lunes, 10 de abril de 2017

Extrema preocupación en el Gobierno por el impacto económico de las inundaciones

El temporal complicó el récord de 130 millones de toneladas que 
nunció el Gobierno.
La impresionante sucesión de lluvias que inundó buena parte de la 
región agrícola núcleo y más allá, trepó este lunes al primer lugar
 de las preocupaciones de la Casa Rosada, incluso por encima del 
recrudecimiento del conflicto docente, luego del violento desalojo 
de los maestros de la Plaza Congreso.
A fines del año pasado, el Ministerio de Agroindustria había 
afirmado que durante la campaña 2016/17 se alcanzaría un nivel
 récord de 130 millones de toneladas, sumando los principales 
cultivos agrícolas.Fuentes oficiales confirmaron a LPO que la 
situación empieza a ser crítica y pone en riesgo la única noticia 
de mejora económica de un sector realmente contundente que 
esperaban para este año. La frustración del Poder Ejecutivo quedó 
en evidencia días atrás cuando el ministros de Agricultura, Ricardo
 Buryaile, dijo que solo quedaba "rezar" para que deje de llover.
Sin embargo, la estimación de la cartera que conduce Buryaile no 
tuvo en cuenta que el cambio climático alteró por completo los 
ciclos agropecuarios y la Argentina, lamentablemente, entró en una
 etapa de desastre por segundo año consecutivo en el mes de abril.


Es que, al igual que en 2016, el temporal registrado durante los últimos días en buena parte del país volvió a golpear en el peor momento, justo cuando en las principales regiones productivas se iniciaron de manera reciente los trabajos de cosecha de soja y maíz.
Si bien aún no hay datos oficiales sobre los daños registrados por las recientes lluvias, hasta la semana pasada la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) llevaba contabilizadas unas 516 mil hectáreas de soja perdidas mayormente por excesos hídricos.
Además, antes del frente de mal tiempo que dejó importantes acumulados, técnicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) aseguraron que, sólo en la zona núcleo (donde el retraso en la cosecha es muy importante), había un total de 4,5 millones de hectáreas en riesgo.
Como sea, por ahora las previsiones de los especialistas más reconocidos del sector hablan de una cosecha de 56,5 millones de toneladas de soja; 37 millones de maíz; 3,3 millones de girasol; y 3,2 millones de sorgo (si a todo esto se le suman las 18,3 millones de trigo se alcanzaría el récord).
El tema es que, según los primeros reportes a los que accedió LPO, los acumulados de agua que dejó el temporal en las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba, La Pampa y Santa Fe superan en la mayoría de los casos los 100 milímetros.
Por tal motivo, todo hace prever que la superficie perdida de soja y maíz seguramente aumentará (especialmente en el sur de la región pampeana). Además, muchos productores ya están mencionando un importante daño
 en el estado de los cultivos aún no cosechados.
Este último dato no es menor dado que, en caso de que las 
pérdidas sean grandes, en el interior productivo se sentiría el 
golpe ya que la cosecha gruesa genera el principal movimiento
 económico en las comunidades, fundamentalmente en el sector
 transportista.
Asimismo, aún resta evaluar en qué estado se encuentran los
 caminos rurales después del temporal para que, una vez que se
 pueda cosechar, poder trasladar la producción agropecuaria en
 condiciones normales a las principales terminales portuarias 
del país.
En tanto, otro de los sectores golpeados por las lluvias fue, 
nuevamente, la lechería. En este caso, el exceso de agua destruyó
 los insumos básicos de las vacas y además restringió su produc
tividad por la situación de estrés que atraviesan los animales por
 los sucesivos temporales.
Como sea, en los próximos días se conocerán finalmente detalles
 del impacto para el campo del reciente temporal. Lo cierto es que
 el cambio climático está causando una frecuencia inusual de 
lluvias intensas, inundaciones y olas de calor, entre otras cosas.
El año pasado, de hecho, por las inundaciones del mes de abril 
se perdieron un total de 4 millones de toneladas de soja (casi un
 10% de la producción); al tiempo que la histórica sequía del 
2009 arruinó más de 1,6 millones de hectáreas en todo el país. 

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