domingo, 15 de julio de 2018

Cristina arma Unidad Ciudadana en todo el país y le pide a Solá acordar con el peronismo

La Cámpora ya camina las provincias y elige candidatos. Buscarán alianzas 
opositoras donde sea posible.
Cristina Kirchner está en silencio, pero activa: esta semana sus alfiles de
 La Cámpora comenzaron a armar Unidad Ciudadana en cada provincia 
con el objetivo de crear una coalición opositora fuerte que enfrente a Mau
ricio Macri el año próximo.
Ayuda en la tarea Felipe Solá, que es diputado nacional del Frente
 Renovador pero se promueve como candidato presidencial con la 
bandera de una oposición unida.
"Yo no quiero ir a una elección con dos peronismos. El que trabaja para 
que haya dos peronismos trabaja para Macri. Quiero ganarle a Macri
 representando a un peronismo unido", afirmó este jueves en una
 entrevista.
Según supo LPO, el ex gobernador recibe apoyo de Eduardo Eurnekián, 
el empresario que controla los aeropuertos y no logró una relación 
armónica con el Gobierno.
Con el respaldo de Cristina, La Cámpora ya arma 
Unidad Ciudadana en cada provincia. La ayuda Solá,
 que cuenta con la ayuda de Eduardo Eurnekián y 
recorre el país para pedir que no haya dos peronis
mos.   
Solá se mueve en dupla con su compañero Facundo Moyano, que tiene 
mandato hasta 2019 y quiere renovar por la provincia de Buenos Aires, 
donde Cristina sostiene márgenes altos de aceptación pero sigue sin 
confirmar su futuro.
No es un dato que llame la atención: desde 2005, siempre que fue candi
data lo confirmó poco antes del cierre de listas o hasta el mismo día.
Y mientras cultiva el perfil bajo (ni siquiera abre la boca en las últimas 
sesiones) los líderes de La Cámpora, con Máximo Kirchner a la cabeza, 
comenzaron a apadrinar candidatos propios en cada provincia.
El plan es tener una usina de Unidad Ciudadana lo más competitiva po
sible y recién después proponer un consenso con peronismo local para
 dirimir la lista final en primarias. O en un acuerdo intramuros donde no 
existen.



Sólo si no lo consiguen competirán con sello propio, un escenario que 
en 2017 le sirvió a Cambiemos para imponerse en Salta, Chaco y por un 
amplio margen en Córdoba. 
También en Mendoza, donde UC estuvo a un pelo de ganar la primaria
 peronista y sus verdugos perdieron por 20 puntos contra Cambiemos 
en las generales. 
Pero la unidad no siempre trajo los frutos esperados: en Chubut y en 
Santa Fe el candidato K ganó en agosto pero cayó en octubre.
De todos modos, sin un presidenciable consolidado los gobernadores
 adelantarán las elecciones locales y se despegarán de la pelea por la 
Casa Rosada.
Muchos ya se lo anticiparon a Cristina Kirchner, que puede hacer daño
 en contiendas locales con figuras como los diputados Sergio Leavy 
(Salta) y Pablo Carro (Córdoba). 
Y en octubre apadrinará a sus candidatos al Congreso debajo de su
 boleta o de quien apoye para enfrenar a Macri. Por ahora, el único 
kirchnerista de pura cepa que recorre el país es el diputado Agustín 
Rossi. 
En la provincia de Buenos Aires está prohibido desdoblar elecciones y 
por eso el año pasado los intendentes le suplicaron a Cristina enfrentar
 a Cambiemos y mal no les fue: la mayoría retuvo la mayoría del Con
cejo Deliberante y evitó sobresaltos a fin de año.
Para que no deban hacer lo mismo los diputados provinciales de
 Sergio Massa presentaron un proyecto de ley en la Legislatura que 
propone desdoblar elecciones municipales, pero a Cambiemos aún 
no le convence. Al kirchnerismo tampoco

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