El líder de la UOM estuvo el jueves con Tomada, justo en los días en que Cristina Kirchner intensificó sus críticas a Hugo Moyano. Necesitaría un apoyo de los gordos y los independientes, quienes no aceptarán la continuidad del camionero, que resiste con un partido político propio y la vuelta de un remixado MTA del transporte.
Antonio Caló es uno de los preferidos del Gobierno para ocupar la secretaría general de la Confederación General del Trabajo (CGT), donde Cristina Kirchner volvió a dejar claro esta semana que no apoyará la continuidad de Hugo Moyano.
El camionero tiene mandato hasta junio y ya tiene claro que su segunda reelección es una tarea difícil: el sector de los Gordos, los gremios de servicios enfrentados a Moyano; y los independientes, como Uocra, UPCN y UTA, se reunieron hace un mes para avanzar en la elección de un nuevo titular de la CGT. Los sindicatos representados ese día reúnen los delegados necesarios para hacer ese trámite sin consultar con nadie.
La UOM mantiene una actitud equidistante: estuvo ausente de ese cónclave pero también dejó de participar en las reuniones del Consejo Directivo de la CGT, que conduce Moyano y asisten sus principales gremios aliados, como Juan Carlos Schmidt (Dragado y Balizamiento) y Omar Plaini (Canillitas).
Como parte de su resistencia, como anticipó LPO Moyano planea potenciar la CATT a la que quiere sumar federaciones de los distintos medios de transporte en una suerte de remixado Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA), aquella línea interna que enfrentó a la conducción de la CGT en los 90. Además, también estudia crear un partido político como instrumento electoral para las próximas elecciones, como también adelantó este medio semanas atrás.
En ese marco, en el movimiento obrero no pasaron desapercibidas dos señales contrapuestas: la misma semana que Moyano recibía los cuestionamientos más duros de la Presidenta, el líder de la UOM, Antonio Caló se mostraba todo sonrisas con ministros del gobierno nacional.
La semana empezó mal para el camionero, el martes Cristina rechazó su proyecto de ley para repartir ganancias nada menos que ante la cúpula de la Unión Industrial Argentina, el miércoles le dedicó una indirecta en la presentación de una fábrica de encuadernación y el jueves, en Aeroparque, recordó furiosa el bloqueo que realizó para sumar a camioneros los trabajadores del servicio de catering de las líneas aéreas.
Ese mismo jueves, Caló participó de Tecnópolis junto al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, en un encuentro que tuvo una amplia difusión oficial. Y en un diálogo con la agencia oficial Telam dejó algunas frases picantes.
"Tanto los empresarios como los trabajadores tenemos que poner total responsabilidad en bajar esta inflación", reflexionó en sintonía con lo que viene reclamando Cristina, pero haciendo equilibrio rechazó que se fije un techo para las partitarias, misma posición que sostiene Moyano. “Deben ser libres y no pueden tener techo", sostuvo.
La presencia de Caló con Tomada se dio justo en un pico de tensión en el coflicto por Aerolíneas, cuando el Ministerio de Trabajo en un gesto inédito en el kirchnerismo reclamó a la justicia el quite de personería gremial al sindicato de técnicos de Ricardo Cirielli, lo que le valió un dursísimo comunicado d ela CGT de Moyano que lo comparó con Patricia Bullrich.
Fuentes de la UOM consultadas por LPO negaron cualquier avance en la definición del nuevo secretario general de la CGT, pero admitieron que la relación con el Gobierno mejora día a día y es un exponente del “modelo” que difunde gustosa la Presidenta, que hace de la defensa de la regeneración d ela industria un emblema de sus políticas.
“Teníamos 100 mil afiliados en 1943 y llegamos a 521 mil en el 75. Después fuimos cayendo al 7% anual hasta contar con sólo 71 mil en 2001. Ahora ya alcanzamos 250 mil afiliados y eso que estamos en otro modelo de sociedad con más peso de la tecnología”, retrató un integrante de la mesa directiva a LPO para explicar su sintonía de fondo con el kirchnerismo.
Cerca de Moyano ya sienten el peso de Caló y se preparan para la resistencia. “No sería una renovación, es representante de lo viejo”, repiten, al recordar que si bien arribó a la conducción de su gremio hace 6 años, antes fue por décadas uno de los laderos del histórico Lorenzo Miguel -emblema d ela burocracia sindical-, en la secretaría de Acción Social.