El intendente del Partido de La Costa, Juan de Jesús, expresa su profundo dolor ante la partida del Papa Francisco, quien hasta su último día transmitió su misión de amor, esperanza y lucha por un mundo más humano.
Ayer mismo bendijo a Roma y al mundo, recorriendo y abrazando a miles de fieles en la Plaza San Pedro. Hoy, cansado de tanto luchar, eligió partir a un lugar de paz.
Francisco defendió con coraje a los humildes, a los niños, a los migrantes, a las mujeres, a los abuelos y a los jóvenes frente a las garras del capitalismo salvaje. Rogó siempre por una humanidad más justa, más fraterna.
Amó profundamente a su Argentina. Sin embargo, la mezquindad política y la perversidad de muchos impidieron su regreso, privándonos a tantos argentinos de emocionarnos junto a él y recibir su abrazo fraterno.
Algunos utilizaron incluso su figura para alimentar el odio y sacar provecho político. Así estamos. Pero su legado trasciende esas miserias: su mensaje quedará como guía para quienes seguimos creyendo en un mundo con lugar para todos.

Por todo esto, el intendente Juan de Jesús
ha decretado tres días de duelo en el Parti
do de La Costa. Elevamos oraciones por
su descanso y por la paz en el mundo.
Su legado y su historia: un repaso por la
vida de Francisco, el Papa argentino que
conmovió al mundo
Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos
Aires el 17 de diciembre de 1936. Ingresó
a la Compañía de Jesús en 1958 y fue or
denado sacerdote el 13 de diciembre de
1969. Su vocación, marcada por la senci
llez, la cercanía con los más humildes y
una profunda espiritualidad, lo llevó a
ocupar distintos cargos pastorales y aca
démicos hasta ser designado arzobispo
de Buenos Aires en 1998.
En 2001, el Papa Juan Pablo II lo nombró
cardenal. Desde entonces, su figura se
destacó por su compromiso con los po
bres y su estilo de vida austero, cualida
des que se profundizaron aún más tras
su elección como Sumo Pontífice.
El 13 de marzo de 2013 fue elegido Papa,
convirtiéndose en el primer pontífice
latinoamericano y jesuita de la historia
. Eligió el nombre Francisco en honor a
San Francisco de Asís, símbolo de hu
mildad, servicio y cuidado por los más
desprotegidos y la naturaleza.
Durante más de una década de pontifi
cado, Francisco fue una voz firme en
defensa de la paz, el diálogo interreli
gioso y la justicia social. Denunció con
fuerza los efectos del capitalismo sal
vaje, pidió por los migrantes, las vícti
mas de la trata, los excluidos y los des
cartados del mundo. Su encíclica Lau
dato si’, sobre el cuidado del planeta,
marcó un hito en la Iglesia y en la con
ciencia ambiental global.

Aún en sus últimos días, mantuvo viva
su misión: el día anterior a su falleci
miento, recorrió y bendijo a miles de
fieles en la Plaza San Pedro.
Su legado permanecerá como un faro
espiritual y humano en un tiempo de
crisis global. Desde su fe profunda,
Francisco nos dejó un mensaje que
trasciende fronteras: no hay paz sin
justicia, ni humanidad sin compasión.