miércoles, 21 de septiembre de 2016

Malcorra desmintió a Macri para salvar su candidatura a la ONU

LPOAclaró que falta mucho para hablar de soberanía con Londres y
 agravó el fiasco del Gobierno en el tema Malvinas.
En un intento desesperado por salvar su candidatura para la secretaría general de la ONU, la canciller Susana Malcorra salió a desmentir los dichos de Mauricio Macri respecto a la presunta disposición que había
 mostrado la primera ministra británica, Theresa May, a dialogar sobre
 la soberanía en las Islas Malvinas.
El Gobierno está en un insólito enredo en el tema Malvinas, que co
menzó con el acuerdo (que luego se dijo que no fue un acuerdo) que
 Malcorra firmó con el vicecanciller británico y donde no se menciona
 el tema soberanía. Siguió con una desautorización de Macri, cuando 
señaló que ese tema va a estar en el diálogo con Londres, y luego el 
propio Presidente fue bastante moderado en su discurso en la ONU.
Pero lo peor vino después del encuentro "muy informal", de mesa a me
sa, que Macri tuvo con Theresa May. El mandatario contó que le dijo que
 está "listo para comenzar un diálogo abierto que incluya por supuesto 
el tema soberanía sobre las Islas Malvinas". Según Macri, la británica 
respondió "que sí, que habría que comenzar a conversar" y que coinci
dió en que, aunque sea un proceso que llevará años, lo bueno es que co
mience.
Como no podía ser de otra forma, esa declaración generó un alto impacto
 en Argentina y probablemente lo tendría también en Reino Unido. Es por
 eso que Malcorra se apuró a salir a bajarle completamente el tono a los 
dichos de Macri y aclarar que falta mucho para que Londres acepte ha
blar sobre soberanía.

Malcorra aclaró que la soberanía es una cuestión por debatir con Gran

Bretaña, pero “de ahí a decir que el tema ya está en la mesa, y que ya he
mos acordado avanzar en el tema hay un gran recorrido”. Completó la 
desmentida contando que Macri le dijo “avancemos, hablemos y ponga
mos todos los temas en la mesa”.Lo hizo a través de un comunicado ofi
cial de la Presidencia, donde contó que Macri habló con May sobre “la 
posibilidad de tener un encuentro más específico para avanzar en los 
múltiples temas que tenemos, entre los cuales está la cuestión de Malvi
nas que, para nosotros, es prioritaria”. “Por supuesto la Primera Ministra 
dijo que se encontrarían, pero no es que se habló de una hoja de ruta, o 
dónde van a ser los próximos pasos”, agregó la canciller.
La funcionaria se anticipó con esa desmentida a una muy probable fuerte
 reprimenda de Londres, donde claramente no tienen ninguna predisposi
ción a incluir el tema Malvinas en las conversaciones, como dejó bien en
 claro el vicecanciller Alan Duncan cuando la semana pasada firmaron el
 acuerdo: “desde ya que el diálogo no incluye la cuestión de la soberanía”.
Pero se sabe que Malcorra viene haciendo esfuerzos denodados para ga
narse el favor de Reino Unido, uno de los países que tiene poder de veto
 en la ONU y que por sí sólo podría voltear su candidatura para la secreta
ría general, ya de por sí complicada. Desde que empezó su campaña, la 
canciller buscó que el tema Malvinas esté en un segundo plano y hasta 
aseguró que sólo ocupa un "20 por ciento" del vínculo bilateral.
Con un cruce como el que pudieron generar los dichos de Macri, Malco
rra se hubiera ganado automáticamente el veto de Londres y su candida
tura hubiera naufragado definitivamente. Sólo así se entiende la desespe
ración por desmentir al Presidente y que lo haya hecho a través de un 
canal oficial de la Casa Rosada.

Sólo así se entiende también que Malcorra haya metido al Gobierno en
 este enredo del acuerdo con Malvinas, que generó duras críticas inclu
so dentro de Cambiemos y hasta está provocando chispazos entre los
socios del PRO, como reveló LPO. Porque más allá del diálogo en sí 
mismo y del gesto de la canciller a Londres, lo firmado no tiene ningún
 beneficio para Macri. Al contrario, es todo costo político.

Eso último queda en evidencia en la reacción de los isleños, que feste
jan la “retirada de las sanciones” y que “la soberanía de las Islas Malvi
nas no será parte de las negociaciones”.
Más allá de esto, los traspiés del Gobierno en este tema revelan errores
 muy groseros en materia diplomática, un área de máxima sensibilidad 
donde las máximas autoridades de un país no se pueden desdecir a la 
ligera, como puede ser en la política doméstica. Mucho menos se puede
 revelar un diálogo "muy informal", de mesa a mesa, con autoridades 
de otros países.

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