domingo, 2 de octubre de 2016

Los empresarios de la construcción quieren que se vuelva a crear el Ministerio de Obras Públicas

LPOEs porque la obra está parada por falta de coordinación. Las crí
ticas a Dietrich y Chain y el papelón en Rusia.
La obra pública sigue frenada y ya es motivo de enojo entre los refe
rentes de la construcción, que adjudican la parálisis a la falta de coordinación entre las distintas dependencias encargadas de ejecu
tar  planes de infraestructura. Pragmáticos, para terminar con ese 
problema reclaman la urgente creación del Ministerio de Obras Pú
blicas. 
Evalúan que la estrategia de dividir las cajas no está funcionando,
 pero el esquema responde a una de las máximas de la administra
ción de Macri: evitar subjefes poderosos, como fueran Julio de Vi
do y José López en la era Kirchner.
Pero para los constructores más experimentados este método para
lizó los proyectos y así se lo hicieron saber al coordinador de Gabi
nete, Mario Quintana, uno de los funcionarios más escuchados por
 Macri con la tarea de vincular las distintas áreas del Gobierno. Quin
tana se inclina por apoyar la idea, pero sabe que el Presidente por 
ahora la resiste.

Pero Chain juega solo y, lo que es peor, rara vez resuelve. Inmerso 

en una interna interminable con el secretario de Vivienda, Domingo 
Amaya y sus subsecretarios de Vivienda, Iván Kerr y la de Habitat,
 Marina Klemensiewicz, la gestión está muy trabada. Kerr responde 
a Larreta, Amaya al peronismo y Klemenciewicz a su marido, el vo
cero presidencial Iván Pavlovsky y al propio Macri.En obras públi
cas no parece nada sencillo. El secretario del área es Daniel Chain
 histórico aempleado de Macri de las épocas de Socma y bajo la ór
bita del Ministerio del Interior, con la lógica de darle a Rogelio Frige
rio una carta de negociación con gobernadores e intendentes.
"Se matan todos contra todos y no sale nada", explicó a LPO un em
presario del sector.
Los constructores están furiosos con Chain porque paralizó la obra
 pública el primer semestre, pese a que según la información que tie
nen, el detenido ex secretario de Obras Públicas, José López, dejó 
entre 300 y 500 millones de dólares en la caja, que según parece de
saparecieron y no con destino a sus famosos bolsos.
Tanta es la desazón de los empresarios que prefieren descargarse 
con Frigerio o con algún funcionario de menor rango. Por eso empe
zaron a dejar trascender que acaso llegó el momento de recrear el 
Ministerio de Obras Públicas.


El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, en la Cámara Argenti
na de la Construcción.

La única esperanza de los empresarios para convencer a Macri de 
volver a concentrar la obra pública es la partida de Chain como can
didato a diputado y por algún motivo el funcionario estaría de acuer
do en ir a ese destino. "Lo que tenía que hacer ya lo hice", comen
tan los constructores. 
En Transporte las cosas no están mejores, sobre todo porque el mi
nistro Guillermo Dietrich parece seguir de campaña: Cada vez que 
se encuentra con empresarios de la construcción dedica la primer 
media hora a criticar la corrupción -de ellos- con el kirchnerismo.
Temeroso, uno de sus funcionarios sorprendió cuando le pidieron 
redeterminar los costos de una obra, un trámite habitual en un con
texto de alta inflación. “Eso es un curro”, respondió el funcionario, 
abriendo un conflicto que sigue hasta hoy. El Gobierno quiere acor
dar obras por una "tarifa plana" que no se ajuste.
Dietrich es uno de los bendecidos en el presupuesto de 2017, con 
90 mil millones de pesos, casi el doble que el de Obras Públicas
 (50 mil millones), pero los empresarios de la construcción se que
jan que los mega anuncios de Transporte -publicados prolijamente
 por algunos diarios en sus tapas-, nuca pasan del plano periodísti
co. "Tiene miedo de firmar", explican los empresarios.
Lo respetan más al ministro de Energía, Juan José Aranguren, que 
si bien acumula una de los mayores subejecuciones de presupuesto
, luego de un primer semestre de parálisis total, empezó a disparar li
citaciones. "Cada represa de Aranguren equivale a todo un presu
puesto de obras públicas", reconocen los empresarios.
Los empresarios protestan porque además de pisar fondos el Gobier
no tampoco termina de agilizar el financiamiento externo. Rusia con
geló la asistencia a la represa Chihuido, en Neuquén, porque Macri 
le pidió dos veces al presiente Vladimir Putin, bajar la tasa.
Putin se indignó porque Macri en su último reclamo fue por una tasa 
menor a 5.5%, muy por debajo de las conseguidas por Luis Caputo 
cuando toma deuda externa para financiar gastos corrientes. "Yo ya 
acepté una baja del 6,5% al 5,5%, si quiere negociar otro baja, tendrá
 que esperar que lo llame mi ministro de Finanzas", lo cortó el presi
dente ruso a Macri, la última vez que se vieron. El ministro, como era 
previsible, todavía no llamó.
En la delegación argentina no tuvieron mejor idea que disfrazar el cru
ce, apelando a una supuesta broma fuera de lugar sobre el resultado 
del próximo Mundial de Fútbol que se celebrará en Rusia. 

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