lunes, 20 de julio de 2015

Un resultado que condiciona a Larreta y golpea a Macri


Por Ignacio Fidanza
El ajustado triunfo porteño golpeó fuerte en la cú
pula del PRO. Los condicionamientos que tendrá 
el nuevo jefe de gobierno.
El ánimo en la cúpula del PRO esta noche era lúgubre. El discurso oficial
 será que ganar por un voto es ganar. Y es tan cierto como lo es que la po
lítica también se construye con percepciones. El territorio donde Mauricio
 Macri tenía que tener su triunfo más resonante, la validación de sus ocho
 años de gobierno, fue decepcionante.
La gran palanca que iba a empujar de manera definitiva su campaña presi
dencial terminó convertida en un triunfo con sabor a poco. ¿O no fue aca
so ese el sentido de anticipar las elecciones porteñas?
Más complejo es determinar que salió mal, si se puede calificar así a un 
éxito que por su escaso volumen no permite capitalizarlo.
Esta noche en la cúpula del PRO esgrimían tres razones, algunas bastante
 ingratas, pero la política es ingrata. 1) Larreta no es Macri, es un hombre
 de gestión excepcional, pero un candidato menos atractivo que el líder 
del PRO 2) Lousteau es un buen candidato para los porteños 3) Comune
ros y legisladores, ya garantizados sus lugares, no se preocuparon por la
burar en serio el territorio.
Son análisis locales que evitan toda extrapolación al orden nacional. Es 
lógico, garantizada la Ciudad ahora lo que tienen que hacer en el PRO es
 un control de daños, para que este triunfo agridulce lastime lo menos po
sible a Macri.
Sin embargo, el resultado prendió una luz roja en la mesa chica del líder 
del PRO. Las encuestas previas y de boca de urna, como ocurrió en la pri
mera vuelta porteña, volvieron a fallar. “No sabemos donde estamos pa
rando, si los datos que nos pasan están mal, todo puede estar mal”, refle
xionaba esta noche un importante dirigente del macrismo.
Es todo un tema el de las encuestas, que esta noche llevaban a Massa a 
retomar su viejo caballito de batalla: Los sondeos que maneja el PRO
son telefónicas (IVR) que entrañan notorias distorsiones. Se quejaba que 
a él lo estropearon por unos números, que hoy están en discusión.
Criticar las encuestas es criticar a Jaime Durán Barba y también a Mar
cos Peña. El problema de los dos principales ideólogos del PRO es que
ellos validan sus estrategias con sus propios números. Hasta Santa Fe
 no tuvieron errores importantes, pero desde entonces lo que se había 
planificado como una serie de triunfos que jalonar el trayecto victorio
so de Macri a la Casa Rosada, sumó un desencanto tras otro: Chaco, La
 Rioja, Tierra del Fuego, primera vuelta porteña y ahora este triunfo 
amargo.
Pero la gran pregunta es: ¿Hasta que punto este resultado daña las chan
ces de Macri de llegar a la Presidencia? No es un secreto que la cúpula 
del PRO viene cruzada por pleitos internos desde que Santa Fe implosio
nó el relato macrista. Pero tampoco es una novedad que elegir un presi
dente es otra pantalla.
El kirchnerismo tampoco tiene para festejar. Perdió Mendoza, Río Negro,
 Córdoba, Santa Fe y en Capital ni figuró en las instancias decisivas. En
tonces, sí parece claro que buena parte de la sociedad ejerce con gran
 libertad su voto y a nadie le sobra demasiado.
Larreta condicionado
Por otro lado, esta elección sí tiene un efecto inmediato sobre la política
 porteña. No sólo se consolidó Lousteau hacia adelante como un candi
dato muy competitivo para relevar al PRO en el gobierno porteño, sino
 que además Larreta asume con márgenes mucho más ajustados de los
 que disfrutó el macrismo en sus últimos años.
La idea de integrar un gabinete con los propios desconocidos, esta no
che empezaba a ser revisada. El resultado de este domingo obliga a
 Larreta a expandir su base política y esto no se logra con los amigos.
Tiene Larreta un instrumento ideal para darle más volumen a su gobier
no: El gabinete porteño. Si designa figuras de la oposición y de presti
gio en la sociedad, puede recuperar en la gestión lo que no consiguió
en las urnas. Si se cierra y agudiza cierta tendencia endogámica del
 PRO, quedará muy sólo frente a las peleas que se le vienen.
Larreta tendrá que gobernar con 3 legisladores menos del quórum pro
pio y ECO será la segunda fuerza con 14 legisladores, se supone ahora
 galvanizados por tener un líder “fuerte”. Pero claro, Lousteau tampoco
 la tiene fácil. El fue el candidato de una coalición heterogénea de radi
cales, socialistas y otras tribus, que el PRO ya demostró que a nivel 
de la Legislatura, tiene oficio y la tecnología para perforar y dividir.
Como sea, se abre un nuevo tiempo en la Ciudad, que una vez más de
mostró que no tiene dueño.

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