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En el Pdo. de La Costa, el lunes 4 de junio se realizaron dos mar chas una en mar de Ajó organizada por la Mesa local y otra en San Clemente organizada por las mujeres de Nuevo Encuentro en ambas la consigna fue “Ni Una Menos, Vivas, Libres y Desen deudadas nos queremos” | ||||||
Mar de Ajó:
La apertura del acto estuvo a caro de Fernanda Arringoni de Mujeres
Contra la violencia machista y la violencia sexual, contra el endeudaFortalecida de San Bernardo: miento que nos expropia la vida y la libertad. Por el aborto legal, se guro y gratuito. Estamos en la calle para gritar bien fuerte, vivas, libres y desendeudadas nos queremos. Marchamos porque entre el primer Ni Una Menos, el 3 de junio del 2015 y el 29 de mayo del 2018 hubo 871 femicidios y 114 fueron de enero a marzo de este año. Salimos por 908 hijos quedaron huérfanos, marchamos por el 89% de los femicidas conocían a las víctimas y casi el 20% de ellas, los habían denunciado ante el Poder Judicial. Salimos por todas las pibas fanáticas de los boliches que no volvieron y que fueron castigadas por ejercer su derecho a la diversión. Marchamos porque se desfinancia ron programas y no hay políticas públicas, serias, de prevención, por que el Poder Judicial es machista y no tiene la voluntad de proteger a las denunciantes, porque no hay políticas integrales y acompañamiento para ellas, para que puedan recuperar sus vidas libres, sin violencias, porque sabemos que no necesitamos anuncios oportunistas, sino que necesitamos más justicia. A continuación escucharemos la lectura del documento colectivo Ni Una Menos, leído por tres integrantes de la Mesa Local contra la violencia de género, que representan a las dife rentes organizaciones que la conforman. A continuación 3 mujeres Marcela Carrizo (ATE), Luisa López (Nuevo Encuentro), Rosario Policaro (La Cámpora La Costa) dieron lectura al documento nacional que también fue leído en la marcha en el Congre so en al C.A.B.A. (leer al final de la nota) Finalmente la oratoria finalizó con el listado de víctimas de violencia en la Costa “Recordar víctimas de la violencia machista, de femicidio en el Partido de La Costa: Mara Mateu (presente), Lorena Ocares, (presente), María de los Ángeles Trinidad (presente), Gisell Orellana (presente), Celeste Gripo, (presente). A todas las mujeres víctimas de los femicidios, de la violencia patriarcal machistas: “Presente ... ni una menos, vivas, libres y desendeudadas nos queremos.” enfatizó Rosario Polícaro: San Clemente:Una multitud compuesta por jóvenes, estudiantes secundarios, organizaciones sociales, sindicatos y agrupaciones feministas llegaron este lunes por la noche a la Plaza del Congreso en el marco de la marcha por “Ni una Menos”, que se realiza todos los años desde 2015 para visibili zar la lucha de las mujeres contra la violencia machista La marcha se replicó en distintos puntos del país y también en San Clemente del Tuyú. Sandra Sánchez referente de San Clemente en la lucha de género dijo sentirse “muy contenta porque se sumaron un montón de jóvenes mujeres, a esta nueva convocatoria de Ni Una Menos que como todos los años desde hace 3 años nos viene convocando cada 3 de junio” “En esta oportunidad se realizó el día 4 porque así lo decidió el colecti vo Ni Una Menos de Capital Federal que de alguna manera fue el que dio el puntapié inicial a toda esta movida para decir “Ni Una Menos, Vivas, Libres y Desendeudadas nos queremos”. Siento, agregó Sandra Sánchez:“una enorme alegría porque quiere de cir que hay todavía feminismo para rato, hay lucha para rato, porque justamente estas nuevas generaciones han tomado esta lucha como propia. Creo que también se da por toda la información con la que aho ra contamos. Venimos batallando el feminismo desde hace 200 años con avances, con retrocesos como en toda lucha”, reflexionó. “Pero algo que jamás se dejó fue la lucha del feminismo con cada una de sus demandas de época. Creo que la demanda de estas épocas, las chicas más jóvenes realmente las viven todos los días, entonces son como mas empáticas con las causas”, añadió. “Si una habla con ellas, algunas ni han terminado el secundario, y todas han pasado por el acoso, todas han sido violentadas de manera simbó lica y algunas hasta de manera física con sus cortas edades. Entonces creo que la lucha en sí, las llama y las convoca a estar hoy 4 de junio en San Clemente marchando al grito de “Ni Una Menos, Viva nos Quere mos”, finalizó. Mañana AMPLIAREMOS CON REPORTAJES A Malena Farias y Monsserrat Sassian.- Agradecemos a Alejandro de El Faro noticias que nos comparttió los audios y fotos del acto en San Clemente ------------------------------------------------- DOCUMENTO : #NiUnaMenos
Deseo y revolución feminista
Llega un nuevo 3 de junio y el Colectivo NUM renueva las demandas
e insiste con las reivindicaciones pendientes.
Este mes de junio, por cuarta vez, volveremos a ocupar la calle para
decir Ni Una Menos. Desde el primer 3 de junio, en 2015, el movi miento que se convirtió en marea arrasadora no ha parado de cre cer. Cada vez somos más las que entendemos el feminismo como la casa de nuestras rebeldías, que queremos habitar. Una casa donde la mano esté tendida para la otra, porque hacemos cuerpo lo que declamamos: estamos para nosotras. En esa manera de estar, nos reconocemos en los pañuelos verdes que desde hace 13 años son el signo de la lucha por el derecho al aborto legal que, ahora mismo, por presión de la calle, por la capacidad del femi nismo de darle cuerpo y sentido a esta demanda, está muy cerca de ser debatido y esperamos que aprobado en el Congreso de la Na ción, mientras la discusión no para de profundizarse en los barrios, las casas y las escuelas.
Ni Una Menos es contraseña contra la violencia machista y patriar
cal y así se ha afianzado en muy diversos territorios a nivel interna cional. Su clave está en la apropiación transversal de un grito colec tivo capaz de conjugar el ¡Ya basta! que detiene y consuela las heri das en el propio cuerpo y de denunciar a la vez la opresión de las violencias económicas, políticas e institucionales que también son patriarcales. Así pudimos decir Ni Una Trabajadora Menos frente a los despidos constantes y masivos que imponen las políticas de ajuste. Dijimos Desendeudadas Nos Queremos frente a la expropia ción de nuestro tiempo y nuestro trabajo por el disciplinamiento financiero. Ni Una Travesti Menos para dar cuenta de cómo los cuer pos disidentes son marcados de manera particular por el ma chismo. Ni Una Migrante Menos para denunciar las políticas del racismo institucional. La bandera Ni Una Menos se cuelga en las escuelas para reclamar Educación Sexual Integral y también se ha ce oír el Ni Una Menos por aborto clandestino. Ni Una Menos se dice contra el femicidio territorial en América Latina a manos de fuer zas represivas estatales y para-estatales: Marielle Franco asesina da en Brasil y lideresas comunitarias en Colombia, México, Ecua dor, Honduras, Nicaragua y Perú.
Esta manera de entramar y hacer cuerpo y voz lo personal y lo colec
tivo, lo político y lo doméstico (que también es político) habilitó una militancia al modo del tejido y del enjambre: una manera en la que hoy se anudan las experiencias y demandas feministas pues tas en juego en territorios y cuerpos (y en cuerpos-territorios) con cretos. Por eso, los pañuelazos por el derecho al aborto tienen una fuerza particular cuando se hacen en las villas, así como las asam bleas tienen otra textura cuando son capaces de elaborar colectivamente los conflictos. Las geografías del movimiento feminista son sinuosas y múltiples: el llamado al paro resuena de otro modo en la Selva Lacandona cuando lo dicen las zapatistas y la educación feminista gana otra fuerza con las jóvenes con pasamontañas en Chile; festejamos con las irlandesas en la calle el triunfo del plebiscito por la legalización del aborto y nos uni mos a la manada que impugna la justicia patriarcal y toma las calles en España. Seguimos nutriéndonos e investigando cómo se expande este nuevo internacionalismo.
Pero el fervor por lo que venimos consiguiendo, por la disponibili
dad de sentidos antes relegados a guetos que hoy devienen masi vos, abren a una necesaria interrogación y experimentación sobre nuestras formas de vida y de organización. ¿Qué significa ser femi nista a la hora de enamorarse? ¿Cómo acompañamos la libertad de las adolescentes para poner en juego su deseo sin que sus derivas sean apropiadas por la maquinaria patriarcal que las sigue viendo como objetos de cambio? ¿Qué clase de justicia feminista podemos poner en juego cuando las denuncias por acoso sexual se dan entre adolescentes? ¿Cómo reparamos colectivamente las heridas de las que sobrevivieron a la violencia machista? ¿Hay alguna alternativa a la cárcel para los hombres violentos, hijos obedientes del patriarcado? Y frente a los femicidios cotidianos, ¿cómo profundizar la organización y la alerta?
Necesitamos estar cada vez más atentas y cuidadosas con el dolor,
con las formas particulares de violencia sexual contra las niñas y ado lescentes, con los modos institucionales y clasistas con que se quiere de nuevo encorsetar nuestros debates y nuestros deseos. Por que no somos solamente víctimas pero el duelo no se termina, por que la respuesta misógina a nuestra autonomía es la crueldad que se imprime en los cuerpos feminizados. Porque todos los días hay un ejecutor dispuesto a terminar con la vida de una mujer o de una travesti como forma de disciplinarnos a todas y de reponer una autori dad masculina que se niega a pensarse a sí misma.
El mundo que conocíamos, el mismo que queremos cambiar se
resquebraja y hacemos pie sobre tembladerales. Esto es signo de que lo estamos cambiando todo y a la vez de que necesitamos hacer lugar al duelo y al desconcierto frente a la ardua tarea de construcciones y horizontes revolucionarios que desconoce mos pero que deseamos.
La potencia de nuestro movimiento no es lo contrario al dolor si no
una manera de reconocerlo, de advertir las heridas cada vez más profundas del racismo y del colonialismo, de los modos en que la crueldad intenta disciplinar a diario nuestros cuerpos a través de la violencia sexual, de la imposición de una belleza hegemónica y del permiso para habitar el mundo para unos pocos cuerpos supuestamente normales. La potencia no es un empoderamien to banal ni un triunfalismo que se agota en el gesto de declararnos juntas cuando estamos atravesadas por una crisis que es cambio de época. La potencia es estar juntas en la calle cuando marchamos pero también poder aliarnos con las pibas que hoy viven en la calle sin elegirlo y tienen que ponerse pillas, en medio de una trama de violencia que las abusa a diario. La potencia es estar juntas en la calle cuando marchamos pero también hacernos cargo colectiva mente de que la represión se ensaña más cruelmente con las que es tán en la cárcel.
La tierra tiembla. Verdaderamente la tierra se mueve bajo nues
tros pies y lo sentimos día a día. Los umbrales de tolerancia fren te a la violencia machista se han modificado sin vuelta atrás. El abismo que hoy se abre a las relaciones -especialmente las amoro sas y familiares- intenta ser respondido sólo con moral punitivista o con protocolos que intentan calmar la incertidumbre. Nece sitamos construir nuestros cuidados y nuestra autodefensa. Las formas de organización tradicionales ya no dicen nuestros anhelos de ocupar las ciudades y las casas de otro modo ni contienen las sensibilidades nuevas que derraman maneras diversas de sentir, percibir y pelear. El feminismo no es una moda, no es una remera, ni puede ser reducido a la demanda de cu pos –aun cuando la paridad es una exigencia en todos los ámbitos de organización y de representación mixtos–. Tampoco es un lugar a ocupar en una unidad que no se cuestione el modo de construir política, de ejercer liderazgos y de representar a otrxs. No es tampoco reducible a un conjunto de demandas a incluir en una plataforma electoral.
El movimiento feminista pone en el centro de la política la cuestión
del deseo y eso no admite respuestas fáciles ni veloces. El deseo es también un terreno de disputa, de tensión, de contradicciones. Es un espacio de experimentación, de pliegues y repliegues. Dijimos que en este movimiento nos mueve el deseo. Y eso se lo disputamos al mercado, a las promesas de la publicidad, y a las agendas de género neoliberales. No es un deseo individual sino que se teje en la trama colectiva, que busca su espacio- tiem po para realizarse, para encontrar sus bordes, para decir su nom bre. Nos mueve el deseo de habitar esa casa feminista a cons truir a la vez que construimos comunidades. Nuestro deseo es también una apuesta de tiempo, el tiempo de esta revolución que es abierto y es ahora. |
OMEGA RADIO 103.9 DE SAN CLEMENTE DEL TUYU , ES UNA EMISORA INDEPENDIENTE DIRIGIDA POR MARCELO METHOL . 02252 15446694 .o 02252528080 en VIVO http:http://www.ustream.tv/channel/omegaradio1039
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