domingo, 13 de marzo de 2022

¿Es factible cumplir con las metas del acuerdo con el FMI?

 

El ministro de Economía, Martín Guzmán.El ministro de Economía, Martín Guzmán.Foto: NA/Daniel Vides.

Ante un escenario de ruptura dentro del oficialismo, al Gobierno se 

le volverá complicadísimo respectar los requerimientos del acuerdo 

con el Fondo, en el caso de que sea aprobado por el Congreso.

La abrumadora aprobación en Diputados del acuerdo con el FMI abre

 múltiples lecturas políticas, deja heridos en el Gobierno y, a su vez

plantea dudas acerca de la capacidad de que sea gestionado por 

el equipo económico.

La grieta en el oficialismo es evidente, y si una votación similar se re

plicara la semana próxima en el Senado, la sustentabilidad de la coali

ción oficialista se haría aún más compleja en lo que resta de la gestión

 Fernández. Ante un escenario de ruptura, el cumplimiento del progra

ma con el Fondo se volverá complicadísimo.

El acuerdo está basado en metas fiscales, monetarias y de acumula

ción de reservas netas, todas bajo monitoreo trimestral del  organis

mo. Únicamente al ser aprobadas llegarán los desembolsos para cu

brir los servicios de deuda. Los primeros números para revisar serán

 los de finales de marzo. En abril, entonces, vendría la primera misión.

Es en el frente fiscal donde aparecen los mayores desafíos, tanto por

 las fuertes subas de los precios internacionales de la energía como 

por las condicionalidades del propio acuerdo.

Entre otras, la obligación de congelar la llamada "deuda flotante", un tí

pico mecanismo de la administración pública para pisar el gasto y pa

sarlo como deuda de un año al otro. En favor del Gobierno, se incluye

 la posibilidad de aumentar el déficit en 0,2% del PIB en tanto se destine

 a financiar obras públicas a través de organismos multilaterales de 

crédito.

Con los actuales precios del gas en el mundo será muy difícil reducir el

 gasto en subsidios energéticos, uno de los objetivos centrales del progra

ma. El propio Fondo habló de una disminución de 0,6% del producto. La 

cuestión básica es que las tarifas apuntan a crecer por debajo de la infla

ción de acuerdo con el esquema de segmentación acordado para los au

mentos.

Mayores costos de generación energética y tarifas que no cubren la infla

ción impiden el ahorro fiscal. Con todo, el Gobierno tiene un as en la 

manga para aliviar el cuadro: los gastos por Covid-19 en 2021 represen

taron 1,5% del PIB, algo más de la mitad destinado a vacunas. Si la pan

demia desaparece, allí habría algún margen para recortar.

Es un acuerdo realista, pensado para evitar una crisis en el corto plazo 

y en el cual prácticamente la totalidad del escaso
financiamiento neto está concentrado en 2022 y 2023. A diferencia del

stand-by de 2018, no hay disponibilidad de fondos frescos de una mag

nitud tal que habilite una masiva salida de capitales como ocurrió enton

ces. El cepo, a diferencia de los tiempos de libertad cambiaria de Mauri

cio Macri, impide ese proceso.

Por último, no está pensado para bajar la inflación. Para el FMI es una 

preocupación secundaria. Es más, en los próximos meses los precios 

pueden incluso acelerarse, por la mayor velocidad exigida para la deva

luación del tipo de cambio oficial y los ajustes tarifarios.

(* - Ricardo Delgado es economista y presidente de Analytica Consulto

ra).


Escrito por Ricardo Delgado
Buenos Aires, NA

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