viernes, 17 de julio de 2020

Con pandemia, en el Siglo XXI la educación va a caballo

deltuyunoticias.com.ar
A fines de mayo se hizo viral en las redes sociales la imagen de 
Jeremías, un niño que vive en una zona rural de provincia de La
 Pampa, andando en su caballo “Peludo” leyendo un cuaderno.
 El bayo camina despacio buscando la loma en el campo para que, 
su jinete de siete años, pueda encontrar señal de teléfono y poder 
enviarle las tareas a su seño de segundo grado.
Manuel Jardón (@Manuel_Jardon) | Twitter


A muchos, esas imágenes los llenan de orgullo, hinchan el pecho,
 emocionan, ¡les hace sentir más argentinos! ¿Por qué? ¡Porque 
así se hace Patria, con sacrificio!
Otro posible análisis es más crudo, nos interpela y también ponen
 a la luz la situación educativa, más aun en este contexto de pande
mia mundial.  Jeremías es una realidad, pero no solo en esta
 cuarentena.
La otra parte de esta historia es Sonia, su maestra, que es mamá 
de cuatro hijos también en edad escolar. Ella, como todos los do
centes sostenemos, como podemos, el sistema educativo todos los
 días, incluidos fines de semana, y feriados.
La realidad de Jeremías y Sonia tiene matices únicos, con las exten
sas llanuras pampeanas, sus veranos muy cálidos, y sus inviernos
 muy fríos y el caldén. En verdad no es tan distinta a la de miles de 
comunidades educativas rurales o urbanas que estamos transitan
do esta situación. Hasta marzo pasado, solo imaginable para los 
que tienen, entre sus gustos literarios, leer ciencia ficción de autores 
como Albert Camus con “Peste”, José Saramago con su célebre 
“Ensayo para la ceguera” o  Jean-Pierre Andrevon autor de "Le mon
de enfin”.
Para analizar y tratar de comprender más en profundidad la realidad 
de tantas y tantos docentes, se podría mirar la Encuesta a Directivos
 y Docentes que realizó en la provincia de Buenos Aires la Dirección 
de Evaluación e Investigación (DGCyE) entre el 28 de abril y el 12 de 
mayo en cada uno de los 15.815 establecimientos educativos (datos 
del Censo educativo de 2017). Podríamos digo, en potencial, porque 
los resultados aún no han sido publicados.
Sí encontramos los datos publicados de la Encuesta Provincial de 
Trabajo Docente en contexto de Aislamiento Obligatorio realizada por
 el Suteba y el Instituto IDESBA de la CTA. Allí se releva, en la segunda
 quincena del mes de mayo, la opinión de 5038 docentes, teniendo en 
cuenta la distribución geográfica y poblacional en la provincia. Los 
docentes podríamos mirar esos resultados y pensar… ¿A mí me lo 
vas a contar?... rememorando al genial Enrique Santos Discépolo
. Los datos sirven, aunque para algunos genere suspicacia la fuente 
de relevamiento y análisis, para conocer y dimensionar el esfuerzo
 que cada trabajador y trabajadora del sistema educativo lleva adelan
te, y para diseñar políticas públicas con bases más sólidas.
En este sentido vale destacar que, según la encuesta del gremio, el 
74,4% de los consultados tuvo que aprender a manejar los recursos 
virtuales a partir del inicio del ASPO, hace ya más de cien días. Y el 
66,3% no recibió formación sobre el uso de TICs en clase. Si, esto nos 
pasa a muchos docentes en pleno siglo XXI. Además, en este contexto
 de trabajo, los docentes somos los que “ponemos” nuestros dispo
sitivos: celulares, computadoras, internet, deficientes en muchos ca
sos, para realizar las tareas.
El relevamiento indica que el 79,2% de los docentes envía materiales
 por whatsapp o por e-mail, como Sonia. Este es un dato que debe
 leer el gobierno, entre el 70 y 80% no utilizamos los recursos que 
proponen (cuadernillos, audiovisuales). Además el 91,4% de los do
centes aumentó su carga horaria de trabajo en más de 4 horas sema
nales, superando las 6 horas en la mayoría de las situaciones. Serían
 algo así como “horas  extra” de trabajo, claro está que por el mismo
 salario. Esto se complejiza si sumamos las tareas de cuidado que
 los docentes realizamos mientras planificamos, buscamos recursos,
 preparamos clases, intentamos mantener una comunicación con los
estudiantes, corregimos. Se ve reflejado en la consulta, sólo el 17% se
 siente valorado por el trabajo realizado.     
¿Podría generarnos la misma empatía y emoción que una de mis 
alumnas, en la ciudad de las diagonales, los tilos y jacarandás, recién
 esta semana pudo acceder a un teléfono con datos para estudiar? Si,
 cuatro meses después de iniciada la cuarentena. ¿Dónde estarán las 
miles de computadoras del Plan Conectar que se encontraron con el 
cambio de gobierno? Vendrían bien a más de un estudiante y docente… 
 ¿Cuánto falta para que los docentes tengamos formación verdadera
mente masiva, continua y de calidad? Tal vez sea hora que la Educa
ción se transforme en una Política de Estado, pero en serio.
A mediados del siglo pasado mi papá, con sus dos hermanas, también
 se subían en ancas de Selva, la yegua de la familia para ir a la Escuela
 N° 6 Almirante Guillermo Brown de Pavón, en Exaltación de la Cruz. 
Agarrate fuerte Martita!”, le gritaba Don Ponce a mi tía Pini cuando 
cruzaban por su campo, porque el camino de tierra se anegaba tanto
 por las lluvias del invierno, que debían cortar camino por otro lado.
¿Cuándo dejará de ir a caballo la educación en Argentina?
Manuel Jardón
Profesor de Historia
Especialista en Políticas y Programas Socioeducativos
                                                                                                                                                                            La Plata, Julio de 2020.-

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