domingo, 15 de mayo de 2016

¿Y si Brasil devalúa?: Análisis del impacto en el país de las primeras medidas de Temer

LPOEl presidente interino lanzó un ajuste para enfrentar el descomunal dé
ficit de Brasil. El impacto en la Argentina.
La salida de Dilma Rousseff del Palacio de Planalto casi no se sintió en el
 mercado. La bolsa de San Pablo (bovespa) subió un módico medio punto 
y el valor del real se depreció un 0,9%. Los mercados ya daban por descon
tada la salida hace meses.
Hasta ahora nadie en Brasil –y mucho menos en la Argentina- quieren ni oir
 hablar de la palabra devaluación. Henrique Meirelles, el ex presidente del 
Banco Central de Lula a quien Temer ubicó al frente del Ministerio de Ha
cienda, anunció un duro programa de ajuste con la intención de equilibra
r las cuentas. Para ello planea subir los impuestos y recortar el gasto. Una
 extraña manera de comenzar un Gobierno con serios problemas de legiti
midad y con el principal partido del país (el PT de Lula y Dilma) en guerra 
de resistencia en la calle. Pero acaso evaluaron que no tenían otra opción
.Michel Temer, el todavía presidente interino hasta que el Senado defina la
 suerte de Dilma, dijo que su objetivo central es la recuperación económi
ca. Enfrenta un descomunal déficit del 8,5% del PBI con una caída estima
da del 3,5% del producto para este año.
Brasil enfrenta un déficit descomunal del 8,5% del 
PBI y se prevé que este 
año la economía caiga en
tre 3 y 4 puntos del pro
ducto. Hasta ahora, Mei
relles negó que vaya a 
devaluar y prometió 
ajuste del gasto y suba 
de impuestos.
Con Meirelles, Temer buscó transmitir confianza a los mercados, que lo respetan por su larga trayectoria en la banca y las finanzas. El ex presidente global del Bank Boston afirmó en una entrevista a Globo TV que "la prioridad es equilibrar las finanzas públicas", ya que el déficit podría ascender a 27.720 millones de dólares en 2016.
El primer recorte –simbólico- vino de la mano de la reestructuración ministerial. De los 31 ministerios de Dilma, Temer decidió que 5 pasarán a ser secretarías y además directamente suprimió el Ministerio de Derechos Humanos, Igualdad Racial y Mujeres. Una medida muy polémica ya que en un país con mayoría de mujeres y la mayor parte de la población afrodescendiente, no hay un solo ministro de 
color ni de sexo femenino.
Por el lado de la recaudación, se anunció un nuevo impuesto a los débi
tos bancarios, que hace acordar al impuesto al cheque que Domingo Ca
vallo instrumentó de manera “transitoria” en el gobierno de la Alianza y 
nunca más se eliminó.
En la misma senda, Meirelles prometió: "Es importante decir que (el incre
mento de impuestos) tiene que ser temporario" y explicó que para que la
 economía vuelva a crecer, es importante que haya una disminución del
 nivel de tributación. Sin embargo, los analistas no descartan que el défi
cit fiscal pueda repuntar en 2018, año electoral.


Meirelles, que se negó el año pasado a integrar el gabinete de Dilma, 
reiteró que quiere realizar una reforma al sistema de pensiones y otra 
en la dirección de los bancos estatales, que, sostuvo, deberían ser diri
gidos por profesionales sin interferencia política. Esta última declara
ción alentó las versiones de eventuales privatizaciones.
Por su parte, Temer ratificó que todas estas medidas serán enviadas 
para su aprobación al Congreso, donde se asienta la coalición política
 que le permitió asumir la Presidencia y que constituye hoy su principal
 sostén en el poder, ya que no se trata de un líder popular y tiene índi
ces de imagen negativa incluso superiores a los de la saliente Dilma.
El riesgo de una devaluación
Para Dante Sica, director de Abeceb y un especialista en Brasil: "En la
 medida en que las decisiones que adopte Brasil logren frenar la caída
 de su economía, tendría que mejorar el impacto sobre nuestro sector
 industrial".
El gran temor en los sectores productivos de Argentina, es que acorra
lado por el déficit y la caída de su economía, Brasil realice una brusca
 devaluación como hizo a principios de 1999, condenando a la econo
mía argentina a una recesión que le llevó años revertir.
Sin embargo, analistas consultados por LPO consideran que el nuevo
 Gobierno continuará con el objetivo de bajar la inflación, que ya ha
bía trazado Dilma, que la logró disminuir de más del 10% en el 2015 a
 poco más del 7% este año. Una devaluación no sería consistente 
con esa meta, aunque en Brasil el traslado a precios (past through
no es tan auto
mático como aquí.
Los analistas consulta
dos por LPO no creen 
que Temer vaya a de
vualr y por el contra
rio creen que contin
uará con las medidas 
para bajar la inflación
 que había iniciado Dil
ma, y que la llevaron de
 más del 10% del año
 pasado al 7% que se
 proyecta par el 2016.
Por eso, otra de las medidas en análisis consiste en una reforma laboral que desindexe los salarios de la inflación. Un poco por análisis y otro por deseo, los industriales argentinos repiten que durante el gobierno de Dilma ya se devaluó suficiente y no es necesario continuar esa senda. A los industriales argentinos ya se les hace difícil competir con los precios brasileños. "No lo veo factible, el real ya está bastante depreciado", opinó Dante Sica.
El optimismo no es tan marcado en el gobierno y apenas fue suspendida Dilma, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, blanqueó que la principal preocupación en el gabinete es por el "impacto económico".
La recuperación
La otra gran pregunta es cuando empezará a repuntar la economía del 
gigante sudamericano, tan necesaria para empujar a la Argentina. Los 
más optimistas afirman que el año que viene podría crecer un punto, lue
go de una caída acumulada de más de siete puntos entre el 2015 y el 
2016.
Al respecto, Sica evaluó que "en tanto la economía brasileña se recupe
re, el efecto se empezará a sentir en aquellos sectores con los que Ar
gentina y Brasil tienen mayor grado de integración productiva y luego 
en el resto de la economía".
El director de Abcede advirtió sin embargo, que el sesgo contractivo 
del consumo en Brasil, dará prioridad al aumento de inversiones en los
 sectores exportadores y eso puede representar para Argentina una ma
yor presión en el mercado interno. "Siempre hay preocupación cuando 
suben las importaciones, la forma de moderarlas depende de la estrate
gia que adoptemos para mejorar la competitividad interna", apuntó.

Pero pese a la confianza que genera Meirelles como timonel de la econo
mía, Temer armó un gabinete de coalición de partidos que incluye hasta
 un ministro pastor de la Iglesia Universal a cargo de la Cartera de Desa
rrollo, Industria y Comercio. Si la coalición no logra un funcionamiento 
ordenado, devaluar una vez desindexados los salarios, podría ser una sa
lida para abaratar rápido el costo salarial e impulsar la inversión.

El escenario que haga atractiva una devaluación para reiniciar la econo
mía es de una crisis económica y política aún mayor a la que ya atravie
sa Brasil. Los analistas consultados creen que hoy es poco probable,
 pero ninguno se atreve a descartarlo de plano.
Una nueva devaluación del real sería un golpe letal para la ya complica
da industria argentina, que observa como la inflación local con baja del 
dólar inclina la balanza comercial en favor de Brasil. En diciembre el dé
ficit comercial fue de 1.091 millones de dólares. Y aun con la devalua
ción del inicio del gobierno de Macri, entre enero y marzo acumulamos
 otros 381 millones de dólares de déficit.
Como sea, Temer ya abrió el paraguas y admitió de entrada: "En dos 
años no voy a hacer milagros".

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