ESCUCHANOS A TODO EL MUNDO

miércoles, 29 de agosto de 2012

Cayó uno de los condenados por el crimen de un taxista platense ERA COMERCIANTE EN SAN CLEMENTE

Ocurrió en enero de 2000. Hubo dos juicios orales, con los acusados absueltos. Casación revirtió los fallos y ordenó detenciones. Uno de los sentenciados fue detenido ayer en Dolores.

Ocurri� en enero de 2000. Hubo dos juicios orales, con los acusados absueltos. Casaci�n revirti� los fallos y orden� detenciones. Uno de los sentenciados fue detenido ayer en Dolores.

Tras el reciente fallo de la Casación bonaerense, con sede en La Plata, en la que dispuso dar marcha atrás con dos veredictos absolutorios que habían beneficiado a todos los acusados por el salvaje crimen de un joven taxista de nuestra ciudad, ayer la Policía logró ubicar y detener a uno de los imputados. Se trata de Miguel Angel Calabrese, dueño del taxi que era conducido por la víctima al momento del crimen. El móvil fue pasional. Calabrese lo mandó a matar porque el joven mantenía una relación sentimental con su esposa.
Debieron pasar doce años para que se produjera esta detención. El crimen de Jorge Barrenechea se produjo el 1° de enero de 2000. Ese año comenzó con decenas de taxis atravesados en las calles de La Plata en señal de repudio.
El cuerpo abatido a balazos de Barrenechea apareció en Ranchos, bajo un puente carretero. Fuentes policiales señalaron que su expatrón, y dueño del vehículo que conducía, fue detenido el lunes a la noche en Dolores, cuando viajaba en micro rumbo al balneario de San Clemente del Tuyú, donde reside en la actualidad.
Una comitiva policial detuvo el micro y esposó al sospechoso, mientras que su cómplice y expolicía Gastón Escobar permanece libre, ya que su defensor planteó una eximición prisión que aún no fue resuelta.
La Sala I de la Casación bonaerense condenó a prisión perpetua a los acusados hace dos semanas. A partir de ahí, la Policía salió a buscar a los acusados. Ese fallo de la Sala I contó con los votos de los jueces Carlos Natiello, Horacio Daniel Piombo y Benjamín Sal Llargués, y dispuso la detención de los imputados, quienes habían sido absueltos por el crimen del conductor en dos juicios orales.
El caso llegó a esa instancia por un recurso del fiscal de juicio de La Plata Carlos Gómez, planteo al que adhirió el abogado penalista Marcelo Peña, representante de la familia como particular damnificado, en el juicio desarrollado en 2005.
Para los jueces de la Casación, Escobar fue “organizador y partícipe necesario” y Calabrese, “instigador” del crimen, tal como lo sindicó el fiscal de primera instancia Carlos Gómez.
Por su parte, Natiello, en minoría, validó la mayoría del Tribunal en lo Criminal II de La Plata -Carlos Graciano y Claudio Bernard-, indicando que quien incriminaba a Escobar era su “amigovia” Gisela Rocha. Ella había dicho en el juicio que Escobar le había confesado el homicidio por encargo de “un esposo despechado”.
Las conexiones entre los acusados
Por la mayoría, los jueces de la Sala I de la Casación, Piombo y Sal Llargués, concluyeron que el dueño de la flota de taxis, Calabrese, de quien se dijo además que era chofer del entonces gobernador Felipe Solá, había mandado a matar al taxista Barrenechea porque éste mantenía un vínculo sentimental con su esposa Rosa Garis.
Sal Llargués resaltó el testimonio de la testigo Rocha, expresando que no es una testigo de “oídas”. “Es una persona a quien el principal acusado le ha referido con detalle parte de los hechos que pergeñara con su coimputado Calabrese”.
El juez puso de relieve que esa testigo se presentó en la Oficina de Denuncias de la Fiscalía General y, con reserva de identidad, declaró el 8 de noviembre de 2000. Dijo haber sido víctima de un delito de abuso sexual por parte de Escobar.
También el magistrado Sal Llargués dijo que en un domicilio cercano al imputado Escobar secuestraron un equipo de radio, demostrando que se había desempeñado en el área de comunicaciones.
Para Sal Llargués, Escobar era el único del grupo que conocía “todos los entresijos de Ranchos donde se había criado y donde tenía un gran predicamento entre el personal policial y local”.
La conexión entre Escobar y Calabrese quedó acreditada “porque desaparecieron los registros de las comunicaciones” y, en ese acto, Sal Llargués responsabilizó a la esposa de Calabrese, que era quien atendía la central de los taxis. El primer juicio terminó en los tribunales penales de La Plata en agosto de 2005.

TITULARES DE LOS PRINCIPALES DIARIOS ARGENTINOS DE HOY