar la ANSES, las pro
vincias se muestran reticentes a suscribir el “convenio de adhesión al 
programa HOGAR” que impulsa la Secretaría de Energía.
Por medio de ese acuerdo, la dupla Kicillof-Matranga pretende que las autoridades provinciales se incorporen a un “comité asesor” y eximan
 del pago de Ingresos Brutos y otros tributos locales a las empresas que
 forman parte de la “cadena industrial y comercial” del GLP.
En medio de esa incipiente pulseada, el reglamento del programa pre
vé un intrincado engranaje de funcionamiento donde intervienen las 
secretarías de Energía y Comercio, el ministerio de Desarrollo Social,
 la ANSES, el Banco Nación, el Enargas, el INDEC y organismos provin
ciales (ver recuadro).

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