sábado, 18 de febrero de 2017

El vicepresidente del Central puso en duda que el dólar esté atrasado y le llovieron críticas

LPO"Y las colas a Chile como se explican??" le preguntaron. 
El atraso cambiario frente al dólar igualó al de enero de 2002 y 2014.
Mientras los analistas económicos de la City porteña hablan de "súper-peso", porque con el dólar debajo de los $16, el tipo de cambio bilateral frente a los Estados Unidos está en niveles similares a los previos a la megadevaluación de 2002 y la devaluación de 2014.
Sin embargo, para el vicepresidente del Banco Central, Lucas Llach, esta comparación es sesgada. En su twitter comentó: "Qué poco se mira al
 mundo cuando en la Argentina se habla de tipo de cambio real" y 
adjuntó una planilla de cálculo con el índice del tipo de cambio real 
multilateral (ITCRM) en reclamo a sus colegas por solo centrarse en la 
comparación con el dólar (ITCRM) y no mirar la relación del peso con 
las demás monedas.Por eso, los analistas advierten de los riesgos del
"super-peso" en materia de muy baja competitividad, el costo en e
mpleos industriales de las importaciones, y su efecto recesivo.


A la fecha, el último registro del índice de tipo de cambio real bilateral 
(ITCRB) frente al dólar es el de ayer jueves cuando el dólar cotizaba
 $16,71 -22 centavos menos que hoy- y el ITCRB era de 79,8. (El valor
 de 100 representa la paridad de monedas al 17 de diciembre de 2015
, cuando Macri liberó el cepo cambiario y la divisa se fue a $14. Cuando 
el índice baja, la moneda se aprecia, es decir se encarece y tiene mayor
 poder de compra en el exterior; por el contrario cuando sube, la
 economía gana competitividad.)
Si solo se mira la relación frente a Estados Unidos, somos 20,2% 
menos competitivos que en diciembre de 2015; frente a China en el
 mismo lapso perdimos 21,7% de competitividad y contra la zona 
euro, 22,3%. Solo frente a Brasil Argentina ganó terreno en 7,4%, 
pero esto se debe en realidad a que el real está aun más atrasado
 que el peso.
El argumento de Llach no es inválido. El paralelismo simple con la
ruptura económica de 2002 es sesgado. El tipo de cambio bilateral 
supo estar mucho más atrasado durante varios años en los noventa
 cuando el índice se mantuvo tozudamente debajo de 70 sin que la 
economía implosionara.  


Pero el "super-peso" es una señal de alarma que traduce en índices macroeconómicos una realidad tangible: vacacionar en la costa argen
tina es más caro que hacerlo en Punta del Este o en Brasil, la ropa y el
 calzado tiene precios elevadísimos, al igual que los combustibles. Y 
odo esto detiene a la economía. Basta cruzar las fronteras para conse
guir electrodomésticos, indumentaria y combustibles sustancialmente
 más baratos. Y los viajes de compras a Chile, Paraguay y, en menor
 medida Brasil están a la orden del día. 
Por eso las críticas no tardaron en llegar: "Vos decís que somos 
enfermos por el dólar?", "las cosas de todos los días están mucho más
 caras acá que en Chile, Brasil, España", "o sea que vos pensás que e
l tipo de cambio está bien?", le respondieron.
También le recogió el guante el economista del CEMA, Carlos Rodriguez
, que se preguntó "Y las colas a Chile como se explican??"

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