domingo, 9 de octubre de 2016

ARDE MAR DEL PLATA: EL INTENDENTE RENUNCIARIA A PEDIDO DE LA GOBERNADORA

Decidido: el año que viene Gral Pueyrredón elegirá intendente
Tal vez fue una de las decisiones más importantes del encuentro 
de Vidal y su gabinete en Chapadmalal. Con un 67% de imagen
 negativa Carlos Arroyo se quedó sin crédito. Las condiciones.
Cuando se trató el tema “Mar del Plata” (así está nominada la car
peta que sus colaboradores pusieron en manos de la gobernado
ra) el ceño adusto de Vidal indicaba que algo grave estaba por pa
sar.
Y pasó: con un 67% de imagen negativa, un diagnóstico de inesta
bilidad en las decisiones y en las declaraciones, una pésima admi
nistración que ya hizo que los fondos que arriban de parte del go
bierno provincial no puedan pasar por sus manos y una convicción
 generalizada que la cosa no tiene retorno, la conducción política 
de Cambiemos resolvió que encarar el proceso electoral de medio 
tiempo con el lastre de un intendente rechazado por las dos terce
ras partes de los votantes es un suicidio.
Además la decisión del jefe comunal de faltar a la reunión convoca
da por Mauricio Macri con 2000 intendentes y sus despectivas de
claraciones posteriores terminaron por convencer a todos de que 
Arroyo es sapo de otro pozo y poco interés tiene en sumar para Cam
biemos. “Entró por la ventana y en cualquier momento sale por el 
mismo lado para donde más le convenga” recordaban.
La idea que se aprobó fue la de convencer a Arroyo de dar un paso 
al costado no más allá de marzo del año próximo, a cambio de la pro
mesa de sostener financieramente a una comuna que hace agua. Por
 eso se lo convocó a Chapadmalal y, tras comunicarle la decisión to
mada, se le exigió una respuesta antes del martes como condición pa
ra girar los $50 millones que están faltando para pagar setiembre.

¿Qué dijo Arroyo?. Nada; quienes lo vieron salir con cara de pocos
amigos decían hoy que cualquier cosa se puede esperar del explosi
vo dirigente. Pero también repetían que “no tiene chance; o acepta y
 se va dignamente o en diez días le estalla la comuna”.
Lo que indica que, más allá de las formas (que quedaron en manos
 del protagonista) la decisión está tomada: punto final y a elegir un 
uevo intendente.

Se veía venir.


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