lunes, 4 de marzo de 2013

Tras posponer internas, Los K preparan el 9M



La Presidenta pospuso los comicios para elegir autoridades, mientras sus espadas buscan cercar a Scioli. Los intendentes hacen los deberes cristinistas, y negocian las listas legislativas. El 9 de marzo el kirchnerismo se juntará en La Matanza
Fernando Espinoza, Martín Insaurralde, Hugo Curto, Florencio Randazzo, Julián Domínguez; son muchos los nombres que suenan para presidir el PJ provincial, que se encuentra encadenado a su vez a los cambios en la órbita nacional. El rol del Gobernador, Daniel Scioli, también está en una situación en la mira del debate. Antes de que culminara 2012, el Partido Justicialista de la Provincia puso en orden los papeles y dejó legalizada la presidencia de Cristina Álvarez Rodríguez, quien sucedía al ahora opositor Hugo Moyano. Esos cambios incluyeron la convocatoria a las elecciones partidarias para el 31 de marzo, una fecha que estuvo condicionada a la decisión que tomó el partido a nivel nacional. La consigna que sobrevoló en esos cónclaves, y unificó todos los criterios, fue el liderazgo de Cristina Fernández, una suerte de jefa partidaria virtual, ya que no tiene esos galardones en Provincia ni en Nación.

Sin duda que no hacían falta. Los bonaerenses agregaron a la convocatoria electoral la obligación de condicionarla a las variantes que pudiera decidir el partido a ni-vel nacional, es decir, la Presidenta.

Y así fue. En medio de la nueva puja financiera entre los gobiernos nacional y provincial; en medio de las reuniones políticas de los jefes comunales, sin presencia sciolista; de los pasos ambiguos de Sergio Massa y de los armados, por ahora débiles, de los justicialistas anti K, llegó la orden de la Nación: posponer los comicios partidarios.

Estrategias
El próximo 9 de marzo, en La Matanza, los presidentes del Senado nacional, Amado Boudou, y de Diputados, Julián Domínguez, junto a más de 70 intendentes y un numeroso grupo de legisladores provinciales y nacionales, reeditarán el cónclave kirchnerista de Santa Teresita. Dicha reunión, que tuvo como cierre las palabras explosivas del vicepresidente, que descalificó el pedido del Gobernador por querer instalar el tema de la coparticipación federal en la agenda, fue una muestra del clima bélico que vive el PJ.

La del 9M va a sonar como una historia conocida, como un nuevo adoctrinamiento del kirchnerismo; sin la consigna explícita de Unidos y Organizados pero con la misma intención. “Es para mostrar que el poder institucional y territorial bonaerense responde a Cristina y no a La DOS”, indica, en reserva, un influyente legislador K.

El kirchnerismno quiere conducir el Partido Justicialista bonaerense con un dirigente propio. El jefe de la CGT disidente, Hugo Moyano, se rebeló; Cristina Álvarez Rodríguez, la ministra de Gobierno de Scioli, no conforma; entonces se busca un jefe comunal (o quizás alguien que tenga sede en Capital) que sostenga el sello K sin fotos incómodas, como las que suele protagonizar el jefe del Ejecutivo provincial. Scioli se observa con cierto recelo, y aunque no se lo puede excluir, se lo intenta mantener a distancia. Desde el sciolismo, en cambio, continúan afirmando su decisión de hacer valer el peso electoral e institucional que tiene el mandatario.

“Es el número dos en Nación, detrás de la Presidenta, pero el número uno en la Provincia, y eso es indiscutible e incuestionable”, afirmó el diputado Guido Lorenzino a La Tecla en una entrevista reciente.
Que el tablero partidario no se mueva, al menos no antes de las elecciones generales legislativas, otorga al Gobernador una tregua en la pelea interna; sigue al frente del PJ nacional y conserva a su ministra en la jefatura provincial.

Sin embargo, el hecho de que haya sido Cristina Fernández la que decidiera postergar las elecciones, y que promoviera nuevos cónclaves “cristinistas” donde se junte todo el PJ provincial sin la presencia sciolista, para ratificar su liderazgo, no alimentan las ansias presidenciales del mandatario provincial.

Mientras el calendario se deshoja, los hombres del PJ no dejan de tejer su estrategia personal. Julián Domínguez, con asiento en Nación y fuerte presencia en Provincia, continúa con su intención de convertirse en el interlocutor válido entre ambas jurisdicciones. Para esto, organiza los mega- encuentros de “la dirigencia peronista” que ratifican la figura de CFK. También desmiente querer copar el PJ provincial, y promueve la candidatura del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza.

A diferencia de Amado Boudou, Domínguez confronta, sólo si hace falta, con el gobernador Scioli. Existe además una suerte de avance de intendentes jóvenes, con el sello K, moderados en sus discursos pero obedientes en la línea que hay que bajar, como el caso de Insaurralde, Ferraresi o Yzurieta.

Esta semana, en Matheu al 130, el PJ nacional formalizó la postergación de la fecha de elecciones partidarias. La Provincia, por propia voluntad, está encadenada a esta decisión, no necesita ratificarla en un congreso. Quedó claro el deseo de la Presidenta. Lo que no está tan claro, y genera alguna incertidumbre en el universo del FpV, es cómo se resolverán las listas legislativas, y cómo se jugará una campaña que tendrá al partido como principal herramienta. Una campaña que será decisiva para el destino electoral de CFK, de La DOS y de los caudillos del populoso Conurbano.

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