miércoles, 9 de junio de 2021

Manuel Beccar Varela , el abogado que mató a una joven en el choque de lanchas en el Delta acordó con la familia de la víctima y evitó él juicio



Logró que la Justicia cerrara el caso tras un acuerdo. Estaba imputa

do de homicidio culposo agravado por conducción negligente por el 

hecho ocurrido en marzo de 2018.

El prestigioso abogado Manuel Beccar Varela logró que archivaran la 
causa en su contra tras un acuerdo con la familia de Tamara Suetta


En el último momento posible antes de que comenzara el juicio en su contra, el abogado Manuel Beccar Varela, acusado de la muerte de

 Tamara Suetta, la joven a la que impactó con una lancha en el Delta

 en marzo 2018, logró lo que buscó desde el día posterior a la tragedia: 

la Justicia archivó la causa. Más temprano que tarde, se dictará su

 sobreseimiento.

¿Qué pasó? Beccar Varela habló con la familia de Tamara y llegó a un

 acuerdo dentro de un marco lícito, contemplado en la ley de resolu

ción alternativa de conflictos.

La mediación se concretó semanas atrás, después de una audiencia

 para fijar las pautas del juicio contra el abogado, que estaba pronto a

 comenzar y cuyo comienzo quedó dilatado por la pandemia. Beccar 

Varela estaba acusado del delito de homicidio culposo agravado por la

 conducción negligente, imprudente y antirreglamentaria de un vehículo

 con motor, en referencia a la muerte de la joven, y lesiones graves, por

 las heridas que ocasionó en Ángel Suetta y Elena Fontini, los padres

 de la víctima y sobrevivientes del accidente ocurrido la noche del 23 de 

marzo de 2018 en una curva del río Carapachay, en el Delta del Tigre.

Sin embargo, no llegó a sentarse en el banquillo de los acusados. Abo

gado de prestigio, recursos y extensa trayectoria (incluida la gestión 

política en el Ministerio de Justicia bonaerense entre 1999 y 2001), en

 esa audiencia ante el Juzgado Correccional N° 1 de San Fernando

, Beccar Varela ofreció cumplir con el castigo con una probation, que 

incluía un ofrecimiento de reparación de daño a la familia Suetta con 

una cifra de dinero muy importante. Hacía tiempo que el abogado que

ría dejar esta inquietud “sobre la mesa”, para escuchar a las víctimas

 aceptar o negarse al acuerdo.

En esa audiencia, el Tribunal le dio la palabra a la víctima querellante

que aceptó abrir una instancia de conciliación. La resolución alternativa

 de conflictos puede llevarse a cabo, según dice la ley, hasta antes del 

inicio del juicio. Si las partes aceptan, como ocurrió en este caso, el caso

 debe ser archivado por el fiscal de instrucción: el acuerdo no implica la

 aceptación de la culpa por parte del acusado. Es decir, al conseguir el 

acuerdo, Beccar Varela conserva limpio su prontuario.

Según contaron fuentes del caso con acceso al expediente, la instancia

 de mediación fue breve y el pacto entre las partes se resolvió pronto. 

Beccar Varela le pidió disculpas a la familia y consideró que la muerte de

 una persona no tenía precio. No obstante, les ofreció una reparación económica superior a la que se calcula en casos similares.

La investigación, primero a cargo del fiscal Mariano Magaz y luego a 

manos de Sebastián Fitipaldi, no lo dejó bien parado al abogado, que iba

 a enfrentar un juicio que difícilmente no terminaría en condena. La pena 

por el delito más grave que se lo acusaba es de hasta cinco años y la de

 lesiones leves tiene una condena máxima de tres. Beccar Varela nunca 

estuvo detenido por el caso y probablemente la condena tampoco lo iba

 a mandar a la cárcel. Pero las pruebas en su contra eran contundentes.

En las pericias quedó demostrado que el abogado conducía su lancha 

“Bicuña” con más alcohol del permitido por la ley: se constató que tenía

 0,83 gramos de alcohol por cada litro en sangre, cuando el máximo 

permitido es de 0,50 gramos.

El choque ocurrió cerca de las 20 horas de aquel viernes 23 de marzo.

 Beccar Varela timoneaba su lancha por el carril contrario al que debía

 e impactó contra la embarcación “Correcamino”, que manejaba Ángel

 Suetta, de 63 años en aquel momento, en una curva. En la proa, pero 

mirando hacia popa, iban su esposa Elena Fontini y la hija de ambos, 

Tamara. El choque fue frontal.

Beccar Varela volvía hacia el puerto de Tigre con sus amigos, debía

 conducir por la margen derecha y doblar a la izquierda bien abierto.

 Pero hizo todo lo contrario. El impacto fue inesperado y violento. La 

lancha del abogado le dio en la cabeza a Tamara, que murió en el acto.

Los tres tripulantes de “Correcamino” cayeron al agua. Fueron resca

tados por un vecino que escuchó el estruendo del golpe y se lanzó al 

agua, y por personas que venían en otra lancha. Todos ellos, más Be

ccar Varela y sus amigos, asistieron a las víctimas.

En su dictamen final de elevación a juicio, el primer fiscal de instruc

ción, Mariano Magaz, consideró que “sus reflejos y percepción pudie

ron haber estado disminuidos” por el consumo de alcohol y que eso 

pudo haber contribuido en la dificultad que tuvo para evitar el choque,

 que consideró “a las claras” una omisión del deber de cuidado que 

debía mantener en su condición de timonel de una embarcación a mo

tor en la que circulaban, además, seis personas más: sus amigos.

Ángel Suetta sufrió una fractura de su vértebra C7, una herida cortante 

en el muslo derecho de ocho centímetros y un golpe alrededor de su 

ojo izquierdo. Fontini padeció la fractura de su clavícula derecha, fisu

ras en sus costillas y una herida cortante en su cabeza de cuatro 

centímetros. Tamara, que recibió el impacto de espaldas, murió al 

instante.

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