viernes, 13 de enero de 2017

Daniel Arroyo: "La política social está agotada"

Mientras veranea en la costa bonaerense, el dirigente massista realiza 
un balance del primer año del presidente Mauricio Macri. Además habla
 de soluciones y se postula como candidato en un mano a mano con La
 Tecla.
Daniel Arroyo:
Se acerca desde Valeria del Mar hasta Pinamar para dialogar con La 
Tecla. El exministro de Desarrollo Social y referente del massismo, 
Daniel Arroyo, marca con detalles los errores cometidos por el Gobier
no de Macri y no da vueltas al señalar que “estamos peor que el año 
pasado”. Aporta consejos para una eventual mejoría, habla de su 
reciente libro y se lanza como candidato a diputado de cara a las
 legislativas.

-Se terminaron el primero y el segundo semestres. ¿Se mejoró, se 

empeoró?
-Durante todo el año 2016, la situación empeoró. Por un lado, la inflación

 fue constante, sobre todo en alimentos, transporte y tarifas. Por otro
 lado se pararon la construcción y la industria textil. Cuando pasa eso,
 se paran las changas. Y todo sumado hace que aumente la pobreza. 
Además hubo despidos en el sector público y privado. Todo eso hizo
 que, objetivamente, empeorara la situación social. La otra cara de esto
 es que hay más comedores comunitarios, y bajó el consumo de leche por
 primera vez en muchos años. Yo diría que el Gobierno agarró un enfermo
 con 39 grados de temperatura, una situación crítica, pero le metió un
 ajuste y lo llevó a 41 grados. Los últimos cuatro años de kirchnerismo 
fueron malos en materia social, pero ahora estamos peor que antes.

-¿Se puede seguir así?
-Hay que cambiar ya, sí o sí. La política social está agotada. Eso no quiere

 decir que haya que desarmar nada. Hoy hay nueve millones de personas
 que reciben subsidios, y si alguien lo desarma, va a haber una guerra
 civil. Pero esa política está agotada. De esa manera llegamos hoy al 32
 por ciento de pobreza. Cada gobierno que vino, de derecha o de izquierda,
 aumentó los planes.

-Supongamos que mañana Sergio Massa gana las elecciones. ¿Cuál es la 

primera medida? No le di-go una medida de fondo, sino la primera.
-Una, decretar la emergencia alimentaria y volcar mucho dinero en come

dores escolares, porque bajó el consumo de leche y carne y subió el 
consumo de harina. Y, dos, mucha obra pública de pico y pala: mano de
 obra intensiva que les dé trabajo a pibes sin secundaria completa. Esas 
dos cosas hay que hacerlas ya. Si el Gobierno hace 2.500 kilómetros de 
ruta o hace una central termoeléctrica, eso es bueno para el país, pero
 ningún pibe va a laburar ahí.

-¿Los escuchan desde el Gobierno?
-Es un Gobierno que se abre al diálogo, y que escucha más que el anterior. 

Pero gobierna con un solo ojo. Tiene en claro qué hacer con el mercado,
 cómo abrir la Argentina al mundo, pero no qué hacer con el Estado, cómo
 mover la construcción, el sector textil, el comercio. Gobiernan como si no
 hubieran leído un libro de historia: están dispuestos a chocar con una 
piedra con la que chocamos. Y como lo creo bien intencionado y no
 perverso, me parece que la cuestión es que no está mirando al conjunto
 del país, está mirando una parte.

-Se dice que ninguno de los que gobiernan ha pasado hambre. ¿La rea

lidad que describe tiene que ver con eso?
-Sí, es un Gobierno donde todos piensan lo mismo. En el Gobierno tiene

 que haber diversidad de miradas. Puede haber gente que entienda bien de empresas, de procesos productivos, pero tenés que tener tipos que 
conozcan de la realidad, que conozcan la calle, que vean dónde están
 los problemas, que entiendan la economía informal. Un tercio de la
 economía es informal, gente que trabaja en negro, gasistas, plomeros,
 carpinteros. Vos parás la construcción y tirás a un tercio de gente a la 
banquina. Es el mayor pecado que cometieron, y fue por no entender
 cómo funciona la economía informal.

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