domingo, 21 de agosto de 2022

Jueces militantes denigran la Justicia

Por Patricia Vásquez

El kirchnerismo reunido en Parque Centenario para respaldar a Cristina Fernández de Kirchner.El kirchnerismo reunido en Parque Centenario para respaldar a Cristina Fernández de Kirchner.Foto: NA.

 El accionar de Ramos Padilla como simpatizante del kirchnerismo 

afecta su condición de magistrado de la Nación y con ello a la Justicia 

misma como institución,  a tal punto que impacta directamente sobre 

su credibilidad e imparcialidad pasada, presente y futura.

El 12 de agosto pasado presenté una denuncia contra el juez Juan Ma

ría Ramos Padilla, miembro del Tribunal Oral N° 29 de la Justicia Penal

 Ordinaria de la Capital Federal, en los términos de lo dispuesto por el

 art. 53 de la Constitución nacional, por mal desempeño, y de acuerdo 

con lo previsto por la ley 26.080/2006, artículo 14 A) incisos 1), 2) y 4);

 y art. 17 incs. 1) y 5).

En virtud de la tramitación de la causa Vialidad, en la cual se encuentra

 procesada la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros, y la

 repercusión pública de los alegatos que expone el Ministerio Público Fi

cal como parte acusadora, se han generado diversas manifestaciones de

 militantes y políticos de agrupaciones kirchneristas en su defensa, con 

ataques agraviantes hacia la institución de la Justicia como hacia las per

sonas de jueces y fiscales intervinientes, incluso contra la Corte Suprema

 de Justicia de la Nación, en forma reiterada y cada vez más violenta.

Estos hechos realizados por individuos, por cierto de suma gravedad, 

resultan intolerables cuando provienen de un magistrado de la Nación.

 Sus dichos, como su divulgación pública mediante notas periodísticas

 y redes sociales, expresan un fanatismo militante con un inaceptable 

resentimiento hacia la institución que él mismo representa.

Con fervor y lenguaje propio de un político en campaña, el magistrado 

Ramos Padilla encabezó orgulloso la convocatoria para la marcha del 

sábado 13 de agosto pasado en el Parque Centenario mediante su cuen

ta de Twitter (@jramospadilla) con manifestaciones agraviantes, amena

zantes y violentas hacia la Justicia, los jueces y fiscales relacionados

 con la causa referida utilizando el #SeVieneElCristinazo.

En igual sentido se sirvió de varias entrevistas de prensa para profun

dizar la misma militancia. La conducta del juez resulta no sólo impropia 

de su calidad de juez de la Nación, sino lisa y llanamente inaceptable, y 

constituye a todas luces un expreso desprecio por el cargo que ostenta.

Su fanática defensa respecto de la vicepresidenta desprestigia el rol que

 le corresponde en su calidad de magistrado. El manejo político de cau

sas que deben tramitar en el ámbito del proceso judicial descompone la

 confianza social tan afectada y con ella, la República y las instituciones.

Es evidente que Ramos Padilla tiene la intención premeditada de provo

car una reacción política con sesgo de pertenencia a una ideología y una

 clara presión sobre jueces y fiscales de la causa. No siendo suficiente la

 convocatoria a la marcha, como orador principal se manifestó en defen

sa de quien está siendo juzgada y se encuentra procesada por el delito 

de asociación ilícita en perjuicio del Estado.

Más allá de los resultados de la causa mencionada, el accionar de Ra

mos Padilla es inmoral y afecta su condición de juez de la Nación y 

con ello a la Justicia misma como institución, a punto tal que impacta

 directamente sobre su credibilidad e imparcialidad pasada, presente 

y futura con relación a toda la sociedad

Es sabido, el juez sólo habla por sus sentencias, justamente porque su 

única función es aplicar el derecho al caso particular, siempre que sea

 de su competencia. Militar su ideología públicamente, agredir a sus co

legas y cuestionar el proceso de una causa que le es ajena lo convierte

 expresamente en un actor político que debe ser removido por carecer 

de las condiciones esenciales para ejercer la magistratura.

Seguramente, una vez removido de su cargo podrá armar un partido po

lítico y postularse a algún cargo electivo para lo cual parece estar mejor

 preparado. La sociedad necesita y reclama una Justicia confiable, ejerci

da por jueces que dediquen su tiempo a la capacitación y al estudio de 

los conflictos sometidos a su decisión con profesionalismo y la más ab

soluta imparcialidad. Sus ideas, creencias o simpatías políticas, religio

sas o de cualquier naturaleza son respetables, pero jamás deben salir 

del ámbito de su privacidad.

La militancia política de un juez no sólo está prohibida por la ley, lo desca

lifica absolutamente para ejercer su función. ¿Hasta cuándo vamos a tole

rar la subversión de valores, roles e instituciones?

La Justicia no es buena o mala según convenga a sus intereses, sólo es 

confiable cuando busca y encuentra la verdad. Los jueces militantes de

ben renunciar o ser destituidos para purificar la Justicia y revalorizar su

 institución. Por eso, ¡doctor Ramos Padilla renuncie! Y después salga a

 afiliar seguidores partidarios, seguramente tendrá éxito como político.

(* - Patricia Vásquez es dirigente de Juntos por el Cambio, ex secretaria 

en el Ministerio de Seguridad de la Nación y abogada especialista en Ma

gistratura).

 

Escrito por Patricia Vásquez
NA - Buenos Aires, Argentina

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