El ministro de Economía deberá correr a contrarreloj para tomar medidas con el dólar que frenen la caída de las reservas. Pero desde que asumió en el gobierno se movió con mucha parsimonia para resolver los temas que estudian en su equipo. Arrastra una historia de dudas y baja ejecutividad en la gestión.
Kicillof corre contra el tiempo para implementar medidas con el dólar que permitan frenar el drenaje de reservas del Banco Central y la historia reciente no lo ayuda. cada vez que debió enfrentar decisiones complejas desde lo técnico se enredó en dudas y análisis eternos, que terminaron quedando a medio camino, como sucedió cuando luego de meses de estudios anunció con bombos y platillos un nuevo esquema para el mercado eléctrico, que nunca salió a la luz.
Pero ahora los desafíos se multiplicaron. El flamante ministro de Economía, que ahora manejará la Secretaría de Comercio tras la salida de Guillermo Moreno, deberá lidiar no sólo con decisiones para paliar la escasez de divisas sino también con los temas que manejaba el ex funcionario, como la administración de las declaraciones juradas para importaciones (DJAI) y los controles de precios que acordaba de palabra con empresarios, que ya aclaró que va a mantener.
Entre los analistas, creen que el ascenso de Kicillof al Palacio de Hacienda traerá algunas modificaciones, pero el margen de acción es acotado como para dar un giro brusco y revertir las medidas que venía impulsando Moreno. Aunque deberá encontrar -y rápido- algún atajo que evite a la Argentina las sanciones que podría aplicarle la Organización Mundial de Comercio (OMC) donde acumula decenas de denuncias.
Sin embargo, la mayor urgencia es el derenaje feroz de reservas. Los economistas coinciden en que al ritmo de caída actual, el gobierno no podría llegar al 2015 sin atravesar una crisis cambiaria.
De manera que de aquí al final de mandato de Cristina “buscarán recomponer reservas, o al menos frenar la velocidad a la que venían cayendo”, explicó Juan Pablo Paladino, de Ecolatina. “El gobierno ha demostrado una elevada capacidad de reacción”, confían en la consultora. La intención está clara, la pregunta es si el ministro cuenta con los reflejos y la capacidadd e decisión que exige el momento. De hecho ya pasaron cinco días desde que se conoció su designación y todavía no hay una sola medida para atender la crisis.
“Es probable que veamos un movimiento en la dirección correcta, aunque es imposible saber si ocurrirá a tiempo y en la dosis adecuada”, escribió el economista Nicolás Dujovne esta semana en La Nación. “El ataque sobre las reservas no cesará hasta que se produzca una combinación de un ajuste en el tipo de cambio y una moderación en el ritmo de expansión de la oferta monetaria”, opinó el analista.
Kicillof no es el funcionario más dinámico a la hora de tomar decisiones y además los que lo conocen comentan que suele ser sagaz para destectar el origen d elos problemas y a veces acierta con las posibles soluciones, pero usualmente evalúa mal los tiempos. Ya tiene un antecedente concreto: YPF. Kicillof le planteó a Cristina que la expropiación de la petrolera permitiría paliar el déficit energético y le puso un plazo a su diagnóstico. Nicolás Arceo y Augusto Costa, dos hombres de su estrecha confianza, le cuestionaron a Axel los tiempos que le vendió a la Presidenta, que finalmente no se cumplieron: recién ahora, un año y medio después, YPF empezó a dar sus frutos y logró incrementar su producción, la inversión y sus ganancias, aunque el prometido autoabastecimiento continúa muy lejos de la mano.
La agenda de Kicillof
“Estamos expectantes”, comentó a LPO Miguel Ponce, de la Cámara de Importadores(CIRA), sobre la designación de Costa como reemplazante de Moreno, que pone un interrogante sobre cómo evolucionarán las trabas al comercio.
“Necesitamos que rápidamente se resuelvan temas pendientes de demoras. Nuestro pedido de máxima es la derogación de las DJAI, la de mínima, es que si se mantienen venga otra calidad de gestión, que se aceleren aprobaciones y se aclaren los criterios”, sostuvo el gerente de la entidad.
“Que se achiquen las discrecionalidades, que las licencias se hagan predecibles”, pidió. “En el último tiempo se le había ido de las manos a Moreno, que pasó de procesar 3000 a 5800 por día”, contaron desde Cira.
Sin embargo, algunos economistas sostienen que las trabas a las importaciones podrían llegar a agudizarse, durante el período de “transición” entre Moreno y Costa. Pero esa estrategia también tiene sus límites: la Argentina se enfrenta a sanciones por parte de la OMC, y a agudizar las ya de por sí tensas relaciones con Brasil.
Lo cierto es que Cristina les pidió a Kicillof y su equipo a que mantengan el superávit. Y es que si las importaciones se liberan, podría desaparecer el superávit comercial, porque el año que viene bajaría el precio las exportaciones y las cantidades se mantendrían estancadas, con lo que los dólares que entran por esa vía bajarían un 1 ó 2 por ciento, calculan en la consultora fundad por Roberto Lavagna.
Ricardo Delgado, de la consultora Analytica, subrayó que con la salida de Moreno se abre una posibilidad de hacer una política de comercio más racional.
“Seguramente el manejo de las importaciones sea más prolijo”, agregó por su parte Paladino.
Acuerdo de precios y dólar
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, confirmó hoy que seguirán los acuerdos de precios. “No tiene por qué haber una estampida inflacionaria”, analizó Delgado.
"Con una devaluación que tendrá un piso del 35%, los ajustes se darán por el lado de las paritarias, y para eso se necesitarán acuerdos de precios", vaticinó Paladino.
En Ecolatina creen que el gobierno combinará una serie de propuestas que tienen sobre la mesa: una salida a los mercados para tomar deuda, y así aguantar hasta el 2015 sin corregir el tipo de cambio de manera brusca. La otra es pautar mini devaluaciones diarias, aunque con eso se corre el riesgo de que los exportadores sigan reteniendo la cosecha, a la espera de un dólar más rentable.
También podría haber un aumento de las restricciones a los consumos que drenan reservas, como propuso el gobierno con el proyecto que envió hoy al Congreso para aumentar el arancel a los autos importados.
Por otro lado, un desdoblamiento no parece viable porque el FMI prohíbe este tipo de esquemas cambiarios. Y tiraría por tierra el acercamiento que está buscando el gobierno con la creación de un nuevo índice de precios más creíble.
“La economía ya no tiene margen para seguir atrasando el tipo de cambio”, comentaron en Ecolatina.
“Hay espacio para hacer correcciones, pero no se va a volver al esquema del 2002 al 2007", descartó Delgado.
“Debería moderar la política monetaria retirando pesos y provocando suba en las tasas de interés”, recomendó por su parte Dujovne. Siempre y cuando busquen moderar la inflación, que podría agudizarse con una aceleración de la devaluación y una baja en los subsidios a los servicios públicos.
Ayer, Kicillof insinuó que habría cambios en el esquema de subsidios. En su equipo tampoco descartan subas graduales en la tasa de interés, aunque eso quedará en manos del nuevo titular del Banco Central, Juan Carlos Fábrega.
Pero ahora los desafíos se multiplicaron. El flamante ministro de Economía, que ahora manejará la Secretaría de Comercio tras la salida de Guillermo Moreno, deberá lidiar no sólo con decisiones para paliar la escasez de divisas sino también con los temas que manejaba el ex funcionario, como la administración de las declaraciones juradas para importaciones (DJAI) y los controles de precios que acordaba de palabra con empresarios, que ya aclaró que va a mantener.
Entre los analistas, creen que el ascenso de Kicillof al Palacio de Hacienda traerá algunas modificaciones, pero el margen de acción es acotado como para dar un giro brusco y revertir las medidas que venía impulsando Moreno. Aunque deberá encontrar -y rápido- algún atajo que evite a la Argentina las sanciones que podría aplicarle la Organización Mundial de Comercio (OMC) donde acumula decenas de denuncias.
Sin embargo, la mayor urgencia es el derenaje feroz de reservas. Los economistas coinciden en que al ritmo de caída actual, el gobierno no podría llegar al 2015 sin atravesar una crisis cambiaria.
De manera que de aquí al final de mandato de Cristina “buscarán recomponer reservas, o al menos frenar la velocidad a la que venían cayendo”, explicó Juan Pablo Paladino, de Ecolatina. “El gobierno ha demostrado una elevada capacidad de reacción”, confían en la consultora. La intención está clara, la pregunta es si el ministro cuenta con los reflejos y la capacidadd e decisión que exige el momento. De hecho ya pasaron cinco días desde que se conoció su designación y todavía no hay una sola medida para atender la crisis.
“Es probable que veamos un movimiento en la dirección correcta, aunque es imposible saber si ocurrirá a tiempo y en la dosis adecuada”, escribió el economista Nicolás Dujovne esta semana en La Nación. “El ataque sobre las reservas no cesará hasta que se produzca una combinación de un ajuste en el tipo de cambio y una moderación en el ritmo de expansión de la oferta monetaria”, opinó el analista.
Kicillof no es el funcionario más dinámico a la hora de tomar decisiones y además los que lo conocen comentan que suele ser sagaz para destectar el origen d elos problemas y a veces acierta con las posibles soluciones, pero usualmente evalúa mal los tiempos. Ya tiene un antecedente concreto: YPF. Kicillof le planteó a Cristina que la expropiación de la petrolera permitiría paliar el déficit energético y le puso un plazo a su diagnóstico. Nicolás Arceo y Augusto Costa, dos hombres de su estrecha confianza, le cuestionaron a Axel los tiempos que le vendió a la Presidenta, que finalmente no se cumplieron: recién ahora, un año y medio después, YPF empezó a dar sus frutos y logró incrementar su producción, la inversión y sus ganancias, aunque el prometido autoabastecimiento continúa muy lejos de la mano.
La agenda de Kicillof
“Estamos expectantes”, comentó a LPO Miguel Ponce, de la Cámara de Importadores(CIRA), sobre la designación de Costa como reemplazante de Moreno, que pone un interrogante sobre cómo evolucionarán las trabas al comercio.
“Necesitamos que rápidamente se resuelvan temas pendientes de demoras. Nuestro pedido de máxima es la derogación de las DJAI, la de mínima, es que si se mantienen venga otra calidad de gestión, que se aceleren aprobaciones y se aclaren los criterios”, sostuvo el gerente de la entidad.
“Que se achiquen las discrecionalidades, que las licencias se hagan predecibles”, pidió. “En el último tiempo se le había ido de las manos a Moreno, que pasó de procesar 3000 a 5800 por día”, contaron desde Cira.
Sin embargo, algunos economistas sostienen que las trabas a las importaciones podrían llegar a agudizarse, durante el período de “transición” entre Moreno y Costa. Pero esa estrategia también tiene sus límites: la Argentina se enfrenta a sanciones por parte de la OMC, y a agudizar las ya de por sí tensas relaciones con Brasil.
Lo cierto es que Cristina les pidió a Kicillof y su equipo a que mantengan el superávit. Y es que si las importaciones se liberan, podría desaparecer el superávit comercial, porque el año que viene bajaría el precio las exportaciones y las cantidades se mantendrían estancadas, con lo que los dólares que entran por esa vía bajarían un 1 ó 2 por ciento, calculan en la consultora fundad por Roberto Lavagna.
Ricardo Delgado, de la consultora Analytica, subrayó que con la salida de Moreno se abre una posibilidad de hacer una política de comercio más racional.
“Seguramente el manejo de las importaciones sea más prolijo”, agregó por su parte Paladino.
Acuerdo de precios y dólar
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, confirmó hoy que seguirán los acuerdos de precios. “No tiene por qué haber una estampida inflacionaria”, analizó Delgado.
"Con una devaluación que tendrá un piso del 35%, los ajustes se darán por el lado de las paritarias, y para eso se necesitarán acuerdos de precios", vaticinó Paladino.
En Ecolatina creen que el gobierno combinará una serie de propuestas que tienen sobre la mesa: una salida a los mercados para tomar deuda, y así aguantar hasta el 2015 sin corregir el tipo de cambio de manera brusca. La otra es pautar mini devaluaciones diarias, aunque con eso se corre el riesgo de que los exportadores sigan reteniendo la cosecha, a la espera de un dólar más rentable.
También podría haber un aumento de las restricciones a los consumos que drenan reservas, como propuso el gobierno con el proyecto que envió hoy al Congreso para aumentar el arancel a los autos importados.
Por otro lado, un desdoblamiento no parece viable porque el FMI prohíbe este tipo de esquemas cambiarios. Y tiraría por tierra el acercamiento que está buscando el gobierno con la creación de un nuevo índice de precios más creíble.
“La economía ya no tiene margen para seguir atrasando el tipo de cambio”, comentaron en Ecolatina.
“Hay espacio para hacer correcciones, pero no se va a volver al esquema del 2002 al 2007", descartó Delgado.
“Debería moderar la política monetaria retirando pesos y provocando suba en las tasas de interés”, recomendó por su parte Dujovne. Siempre y cuando busquen moderar la inflación, que podría agudizarse con una aceleración de la devaluación y una baja en los subsidios a los servicios públicos.
Ayer, Kicillof insinuó que habría cambios en el esquema de subsidios. En su equipo tampoco descartan subas graduales en la tasa de interés, aunque eso quedará en manos del nuevo titular del Banco Central, Juan Carlos Fábrega.