viernes, 24 de agosto de 2018

Los números rojos de una economía nacional que no toma calor

A dos meses de la firma del acuerdo con el FMI, las principalesmetas asoman muy difíciles de cumplir. Los próximos mesesserán los más complicados y una mejora para 2019 suena lejana.Los números de la economía siguen en rojo, lo que abre un futuro sombrío frente a un escenario nacional de marcado ajuste que en el propio Gobierno admiten que será más fuerte en los próximos meses, más allá de la devaluación del peso en un 60% sólo en lo que va de 2018. Para peor, no logran reducir el déficit comercial: acumula una suba del 74% en lo que va del año. La producción industrial cayó 5,2% interanual en julio y registró su cuarto período consecutivo en baja. Y sin tener en cuenta los pagos que deberá afrontar la “blindada” provincia de Buenos Aires el año que viene, con una deuda que se triplicó en los dos últimos años.

En la Argentina hubo en julio un récord de 1.350.000 clientes que compraron dólares billete. Representó “un aumento de 240.000 clientes respecto a lo observado en junio”, cuando había aumentado en 30.000 respecto de mayo y 250.000 con relación a abril, según el Balance Cambiarlo del Banco Central.

El déficit continuó acelerándose en julio, al marcar un alza del 5,48% para ubicarse en 789 millones de dólares. El importe resulta de un incremento de las exportaciones del 1,7% respecto al mismo mes del año anterior y una suba de las importaciones del 2,2%. De esta manera, los primeros siete meses del año acumulan un déficit comercial de 5867 millones de dólares, un 74,45% mayor al registrado en el período enero-julio del 2017.
LAS METAS INCUMPLIDAS
A menos de dos meses de su firma, el programa económico acordado entre la Argentina y el FMI propone pautas que ya corren riesgo de incumplimiento debido a la marcha de la economía. Entre ellos, la meta de inflación (no puede superar el 32% en 12 meses) y las reservas del Banco Central.
Las reservas internacionales en poder del Banco Central, ya en su nivel actual se encuentran por debajo de la meta de US$55.428 millones acordada en el programa para fines de diciembre próximo. Es decir, dentro de cuatro meses.
Bajar el gasto para reducir el desequilibrio fiscal fue uno de los ejes que el Gobierno suscribió con el FMI. La meta de bajar el déficit primario al 2,7% del PBI este año aparece como un compromiso “irrenunciable”, según palabras del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Por ahora, también asoma complicado.
Para peor, el peso de la deuda que toma nuestro país es cada vez más fuerte: el pago de intereses acumulado entre enero y julio de este año creció un 58,7% con respecto a igual período de 2017.
La suba de precios, vinculada a la evolución del dólar, es otro punto de riesgo. La corrida cambiaria que llevó a la Argentina al FMI pulverizó la meta inicial del 15% de inflación anual y en el mercado crecen las dudas de que a fin de este año la suba de precios anual será menor al 32% que se estableció como valor máximo para fines de diciembre en los documentos firmados con el Fondo. Luego de dos meses de alta inflación (3,7% en junio y 3,1% en julio), ya se prevé al menos otro 3% para agosto.

Disipar un default
La confirmación del crédito por US$50.000 millones no generó el shock de confianza esperado y no disipó las dudas en cuanto al acceso al financiamiento para la Argentina, en un contexto de incertidumbre global, fortalecimiento del dólar y suba de la tasa de interés. Así lo refleja la reciente escalada del riesgo país, que llegó a tocar los niveles de febrero de 2015.
Sólo en junio, la actividad industrial se desplomó 8,4% según la Unión Industrial Argentina (UIA); el consumo, según Kantar y Ecolatina, caería 1,2% en el año, y la inflación, en las estimaciones más conservadoras tendría un piso del 32% para todo 2018. Las buenas noticias se esperan por el lado de la cosecha agrícola.
En medio de este difícil panorama y para intentar disipar algunas de las dudas de los mercados, el presidente Mauricio Macri decidió viajar a New York para “comprometerse” ante los principales banqueros y fondos de inversión que no hay posibilidad de caer en default durante su Gobierno, que se cumplirá con lo pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que 2019 será el año de recuperación de la economía argentina.

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