lunes, 10 de mayo de 2021

La historia de “El Pibe” Correa, el pionero de San Clemente del Tuyú que construyó calles, un terraplén y hasta la ruta interbalnearia



Tiene 92 años y vive en San Clemente del Tuyú 

desde 1943.

Fabián Silva.

Eulogio Amador Correa. Foto Gza. Fabián Silva.

Cuando “El Pibe” llegó a San Clemente del Tuyú solo había menos de

diez familias. Eulogio Amador Correa tiene 92 años, solo siete más que 

la ciudad con la que crecieron juntos, porque “El Pibe” trabajó toda su 

vida, tanto que cuando era joven llegó a pensar que no había otro tan 

trabajador y se esforzaba por ganar el título del mundo.
En diálogo con Fabián Silva, un costero que busca, recopila y narra en 

sus redes sociales la historia de los pioneros del Partido de La Costa 

bajo el título “Charlas para compartir”, Eulogio repasó su vida cargada 

de esfuerzo y sacrificio y aseguró: “Si los jóvenes de hoy supieran cómo

 se vivía antes, se darían cuenta de que son millonarios (…) Antes todo

 era terriblemente más sacrificado”.
Correa ofreció durante cuarenta y seis años el servicio de alquiler de 

caballos, ponis y sulkys, era la diversión de los turistas. A eso quiso 

dedicarse desde que era un niño. Con eso soñaba: con caballos pareje

ros, galgos y gallos de riña. Lo tuvo todo y le agradece a Dios, pero pa

ra él su mayor éxito fue hacer de eso un estilo de vida y tener una com

pañía. 

“El Pibe” es un hombre simple, humilde, que aún conserva un estilo de 

vida campechano y tradicional. Por ejemplo, todas las mañanas va con

 el carro hasta el mercado La Academia donde le dan los huesos para 

sus perros. De paso, se lleva algo para comer. Y en su cocina, cada tanto

, entra un pollo de visita en busca de migas de pan.
En San Clamente del Tuyú no hay quien no lo reconozca si lo ve por la 

calle, incluso hasta le fue entregado un diploma en su honor tiempo atrás.

 Todo tiene su origen en 1943, según lo narró Silva.

De General Madariaga a San Clemente
Los Correa son oriundos de General Madariaga, a 124 kilómetros de San 

Clemente, donde se mudaron en 1943, es decir hace 78 años, cuando 

“El Pibe” tenía 15. Él nació el 13 de septiembre de 1928 fruto de la rela

ción de sus padres, Eustaquio Correa y Julia Cipriana Albarengo, y tuvo

 nueve hermanos. 
Desde hace sesenta años los Correa viven en un campo ubicado entre

 la ruta interbalnearia y la planta de tratamiento agua, en la zona sur 

de la ciudad. Cuando llegaron solo habitaban ahí menos de diez fami

lias: los López, los Pereira, los Bueri, Sixto Gómez, “Tito” Escobar, los 

Waters, Los Roa y Doña Benicia Herrea.
 “El Pibe” ama ese lugar porque ahí está su historia. “Acá voy a morir

 porque de acá me sacan con los pies para adelante”, le dijo a Silva.

“El más trabajador que hubo en la zona”

Así se definió “El Pibe” en su charla con Silva. Es que él hizo todo. Ya 

a los 13 años trabajaba de sol a sol. “Yo me crié en la ruina. Todavía

 están por ahí las chapas del rancho donde nos criamos. Desde muy 

chicos tuvimos que salir a trabajar. Salíamos a cazar para comer. He

 casado nutrias, me he metido en los cañadones con el agua abajo de

 los brazos. También trabajé de carrero, que fue lo que más hice duran

te los meses de invierno”, recordó.
Correa también fue carrero, incluso fue parte de obras importantes 

para la región. “Todos los días llevaba entre veinte y veinticinco carros

 de arena o conchilla a las obras en construcción o relleno de terrenos,

 pero cuando se hizo la ruta interbalnearia llegué a llevar hasta sesenta 

y seis viajes por día”, agregó.

También fue parte de los trabajos que se hicieron en el terraplén de la 

Ruta 11, entre General Conesa y General Lavalle. Luego abrió calles en

 San clemente. Todo lo hizo con un palón tirado por cuatro caballos a

 la mañana y cuatro a la tarde. Cambiaban los caballos, pero no los 

hombres.
“El Pibe”, que también fue albañíl, llenó lozas y volteó terneros en estan

cias, trabajaba tanto que por momentos le sangraban los dedos, y quie

nes lo miraban le preguntaba si había venido de Roma. Trabajó mojado,

 embarrado, bajo el sol más intenso o la lluvia, durmió a la intemperie de 

la noche y más de una vez cenó avena frita, pero todo eso lo llena de or

gullo.

La familia de “El Pibe”

Correa enviudó hace veinte años. Su esposa fue Irma Haydee Jaunarena, 

de Santa Teresita, y con ella compartió más de treinta años de matrimo

nio y cinco hijos: Julio Eulogio, Élida Haydee, Silvia Verónica, Claudia 

“Chiche” y Pablo Javier.
Pero su familia no termina ahí. “El Pibe” también comparte sus días con 

sus perros, su pollo y Campesino, su caballo pura sangre. 
Él está orgulloso de su camino recorrido: trabajó, tuvo buenos y malos

 momentos, pero siempre ayudó y hoy siente la satisfacción de haberle

 hecho bien a los que más quiere. De salud está impecable, apenas un

 poco sordo, sin embargo no le teme a la muerte. “El Peque” Correa es 

historia viva.

Entrevista: Fabián Silva. 

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