sábado, 1 de mayo de 2021

OPINION POR JUAN ELHALE San Clemente del Tuyú, dicho esto ahora sí puedo decir: feliz día! trabajadores y trabajadoras

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El trabajo puede ser todo o nada. Tener trabajo y poder edificar un 

futuro puede ser todo en la vida, y no tener trabajo puede significar la

 mayor de las injusticias y llevar a un hombre o una mujer, a la mayor

 de las frustraciones.

Hace 70 años, en estas tierras, San Clemente del Tuyú, un primero de 

mayo podía encontrarnos llenando la losa del vecino, el fuego prendido

 para el asado, en medio de decenas de bolsas de cemento compradas 

en cuotas a la cooperativa de la construcción. Esa entidad sin fines de 

lucro que habían formado un grupo de primeros pobladores que se junta

ban sábado y domingo para ayudar a alguien que se estaba construyen

do la casa. Un primero de mayo solidario si los había, en una tierra 

pujante donde "*ni sombra teníamos", pero había un futuro alentador. Eran 

épocas en que gobernaba el general Peron.

Podría citar un primero de mayo de hace 50 años, en el 73 por ejemplo. 

Veníamos de una suculenta temporada en esta ciudad turística, había

mos llenado los bolsillos y aprovechado el "changuí" de Semana Santa

 para darnos un gustito. Mayo, tiempo de recordar ese verano que había

 pasado tan rápido, quienes éramos jóvenes y adolescentes seguramente

 añorábamos esos 12 boliches bailables que había en plena temporada, 

de esos que hoy queda uno. Eran tiempos en que los domingos se podía

 ir al Club Hípico a ver una cuadrera (carreras cortas de caballos), al autó

dromo Santos Vega a ver una de autos, o darse una vuelta por el Aero Club.

 A partir del golpe de estado que derrocó al General Perón, las cosas ya

 iban de mal en peor. 17 años de proscripción y resistencia peronista, ha

bían obligado a una retirada de las dictaduras y teníamos nuevamente un

 gobierno democrático, pero el pueblo se había empobrecido. Esas institu

ciones que con esfuerzo había creado la comunidad en forma solidaria, 

tenían dificultades para sostenerse. Hoy no queda ninguna (y un solo lugar

 de encuentro para nuestros jóvenes) y obliga a una reflexión:

No son los políticos, no es la corrupción, no es la inseguridad, el gran mal

 del país es haber visto interrumpido un proceso natural de independencia

 que se venía gestando desde 1810 -con todas las virtudes y errores que

 supone todo proceso popular-, y que se consolidaba a mitad del siglo pa

sado, en un proyecto nacional con la irrupción del pueblo al poder. El po

der de los trabajadores, que eran la columna vertebral del país. Esto enca

rnaba el gobierno de Peron que el odio de la oligarquía puso fin a fuerza 

de sangre y fuego. De ahí en más, la construcción de un relato que a la 

gente le hace creer lo falso por lo verdadero.

Fueron necesarias cientos de mentiras para justificar lo injustificable: 

que la gente en un país tan rico no tenga trabajo. La última gran mentira

 que intentaron instalar durante el gobierno de Mauricio Macri fue que 

por culpa de 70 años de peronismo, estamos como estamos. Y es justa

mente al revés.

Y entonces, podría remontarme a mi infancia en Banfield, mi ciudad natal,

 a comienzo de la década del 60, y a escasos años del golpe de estado 

que derrocó a Peron. A esta hora, media mañana, como en San Clemente

, ya estarían sonando los tocadiscos y los vecinos preparando la picada,

 abundante en papas fritas y palitos para los más chicos. Un vasito de 

Gancia los mayores mientras el carbon comenzaba a arder. El barrio de 

fiesta, los pibes jugabamos a la bolita o a la figurita en la esquina. Hasta

 la familia más humilde podía disfrutar de esto. Y a la tarde, payasos, magos

 y rifas en la Junta Vecinal o el club Unión y Fuerza. Cada dos o tres cua

dras había un club, sociedad de fomento o junta vecinal donde se festeja

ba el día del trabajador. 

Eran tiempos en que la militancia peronista al estar proscripta e imped

ida de participar en política, se había refugiado en la actividad social

 siguiendo la concepción de la comunidad organizada, generando

 miles de organizaciones libres del pueblo. Eran tiempos en que la 

violencia oligárquica si bien había tenido una victoria política al derro

car al gobieno popular, no había podido destruir la estructura socie

conómica y la mística revolucionaria que había alumbrado el peronis

mo. Eran tiempos de bronca, estaba fresco el recuerdo de los bombar

deos a Plaza de Mayo y los compañeros fusilados. Por lo bajo, los ma

yores bajaban linea, explicaban que las cosas no eran como decían, 

y contaban la verdadera historia

Hoy, Primero de Mayo en San Clemente del Tuyú, amerita en homenaje

 a los trabajadores y trabajadoras, hacer memoria y recordar que casi

 70 años de frustraciones, son producto de un modelo de país oligar

quico y liberal, instaurado a partir del derrocamiento del General Perón, 

que terminó con un proyecto nacional de liberación que tenía como

 objetivo la felicidad del pueblo.

La industria pesada, la siderurgia, las telecomunicaciones, el desarrollo

 de la energía nuclear, los ferrocarriles, y la investigación biológica y

 científica, estaban en función de construir una patria socialmente justa,

 economicamente libre y políticamenbte soberana, las tres banderas 

históricas del Peronismo.

Por eso, en un Primero de Mayo en pandemia, es necesario recordar, 

hacer memoria, e identificar las causas reales del porqué vivimos en un 

país empobrecido, sin trabajo, sin futuro, sin justicia social para las gran

des mayorías. La causa real de nuestros males no es el peronismo, es la 

falta de peronismo, es la interrupción de ese proceso histórico en 1955. 

El odio oligarquico a través de los medios masivos de comunicación 

quieren hacernos creer lo contrario, y es necesario gritar bien fuerte que

 a pesar de las bombas, los fusilamientos, los compañeros muertos y los desaparecidos, no nos han vencido. 

Dicho esto, ahora sí puedo decir: feliz día, trabajadores y trabajadoras.  

 

Juan Elhale, San Clemente del Tuyú, 01-15-2021-  

 

*"Ni sombra teníamos", frase de Poldo Pilaría, pionero de la localidad y

 nombrado antes de su fallecimiento Patrimonio Histórico Viviente del 

Partido de La Costa.

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