Fue durante la presentación de su nuevo libro que hizo junto a ex funcionarios. “Hoy 25 de cada 100 personas están bajo la línea de pobreza, hace 40 años eran 4 de cada 100”, disparó el ex ministro de economía. Además advirtió por la desaceleración del crecimiento: “Entre el 2002 y el 2006 necesitábamos 9 años para duplicar el ingreso, ahora requerimos 19”.
El ex ministro de Economía Roberto Lavagna presentó ayer en el Ateneo de Florida su nuevo libro, escrito junto a un gran número de ex funcionarios y especialistas en donde recopila propuestas sobre todas las áreas de la administración del estado, desde la seguridad hasta la economía.
Ante un auditorio colmado por ex funcionarios y amigos, el periodista Natalio Botana fue el primero en hablar sobre el flamante “Un Futuro Posible. Trabajando consensos para alcanzar un país razonable”, tal como reza el título del trabajo.
Entre el público se pudo ver a los Massistas Eduardo Amadeo, Jorge Sarghini y Miguel Peirano. El ex viceministro de Economía Jorge Todesca, y el ex embajador en Francia Aldo Ferrer también fueron de la partida, junto con Alberto Abad; Daniel Arroyo y Alieto Guadagni.
Pero sin duda que la presencia más llamativa fue la del ex presidente Eduardo Duhalde, que se sentó en la primera fila. Y es que fue bajo su mandato que Lavagna inició su gestión.
El ex ministro de economía criticó el camino que tomó la economía a partir del 2007, y rescató los años en los que fue funcionario.
“La brecha entre el país potencial que podemos ser y el país real se ha ido ampliando, por factores internos y externos”, advirtió. Lavagna puso énfasis en la desaceleración del crecimiento observada en la economía argentina luego de su gestión. “Del 2007 en adelante nos enfrentamos a un progresivo freno”, consideró.
En ese sentido, recordó que entre el 2002 y el 2006 se necesitaban 9 años para que el país duplicara su ingreso, de acuerdo a las tasas de crecimiento de ese período.
“Desaceleramos nuestro ritmo de crecimiento. Ahora nos lleva el doble: necesitamos 19 años para duplicar nuestro ingreso”, explicó el ex ministro.
Y esto a pesar de que el precio de la soja se multiplicó. En el 2006 la tonelada de la oleaginosa valía U$S218, mientras que entre el 2007 y el 2013 giró en torno a los U$S470 y los U$S560, recordó el economista. “El país potencial se ampliaba mientras se achicaba el real”, se lamentó.
De todas formas, el ex funcionario se mostró esperanzado por los cacerolazos que irrumpieron en las calles el año pasado. “En lo institucional es en donde se avanzó más; los cacerolazos marcaron el rumbo, como las elecciones primarias, cuyos resultados espero que sean ratificados en octubre”, se ilusionó.
Por otro lado, destacó que estos movimientos implican que “no va a haber cambios en la Constitución Nacional ni en el Poder Judicial”.
Lavagna pidió “evitar caer en las ilusiones extremistas o las populistas de querer distribuir lo que no se produce”.
“La inversión es la única manera de luchar contra la inflación”, resaltó. “El consumo es su gran aliado”, amplió. Y alertó por el gasto público “no por su magnitud, sino por su forma”.
“Gastamos U$S2.000 millones en la central Atucha II, que ya fue inagurada tres veces pero todavía no produjo ni un kilowatt de energía”, mientras que no se puso ni un peso en la radarización de las fronteras, comparó.
“Hoy 25 de cada 100 están bajo la línea de pobreza, hace 40 años eran 4 de cada 100”, disparó el ex ministro.
Lavagna concluyó con una analogía sobre los beneficios de seguir sus recomendaciones. “Argentina puede dejar de ser un país oruga y pasar a ser un país mariposa”, cerró.
Ante un auditorio colmado por ex funcionarios y amigos, el periodista Natalio Botana fue el primero en hablar sobre el flamante “Un Futuro Posible. Trabajando consensos para alcanzar un país razonable”, tal como reza el título del trabajo.
Entre el público se pudo ver a los Massistas Eduardo Amadeo, Jorge Sarghini y Miguel Peirano. El ex viceministro de Economía Jorge Todesca, y el ex embajador en Francia Aldo Ferrer también fueron de la partida, junto con Alberto Abad; Daniel Arroyo y Alieto Guadagni.
Pero sin duda que la presencia más llamativa fue la del ex presidente Eduardo Duhalde, que se sentó en la primera fila. Y es que fue bajo su mandato que Lavagna inició su gestión.
El ex ministro de economía criticó el camino que tomó la economía a partir del 2007, y rescató los años en los que fue funcionario.
“La brecha entre el país potencial que podemos ser y el país real se ha ido ampliando, por factores internos y externos”, advirtió. Lavagna puso énfasis en la desaceleración del crecimiento observada en la economía argentina luego de su gestión. “Del 2007 en adelante nos enfrentamos a un progresivo freno”, consideró.
En ese sentido, recordó que entre el 2002 y el 2006 se necesitaban 9 años para que el país duplicara su ingreso, de acuerdo a las tasas de crecimiento de ese período.
“Desaceleramos nuestro ritmo de crecimiento. Ahora nos lleva el doble: necesitamos 19 años para duplicar nuestro ingreso”, explicó el ex ministro.
Y esto a pesar de que el precio de la soja se multiplicó. En el 2006 la tonelada de la oleaginosa valía U$S218, mientras que entre el 2007 y el 2013 giró en torno a los U$S470 y los U$S560, recordó el economista. “El país potencial se ampliaba mientras se achicaba el real”, se lamentó.
De todas formas, el ex funcionario se mostró esperanzado por los cacerolazos que irrumpieron en las calles el año pasado. “En lo institucional es en donde se avanzó más; los cacerolazos marcaron el rumbo, como las elecciones primarias, cuyos resultados espero que sean ratificados en octubre”, se ilusionó.
Por otro lado, destacó que estos movimientos implican que “no va a haber cambios en la Constitución Nacional ni en el Poder Judicial”.
Lavagna pidió “evitar caer en las ilusiones extremistas o las populistas de querer distribuir lo que no se produce”.
“La inversión es la única manera de luchar contra la inflación”, resaltó. “El consumo es su gran aliado”, amplió. Y alertó por el gasto público “no por su magnitud, sino por su forma”.
“Gastamos U$S2.000 millones en la central Atucha II, que ya fue inagurada tres veces pero todavía no produjo ni un kilowatt de energía”, mientras que no se puso ni un peso en la radarización de las fronteras, comparó.
“Hoy 25 de cada 100 están bajo la línea de pobreza, hace 40 años eran 4 de cada 100”, disparó el ex ministro.
Lavagna concluyó con una analogía sobre los beneficios de seguir sus recomendaciones. “Argentina puede dejar de ser un país oruga y pasar a ser un país mariposa”, cerró.