lunes, 6 de junio de 2016

Análisis: El blanqueo. Plan B, ante el fracaso de las metas de Prat Gay

Por Marcia Dell´Oca Que hay detrás del incumplimiento de las metas de re
ducción del déficit e inflación.
 Las metas fiscales, de inflación y de crecimiento se renuevan. A un mes de comenzar el segundo semestre, las promesas del ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat Gay, no solo necesitan una revisión sino una estrategia nueva.
El proyecto original incluía revisar los pliegos de las obras públicas en cur
so y reanudarlas tras la revisión, pero no pisarlas durante seis meses. Es 
que con el correr de los meses se reiteraron los anuncios de expansión del
 gasto público y de reducción de retenciones e impuestos, que amplían el 
déficit; pero poco se avanzó en la reducción del gasto público. Tres quin
tos de la meta de reducción del gasto dependían de la baja de subsidios a
 la luz y al gas. Y sin embargo, la marcha atrás con el tarifazo dejó al Gobier
no con un gasto de $2.250 millones de pesos no previsto, según reveló el 
mismo ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
Tres quintos de la meta de reducción del gasto depen
dían de la baja de subsi
dios a la luz y el gas, que
 con las últimas contra
marchas quedó a medio 
camino.
El problema del plan económico lo abordó el economista estadounidense y ganador del premio Nobel 2011, Thomas Sargent, durante una charla en el Segundo Congreso Argentino de Fondos Comunes de Inversión: "Lo que importa es la sostenibilidad política de un plan y de eso los economistas no saben".
El plan de Macri era ambicioso y aparentemente lineal: levantamiento del cepo cambiario, pago a los holdouts, baja del riesgo país, apertura de la cuenta capital y lluvia de dólares. Sin embargo, había algunos baches que sortear en el plan
 de ruta. El éxito dependía de cerrar las paritarias debajo del 30% anual,
 contener la inflación en el primer semestre debajo del 20% y exhibir un reordenamiento de las cuentas que atrajera capitales para que la inversión
 extranjera compensara parte de la caída del PBI por la contracción del 
consumo.

Strurzenegger y su equipo conversan con el premio Nobel, Thomas Sar
gent, en un despacho del Banco Central.

Las paritarias en marzo y abril por encima del requisito presidencial fue la
 primera luz amarilla. La segunda fue la escalada de la inflación y la dispa
rada del dólar a $16. Y mayo fue el mes de la marcha atrás con el proyecto
 original por la oleada de amparos contra el tarifazo. La dimensión política
 del plan económico tenía un grosero error de cálculo.
Sincericidios
Quizás Sargent llegó 6 meses tarde con la recomendación que dio delante
 del presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger: "Para saber si 
un plan es sostenible en el futuro tenemos que incorporar a los políticos 
y politólogos", indicó el premio Nobel.
El otro error de diagnóstico tuvo que ver con los capitales que no llegaron
 en la medida en la que los esperaban. La misma cúpula del Gobierno de
claró poseer más de $100 millones en el exterior, que todavía no fueron re
patriados. Prat Gay declaró el equivalente a $40,5 millones, Aranguren 
o$53,5 millones, Sturzenegger casi $5 millones y unos $233 mil en manos
 de Lopetegui.
El propio presidente Macri todavía no repatrió los $18 millones que tiene 
en el exterior y que no decidió traer al país hasta que fue expuesto por la 
prensa en el escándalo de los Panama Papers.
Macri cometió un sincera
miento poco feliz al con
ceder que cuando repa
tríe los millones que tie
ne en Bahamas los des
tinará a una renta finan
ciera como las Letes. Es
 que fueron esos instru
mentos los de mayor ren
tabilidad.
Macri incluso cometió un sinceramiento poco feliz al aceptar la sugerencia de un periodista de invertir en deuda argentina: "Posiblemente compre letras del Tesoro Argentino para ratificar que este proceso de recuperación argentina va a ir cada vez mejor", dijo Macri al anunciar que daría orden de traer sus millones al país.
Es que efectivamente las mayor rentabilidad en el primer medio año de Gobierno de Macri la ofrecieron las inversiones en instrumentos financieros como las Letras del Banco Central (Lebacs) y los bonos de deuda atados a la inflación, mientras que la economía real mostró un desempeño recesivo. La señal para el resto del empresariado es clara: el propio Presidente prefiere hacer una inversión 
en cartera antes que embarcarse en los desafíos de la economía real.
Por eso, los capitales que llegaron vinieron a aprovechar las altas tasas de
 que ofrece el sector financiero y bancario o ingresaron de la mano de la 
colocación de deuda externa nacional y provincial a tasas en dólares supe
riores incluso a las que paga Grecia.
El Plan B
En este marco empantanado, el Gobierno acaba de lanzar su "Plan Blan
queo" o sencillamente su "Plan B". Como lo evidencian las discusiones
 al interior de la coalición y la urgencia con la que fue planteado el proyec
to de ley, el blanqueo de capitales no formaba parte del Plan A, enunciado
 al inicio de la gestión macrista por Prat Gay.
La idea del blanqueo es más tributaria que de repatriación productiva co
mo lo demuestra el texto del proyecto de ley, que ofrece distintas alterna
tivas (ver recuadro) para exteriorizar los bienes sin necesidad de traerlos 
al país.
Mediante el blanqueo, el Gobierno aspira a alcanzar por el lado de la recau
dación entre 2 mil y 3 mil millones de dólares y más de 20.000 millones de
 dólares por el lado de la repatriación de capitales. Sin embargo, el econo
mista del Frente Renovador, Aldo Pignanelli es menos optimista: "Por el
 lado de la repatriación, nuestras estimaciones tienen un tope de 10.000 
millones de dólares y, por el lado de la recaudación, un tope de mil millo
nes".
Pignanelli explicó a LPO que "al gobierno le está fallando la parte de la in
versión extranjera del plan. Con el blanqueo no apuntan a cerrar la brecha
 fiscal, que de hecho creció, sino a generar un shock de confianza por efec
to contagio". Si los argentinos llevan su dinero a la Argentina, los demás 
se verían tentados a imitarlos, sería el razonamiento detrás del planteo.

Macri escucha a Prat Gay en una reunión de gabinete.

El problema es que la alícuota promedio del 10 al 12% para los que ten
gan "plata en serio" es muy alta. Por ejemplo, si los millones de Macri no
 hubiesen estado declarados, para repatriarlos debería dejar en la caja de
 la Anses más de $2,1 millones. Desde la óptica empresaria, es mucho di
nero para perder de un segundo para el otro.
A priori, el dinero que deje el blanqueo se utilizará para el pago a los jubi
lados y no a cerrar la brecha fiscal. "El déficit de hecho creció", dijo Pigna
nelli a LPO. En esto coincide un amplio espectro de economistas. Este 
complejo panorama se vio incluso reforzado el viernes pasado cuando se 
dieron a conocer las cifras de la recaudación de mayo, que crecieron muy
 por debajo de la inflación.
Luciano Cohan anticipa 
que este año el déficit se
rá incluso superior al del 
2015, porque en el segun
do semestre aumentará 
el gasto para impulsar el crecimiento.
Luciano Cohan, por ejemplo, anticipó que en 2016 tendremos un déficit superior al 2015 porque en el segundo semestre aumentará el nivel de gasto para impulsar el crecimiento de la economía mediante el pago a los jubilados con lo recaudado por la Anses con el blanqueo y el flujo de fondos propios.
Javier Milei, sin embargo, descartó de plano el repunte de la actividad económica en el segundo semestre por falta de inversiones y la mala estrategia de Macri para llevar a cabo la reducción del subsidio a las tarifas que ahora jaquea el programa de reducción del déficit fiscal y desalienta la lle
gada de los capitales.
"Los déficits fluctúan año a año. Si la política del gobierno es clara y pre
decible es fácil que la gente pueda formar sus expectativas", atemperó Sar
gent. Precisamente ahora, las expectativas sobre la inflación muestran una
 tendencia a la baja. Y el nivel de actividad con un signo de pregunta que
un economista resumió irónico: "Me parece que el segundo semestre lle
ga el año que viene."

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