viernes, 30 de diciembre de 2016

Grave denuncia por corrupción que apunta al ex Secretario de Seguridad Fabián Puig


Un ex empleado municipal realizó una grave acusación, seguido 
por una denuncia penal, acerca de comercialización de
 estupefacientes, coimas y sobornos recibidos por parte 
del ex funcionario de seguridad, Fabián Puig.

Carlos José Etcheverry, ex empleado municipal de treinta años, 

que hasta hace tres meses desarrolló su labor de contratado en 
el área de Protección Ciudadana de la Municipalidad de Dolores,
 más específicamente en uno de los móviles de la patrulla urbana 
con los que cuenta la ciudad, llevó a cabo una denuncia que 
apunta a las esferas más altas de la seguridad en Dolores, donde 
el blanco de sus acusaciones fue Fabián Puig.
En base a lo denunciado, Etcheverry señaló que además de su 

labor en la patrulla urbana, también realizaba trabajos extras para
 Mario Puig. El ex empleado municipal sostuvo acerca de ello “Me 
daba un auto, teléfono, tenía que ir a buscar dinero a ciertos lugares
 o negocios donde él me mandaba los fines de semana”.
José Etcheverry afirmó a los colegas de “Diario Compromiso” que el 

ex jede seguridad, y hombre fuerte del intendente, cobraba a cambio 
de brindar seguridad a ciertos locales de la ciudad. “Sí, cobraba por
 seguridad. Él maneja toda la policía, yo lo único que tenía que hacer 
era ir a buscar el dinero”, concluyó.
Ampliando su declaración, Etcheverry sostuvo, “yo iba en un auto de 

la Municipalidad, junto con un policía de particular, un Corsita gris,
 patente KAI 245, de los últimos que compraron”. En cuanto al vehículo 
en el que supuestamente se desarrollaban estos hechos de corrupción,
 el denunciante afirmó que “lo habían traído para los radares o la 
Patrulla, pero lo usaba Puig para uso personal, nunca se lo usó para la
 Patrulla”.
Según Etcheverry, el dinero recaudado era llevado a un alto funcionario 

del Municipio, donde se aclara que no se trata del jefe comunal Camilo
 Etchevarren. El ex trabajador del área de Protección Ciudadana, afirmó 
que la recaudación de las actividades, por las cuales él realizaba el 
“cobro”, llegaba principalmente de la venta de droga. “Lo que se co
braba era por protección a la droga”, sostuvo.
Además del trafico de drogas, Etcheverry sostuvo que algunos locales 

pagaban para tener a agentes de la policía local en la puerta de sus ne
gocios, lo cual, según el denunciante, oscilaría en una cifra cercana a
 los mil quinientos pesos semanales.
En base a esto, Etcheverry realiza una declaración estremecedora, afir

mando que los locales que se negaban a pagar coimas sufrían represalias.
 “Tenían que pagar sí o sí porque si no lamentablemente los robaban. A 
sobornos y los posteriores robos, tenían relación entre sí, Etcheverry 
afirmó “no sospecho, eran ellos que los mandaban a robar, si no paga
ban le ponían un policía en la esquina, no los dejaban vender nada o le
 buscaban la vuelta para clausurarlo”. Continuando con su declaración,
 el “arrepentido” ex funcionario sostuvo que altos mandos de la seguri
dad de Dolores no sólo estarían involucrados en las coimas para comer
cializar o protección policial, si no que también habría vinculaciones a la prostitución, donde las fuerzas de seguridad no sólo estarían al tanto, si
 no que también se beneficiarían del rédito económico que esta conducta
 ilegal aportaba.
A la hora de ser consultado sobre cómo fue su iniciación en éstas prác

ticas, Etcheverry contó que todo comenzó debido a problemas persona
les de índole económico, lo cual propició una supuesta propuesta de 
Puig, donde le habría dado a entender que si realizaba trabajos extras 
para él, su situación económica mejoraría. Estos “laburitos” (así lo men
ciona el denunciante) le darían una suma extra de doce mil pesos.
Luego de dar a entender, que el hecho de trabajar para el principal hombre responsable de la seguridad en Dolores le daba plena inmunidad ante el

 resto de los empleados municipales y policiales, Etcheverry deslizó que
 el juego clandestino fue otras de las conductas ilegales de las que su
 jefe se vería beneficiado monetariamente, a cambio de permitir su 
desarrollo.
El denunciante contó a los colegas del “Diario Compromiso” acerca 

de cómo empezó su alejamiento de Puig, y por ende también de éstas
 cobranzas y de su original labor como miembro del área de Protección
 Ciudadana de la Municipalidad. “Una noche fuimos a buscar dinero a 
un negocio, como íbamos siempre. El otro muchacho que iba conmigo
 (de nombre Matías) no se quiso bajar. Cuando entré, esa persona (…)
 estaba con uno de Mar de Ajó (…) el tipo fue al fondo, sacó una nueve
 mm y me la puso en la cabeza, mientras me decía que (él) ya había 
arreglado con (nota: da el nombre de un policía). Estuve como cuaren
ta minutos para zafar, subí al auto y me fui”, expresó. Luego relató que 
mantuvo una supuesta conversación telefónica con Puig, donde éste le 
aconsejó no mantener una charla telefónica. Minutos después de esta 
conversación, Etcheverry asegura que fueron a buscarlo una serie de 
automóviles particulares con oficiales de la policía vestidos de civil, los
 cuales se habrían dirigido a él para comunicarle que ya habían dialoga
do con el dueño del negocio, afirmándo “andá a buscar la plata, está
 todo arreglado”, a lo cual, Etcheverry sostiene haber obedecido esta 
orden y haber recibido una cifra cercana a los tres mil pesos.
Etcheverry afirma que éste episodio no pasó desapercibido para él, ya

 que ese acto violento que habría sufrido en aquel negocio donde fue 
uig volver a su antigua labor y obtener legalmente el dinero. El denun
ciante afirmó que al plantearle esta situación a su jefe, recibió un insis
tente pedido por continuar realizando éstas supuestas cobranzas delic
tivas.
Al mantener su negativa, el ex empleado del área de Protección Ciuda

dana de la Municipalidad, sostuvo que esa misma noche y como forma
 de escarmiento fue despojado del móvil municipal con el que habitual
mente transitaba y recibió la orden de montar guardia en la céntrica 
esquina de la Calle Buenos Aires, donde funciona el local de electrodo
mésticos Sampietro. “Me quedé dos noches (haciendo guardia), a la
 segunda me internaron en el Hospital con hipotermia, pasado de frío 
(…). Estando con carpeta médica me bajaron el contrato de48hd a 36hs
 o 30hs, después me echaron, hace pocos meses”, concluyó de manera
 contundente.
Etcheverry afirma que luego de ser despedido, fue seguido por distintos

vehículos. “Al principio me seguían para todos lados, me seguían con
 un Logan, con un Chevrolet Corsa, ahora con un Astra. Son policías 
viejos que yo conozco, los he visto en allanamientos donde no encon
traban nada y tiraban algo”, declaró.
Finalizando su declaración, Carlos José Etcheverry, expresa haber 

recibido amenazas y que todas ellas están denunciadas en la justicia,
 aunque el denunciante afirma no confiar demasiado en los funciona
rios judiciales, debido a su supuesto nexo de los mismos con los altos
 mandos de la policía, de los que él estaría recibiendo dichas amenazas.
 En base a esto afirmó “Tengo desconfianza que al paso que va no pase
 nada (en la justicia). Un día fui a hablar con el fiscal y salía el que apre
taba a la gente con varios más”.
La grave denuncia realizada por Etcheverry ha tomado gran dimensión

 pública y es uno de los escándalos de los que más hablan por estos 
o no habían sido denunciados publica y judicialmente.
Quedará en manos de la justicia confirmar o desestimar la denuncia de 

Etcheverry, como una necesidad de aclarar las acusaciones que el ex 
empleado realizó contra las altas esferas policiales. Sólo de esta mane
ra, los ciudadanos de Dolores volveremos a creer en la transparencia 
de las personas encargadas de preservar nuestra seguridad.

Fuente: Diario Compromiso

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