jueves, 23 de septiembre de 2021

Chascomús: denuncian caza furtiva de fauna autóctona y carreras de galgos en la zona rural

 

Muchas veces encuentran galgos desechados porque ya no pueden

 correr y restos de animales.

Los vecinos aseguran que se escuchan disparos por la noche y encuen

tran restos de animales dispersos por los campos.

Vecinos de las zonas rurales de Chascomús denunciaron que conviven 

con la presencia de cazadores furtivos y corredores de galgos, que

 ingresan ilegalmente a sus terrenos y destruyen la fauna autóctona.

“Acá se pueden encontrar antílopes, siervos, ñandúes”, expresó a Info

cielo Manuel Anchorena, vecino de la zona. En este sentido, los grupos 

dedicados a la caza ilegal eligen estos lugares por los animales que cir

cundan las tierras, sin respeto por la propiedad privada ni las regulacio

nes en relación a la cacería.

“En el barrio cuidamos esa fauna, todos los vecinos están en contra de

 la cacería y la matanza de estos animales”, expuso como principal proble

mática. Y agregó que la zona se encuentra “muy cerca de cascos urbanos”,

 donde antiguamente se practicaban carreras para los perros galgos. “Gra

cias a dios se prohibieron las carreras, pero eso lo que generó fue que las

 trasladaran a las zonas rurales”, manifestó.

Unos 60 vecinos se comunicaron con las autoridades municipales de la 

zona, con Fauna y la Sociedad Rural. Recientemente la asociación Pro

yecto Galgo Argentina hizo eco de la realidad que se vive en la zona rural 

de Chascomús y se comunicaron con el intendente Javier Chapa.

“Hay tours de galgueros que van desde Santa Fe, para hacer cacería, 

organizan campeonatos de yuntas y amenazan a los dueños de los cam

pos. Dejan tendales de animales muertos incluidos galgos que a veces no

 resisten”, expresaron en redes sociales.


Las carreras de galgos están prohibidas en el país desde 2016, tras la 

sanción de la Ley 27330, que castiga con hasta 4 años de cárcel y multas

 a quien realice, promueva u organice la actividad. Pero, ante la legisla

ción, la actividad pasó a desarrollarse en la clandestinidad, en zonas ru

rales de difícil acceso para las fuerzas policiales.

“Se meten en los campos nuestros, donde buscamos proteger la fauna de 

la zona, por la noche ingresan a cazar y practicar las carreras de galgos”,

 manifestó Anchorena y agregó que, durante la noche “se escuchan tiros

 de fusil, es muy común escuchar los estruendos durante la noche”.

Entre otros impedimentos, los vecinos de la zona manifiestan que, al no 

contar con una comisaría en las cercanías al denunciar la presencia de in

trusos dentro de los campos la policía, que se encuentra a 50 kilómetros, 

llega cuando es demasiado tarde.

En el lugar solo quedan restos de cadáveres de fauna nativa y galgos “de

sechados” porque ya no pueden correr. Muchos de ellos son dados en 

adopción luego por rescatistas, otros no resisten el maltrato y mueren.


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