viernes, 7 de septiembre de 2018

El Gobierno presiona para que otorguen la domiciliaria a 1500 presos

Así lo confirmaron fuentes del Ministerio de Justicia. La polémica 
medida sería para descomprimir las cárceles de la Provincia, que
 están superpobladas. Los detenidos puestos en libertad serían
 monitoreados con tobillera electrónica. 
El Gobierno presiona para que otorguen la domiciliaria a 1500 presos
Altas fuentes del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos
 Aires a cargo de Gustavo Ferrari confirmaron a Infobae el 
comienzo de una medida tan radical como aparentemente
 polémica: 1.421 presos de los penales bonaerenses podrían irse
 a sus casas por recomendación del Ministerio a la Justicia con 
el beneficio del arresto domiciliario bajo tobillera electrónica. 

El motivo de la decisión en los cálculos de Ferrari es simple: ya no

 hay lugar en las cárceles. Los penales y alcaidías del Servicio 
Penitenciario Bonaerense (SPB) que dependen de la cartera de
 Justicia enfrentan el mayor pico de sobrepoblación de su historia.

Las cárceles provinciales tienen, colectivamente, lugar para

 albergar a 28 mil detenidos. Actualmente, según cifras del SPB 
mismo, hay 41.267 personas privadas de su libertad, un número 
actualizado en la tarde de ayer, con dependencias como la
 Unidad Nº49 de Junín excedida en un 135% (hay 958 presos
 donde debería haber poco más de 400). En todo este universo
 de presos hay 23 mujeres embarazadas, tres de ellas que con
viven con hijos y 73 niños que se crían junto a sus madres 
detenidas, además de 82 personas trans.

La idea no es nueva, al menos no en el país. En marzo de este

 año, el Servicio Penitenciario Federal, también superpoblado,
 compiló una lista de posibles detenidos a los que se les reco
mendaría judicialmente la prisión domiciliaria o la libertad con
dicional, con 96 condenados por crímenes de lesa humanidad 
como Jorge "El Tigre" Acosta, en promedio mayores de 70 años
 de edad con categorías como detenidas embarazadas o alojadas
 con hijos, presos discapacitados.

La medida del SPF generó cierta polémica. ¿María Eugenia Vidal 

entiende el costo político aparente de recomendar liberar presos? 
Una voz de peso en el sistema de cárceles provincial asegura: 
"La gobernadora está de acuerdo, siempre que sea justificado".

Existe un criterio para recomendar el arresto domiciliario de los

 1.421 presos. "Se trata de mujeres con hijos, embarazadas,
 personas con enfermedades", asegura un funcionario. También,
 de gran cantidad de detenidos por delitos menores como
 amenazas, encubrimiento, resistencia a la autoridad. Casi un
 tercio del total de los presos provinciales están detenidos por
 robo agravado por el uso de arma. Las chances de que se les
 recomiende la libertad son casi nulas.

La sobrepoblación se traduce en cuestiones obvias. Para 

empezar, el SPB tiene un déficit de al menos 2.000 colchones
 ignífugos para que duerman detenidos. Organizaciones LGBT
 como OTRANS y organismos como el CELS, la Comisión Pro
vincial de la Memoria y la Defensoría de Casación de Mario 
Coriolano denuncian desde hace años graves condiciones de
 encierro en lo que no dudan en llamar una crisis humanitaria.
 Durante los últimos meses, el Juzgado Correccional Nº2 de La
 Plata a cargo del doctor Eduardo Eskenazi recolectó una 
decena de habeas corpus presentados por detenidos a lo largo
 de la provincia y celebró una serie de audiencias además de
 enviar personal a inspeccionar cárceles.

Esta semana, el Juzgado Nº2 tomó una decisión determinante:

 la creación de un Comité de Crisis para lograr metas a corto y
 mediano plazo para descomprimir la sobrepoblación peniten
ciaria en la provincia.

En la mente de los conductores del SPB, el juez Eskenazi peca 

de algo parecido al pensamiento mágico. "No se va a resolver
 todo ya", asegura una voz fuerte en la cartera de Justicia. Para 
el ministro Ferrari, lograr una descompresión gracias a decisio
nes judiciales masivas por la tobillera electrónica es la salid
a más inmediata. La saturación de las cárceles, en los cálculos
 políticos y de expertos como James Cavallaro, ex relator de la
 Corte Interamericana de Derechos Humanos, viene de la Justicia 
bonaerense misma con la aplicación en exceso de la prisión pre
ventiva. La mitad de los presos en el SPB estaban bajo esta figura
 a fines del año pasado, con más de 1.200 detenidos en las comi
sarías provinciales también con preventiva dictada.

"La puerta giratoria se ve cada vez menos", asegura un funcionario

 que señala a jueces que aplican en exceso la prisión preventiva,
 espantados por la chance de que un delincuente liberado reincida
 con una violación o un homicidio para terminar escrachados, con
 un jury en su contra o destituidos. Volver a la cárcel, por otra parte,
 es una constante bonaerense: poco más del 40% de los presos
 actuales del SPB está detenido por segunda o tercera vez.

Hay, por el momento, poco más de 1.900 presos en toda la provin

cia con arresto domiciliario y tobillera, una cifra baja. Puertas 
adentro, el SPB habla de aparentes garantías como un centro de
 monitoreo instalado en La Plata durante la gestión de Ferrari y de
 una tasa de menos del 4% de quebrantamiento, con penitencia
rios que instalan tobilleras mal a propósito como "raras excepcio
nes fuertemente castigadas", aseveran en el Ministerio de Justicia.

La otra razón para pedir mayor cantidad de detenciones domicilia

rias es tan obvia como descomprimir las cárceles: el significativo 
ahorro. El alquiler de una tobillera a las diversas empresas que
 las proveen cuesta "mucho menos" que los poco más de $33
 mil que gasta el Servicio Penitenciario en mantener un preso
 por mes.

Por lo pronto, el SPB ya evaluó el perfil psicológico de 304 

internos, con otros 455 en proceso de examen. Los nombres
 de más de 170 internos, aseguran fuentes, ya fueron remitidos
 a juzgados en departamentos como Campana, Quilmes, Mar
 del Plata y Bahía Blanca.


Fuente: Infobae.

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