domingo, 22 de mayo de 2022

Arde la interna del PRO: Macri y Larreta se sacan chispas en Provincia, un primo encumbrado en Capital y la sospecha de Bullrich

 


Las peleas que hay por debajo de una paz interna escenificada. San

tilli y Ritondo, lanzados a la misma candidatura, pero con distintos 

padrinos. Un emisario secreto del larretismo para una gestión delica

da. Cuál fue la frase de López Murphy que impactó al ex presidente

En la superficie, sólo hay sonrisas y apelaciones a la unidad. Por de

bajo, la escenificación de amor y paz de los máximos líderes del PRO 

se disuelve en una ácida pulseada como si las elecciones de 2023 se 

hubieran anticipado y desataran un inexorable clima bélico.

El activo papel de Mauricio Macri, al borde de la confusión entre su rol

 de mentor o de candidato presidencial, puso en tensión a los dos aspi

rantes a quedarse con la postulación del PRO para la Casa Rosada, Hora

cio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, hasta tal punto que terminaron 

sellando una tregua para evitar los golpes bajos. Pero ese acuerdo dispa

ró decisiones que aceleraron la carrera electoral, pese a que, ante los 

mcrófonos, todos repiten que falta mucho para votar y que la gente pien

sa en la inflación antes que en las urnas.

Bullrich ya parecía más lanzada a su proyecto “Patricia Presidente”, no 

sólo con definiciones tajantes que parecen pensadas por el titulero de 

un diario, que son su marca registrada, sino también con un sugestivo

 viaje a Estados Unidos y la puesta en escena de sus “equipos de gobier

no”, casi una respuesta a las observaciones que Macri hacía en privado

 acerca de que a la jefa del PRO se la veía “muy sola”.

Pero Rodríguez Larreta, el maratonista de la política que mide los tiem

pos antes de mostrarse como candidato, cambió de estrategia. A fines

 de abril, al hablar ante empresarios del círculo rojo en San Carlos de 

Bariloche, se mostró como un presidenciable tan firme que estaba dis

puesto a disputar la postulación con Macri y adelantó una serie de ideas

 y propuestas de gobierno. Hace unos 10 días, incluso, avanzó más to

davía: rediseñó una mesa política que apuntalará su proyecto, que seguirá encabezando Diego Santilli, y designó a una decena de dirigentes de su 

entorno para actuar como voceros de su pensamiento (y defensores de 

su figura ante eventuales ataques).

Hasta ese momento, el alcalde porteño se mantenía aferrado a su idea 

de que aún no debía mostrarse como candidato, que sólo tenía que con

centrarse en la gestión en la Ciudad para mostrar qué podría hacer a 

nivel nacional e incluso bajaba una línea a su gente: que nadie le con

teste a quienes lo criticaban, mucho menos si eran de su propio espa

cio y aunque le reprocharan su estilo moderado a ultranza.

Todo ese férreo ideario larretista se modificó. Luego de hablar ante los 

empresarios, el alcalde porteño insistió en los ejes de su plan durante

 su discurso en la cena de la Fundación Libertad, en donde mostró fir

meza cuando dijo que el próximo gobierno deberá “estabilizar la eco

nomía rápidamente” (“no tenemos 100 días para trazar el rumbo, sólo

 tenemos 100 horas”, dramatizó) y “avanzar en reformas estructurales”, 

pero se mantuvo apegado a su mirada dialoguista: dijo que “el desafío

 mayor es terminar con la grieta” y que “la Argentina tiene que tener un

 gobierno de coalición que reúna el 70% de los apoyos de la gente y 

del sistema político, pero sin el kirchnerismo ni la izquierda” (días des

pués, como para no alimentar ninguna sospecha sobre sus relaciones,

 el secretario general de la Ciudad, Fernando Straface, agregó a Sergio

 Massa entre los vetados en el futuro esquema de acuerdo larretista).

Rodríguez Larreta planteó un camino para alcanzar ese gobierno de 

coalición que le causa espanto a “los halcones” de su espacio: “Para 

eso -dijo-, hay que negociar. Y negociar significa ceder. Ceder poder 

para poder hacer. Después está en la habilidad del líder lograr apoyo pa

ra la mayoría del plan al menor costo. Si sólo se logra apoyo para el 30%

 del plan, fracasamos”. Podrá endurecerse y anticipar algunos de sus 

planes, pero el jefe de Gobierno ya les hizo una advertencia a sus allega

dos en relación con el crecimiento de Javier Milei, por ejemplo: “Si los

 argentinos quieren votar un candidato de ideas extremas, que lo hagan.

 No voy a cambiar lo que pienso que es mejor para el país”.

Hay otra flamante definición de Rodríguez Larreta que es decisiva para 

su proyecto: Jorge Macri será su candidato a jefe de Gobierno porteño. 

Podrían secundarlo en la fórmula Soledad Acuña, ministra de Educación

 de la Ciudad, o Fernán Quirós, titular de Salud. En otro espaldarazo a

 su ministro de Gobierno e intendente de Vicente López en uso de licen

cia, el larretismo incluso lo sumó a su mesa política nacional. Será una

 postulación que cerrará las grietas internas: lo apoyará su primo Mau

ricio y seguramente también Bullrich, aunque desde las filas de “los hal

cones” porteños podría competir por el mismo puesto el diputado Waldo

 Wolff, que aspirará a captar el voto libertario (se reconoce amigo de Milei,

 mantiene el respaldo de la presidenta del PRO y también cultiva una 

buena relación con Jorge Macri).

Donde habrá mucho ruido interno es en el territorio bonaerense. Rodrí

guez Larreta envió un emisario a hablar con Cristian Ritondo para trans

mitirle una queja: el jefe del bloque de diputados del PRO había empe

zado a dar señales del padrinazgo de Macri para convertirse en candidato a gobernador bonaerense. La primera luz amarilla del tablero larretista

 fueron las pintadas y las pancartas que aparecieron sorpresivamente 

en la provincia de Buenos Aires con una leyenda de alto voltaje polí

tico: “Macri presidente, Ritondo gobernador”.

Hasta ese momento, Ritondo, cuya principal referente partidaria es 

María Eugenia Vidal, parecía formar parte del armado electoral de Ro

dríguez Larreta y era un dirigente que coincidía con Santilli en la mis

ma aspiración de conducir la Provincia. El diputado participó por Zoom

 de la primera reunión de una mesa nacional larretista, que se hizo el

 18 de enero pasado. Incluso compartió algunas recorridas con Santilli

 como sucedió a mediados de marzo en Mar del Plata y Ayacucho. Y

del jefe de Gobierno salía un mensaje claro: “Que avancen los dos con

 sus planes y luego se verá quién mide mejor en las encuestas para

 quedarse con la candidatura a gobernador”.

Ese esquema no existe más. En su contacto reservado, el emisario larre

tista no sólo se quejó ante Ritondo por su acercamiento al ex presidente

 sino que también le dejó en claro que Santilli será el único candidato

 a gobernador que auspicia el alcalde porteño. Más allá de las sugesti

vas pintadas y de las pancartas, cuya autoría es de la agrupación 

ultramacrista Banquemos, el jefe del bloque de diputados del PRO es

tuvo recorriendo Bahía Blanca, Carmen de Patagones y Monte Hermo

so junto con su colega de bancada Hernán Lombardi, miembro del cír

culo íntimo de Macri. Y se sabe que la presencia del ex titular del Siste

ma de Medios Públicos es una señal del ex mandatario. ¿Más indicios?

 El video de Macri que circula en las redes en apoyo de la campaña que

 promueve Ritondo por el proyecto de “Ficha Limpia”.

Es la noticia del momento: Rodríguez Larreta y Macri compiten en la 

provincia de Buenos Aires con sus propios postulantes a gobernador. 

¿Definirán todo en las PASO bonaerenses? Será difícil que se expon

gan a dividir el voto del PRO ante un candidato del radicalismo que 

estará sostenido por un fuerte aparato partidario provincial. Tanto cer

ca de Santilli como de Ritondo aseguran tener encuestas que los favo

recen. Los intendentes del PRO hacen equilibrio, aunque Julio Garro 

(La Plata) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero) ya trabajan en el armado

 político de Larreta, mientras que Martín Yeza (Pinamar) se desempeña 

como jefe de los equipos técnicos del ritondismo.



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