Las versiones sobre la vuelta de las retenciones al campo
volvieron a tomar fuerza en los últimos días en función de
que en la Casa Rosada continúan sin negar de manera
contundente esta posibilidad en la antesala del cierre del
acuerdo con el FMI.
Es que, tal como contó LPO en su momento, a Mauricio Macri lo fastidió
la forma en la que los dirigentes rurales salieron al cruce del retorno
de los derechos de exportación y no contestó un pedido "urgente"
de audiencia que la Mesa de Enlace hizo público.
Si bien el Gobierno estaba en ese momento practicando una suerte
de "globo de ensayo" con las retenciones, la reacción del campo fue
interpretada como "desmedida" por Macri que sintió como un sector
al que apoyó desde el primer día le soltó la mano.
Tampoco cayó muy bien que el ministro de Agroindustria, Luis Miguel
Etchevehere, se ponga al frente de la defensa del sector en una
reunión que mantuvo con Nicolás Dujovne. "No sabemos si juega
para nosotros o para ellos", dijeron en Hacienda.
Así las cosas, altos funcionarios del Gobierno decidieron entonces
abrir canales de diálogo con algunos dirigentes ruarles para pedirles
apoyo explicándoles la necesidad imperiosa de bajar el déficit fiscal
para poder cumplir con las metas del FMI.
Tal como era de esperar, la primera reacción de los dirigentes más
duros del sector ante el pedido para negociar las retenciones fue un
rotundo "No" teniendo en cuenta que la solicitud llega en un muy
mal momento después de la peor sequía en varias décadas.
Pero otros representantes del agro tuvieron una mirada más estraté
gica. "Al menos se podría ceder la baja gradual de las retenciones a
la soja como un gesto al Gobierno mostrando un costado solidario
ante la sociedad", reconoció por lo bajo un dirigente.
Los derechos de exportación al complejo sojero se ubican actualmente
en un 27% y vienen bajando 0,5 puntos por mes. Siguiendo esta línea
, culminarán el 2018 en un 24% habiendo arrancando el año en un 30%
después de estar en un 35% en la era K.
Esta línea de dirigentes más flexibles entiende que el Gobierno está
pasando un mal momento político y que así como Macri en 2015 "se
jugó" por el campo eliminando retenciones y trabas a las exportacio
nes, ahora llegó el turno de devolverle los favores.
Además, interpretan que cediendo la baja gradual de retenciones en
soja fijándolas en torno al 30%, tendrán mayor margen de negocia
ción para frenar la aplicación del impuesto en el caso del trigo y maíz
en donde sí hay un rechazo absoluto.
Los analistas Javier Buján y Gustavo López aseguraron que cobrán
dole retenciones del 10% al trigo y al maíz, el Estado se aseguraría
una recaudación de u$s 750 millones en la próxima campaña. Una
cifra nada despreciable en el actual contexto económico.
Pero claro, la postura de la línea flexible choca con la de otros direc
tivos que no quieren saber nada con un cambio en el actual modelo
de retenciones a la soja. "Que ni se les ocurra; que el gesto lo tenga
la política y se ajusten ellos", apuntó un operador rural.
Del otro lado también se hacen escuchar: "Hay que hacerles entender
que podríamos capitalizar este gesto ante la sociedad que ve al
campo
como un sector favorecido por el Gobierno", señaló una de las
fuentes consultadas que no quiso revelar su nombre.
Lo cierto es que la reciente devaluación que llevó el dólar por enci
ma de los $ 29 es una inyección de competitividad para los produc
tores agrícolas que llega en un buen momento para tratar de com
pensar las pérdidas que generó la sequía del verano pasado.
La semana pasada las principales agroexportadoras nucleadas en
CIARA-CEC tuvieron un gesto con la Casa Rosada al anunciar que
durante el presente mes de junio liquidarán unos u$s 4.000 millones
totalizando u$s 10.000 millones en el primer semestre del año.
Por el momento todo está en etapa de análisis y discusión en el
seno de las entidades y es probable que si se impone la postura de
la línea flexible de dirigentes haya una presentación de una
propuesta oficial al Gobierno en los próximos días.
En el campo son conscientes que el oficialismo cuenta con un
arma
que genera mucho malestar en el sector vinculada a la posibilidad
concreta de que el Ministerio de Agroindustria vuelva al rango de
Secretaría, algo que todavía no está descartado.