El Intendente de Dolores, Camilo Etchevarren, pretende instalar termas en la ciudad, mientras llueven reclamos de infraestructura. Compró tierras en un bajo inundable, no pasó la iniciativa por el Concejo Deliberante y ya licitó algunas obras. Una visión de futuro que niega el presente
"El sueño que teníamos de contar con aguas termales en nuestra ciudad ha comenzado a concretarse” dijo feliz y emocionado el intendente de la municipalidad de Dolores, Camilo Etchevarren, al momento de anunciar el llamado a licitación pública para la realización de la perforación del pozo termal. El sueño que desvive, supuestamente, a la población dolorense se basa en cimientos poco sólidos, o al menos, inundables. Es que detrás de la ambiciosa idea se disparan varios interrogantes y denuncias en contra del lugar en el que se van a desarrollar las obras. Las tierras del publicitado complejo que se va a construir son un bajo que sirve como desagote de la ciudad.
Sin embargo, ese no es el único ni el principal problema. Una buena proporción de la sociedad de Dolores está preocupada porque el mandatario parece haber perdido la brújula y las decisiones van en contra de las necesidades del poblado.
Es que además de impulsar las termas el Jefe comunal quiere construir
un museo de exploración de los descubrimientos geográficos en el que se reflejen “los descubrimientos de mares, ríos, desiertos, montañas, polos, aire y espacio” dijo el mandatario.
El Concejo Deliberante, por su parte, se entera por los diarios de las decisiones de Etchevarren.
Mientras tanto, otras cosas pasan en el distrito: referentes políticos señalan que
cerca del 40 por ciento de la población no está conectada a la red de agua, y que una cifra similar no cuenta con una conexión cloacal. Además, hay varios barrios humildes en donde la gente habita en viviendas precarias, sin posibilidad de acceso a un techo más digno, con calles de tierra y sin una luminaria adecuada. Mientras todo esto ocurre bajo el sol dolorense, el Intendente habla de “sueños termales” y “Museo de la Aventura”. Dos proyectos que lejos están de las necesidades básicas. “Tenemos prioridades mucho más importantes para la población como la salud y la seguridad. El hospital, en otros tiempos, funcionó de manera ejemplar. Aquel nosocomio ya no es el mismo ahora. El otro problema que va en aumento es el de la seguridad” enumera indignado Daniel Puliti, concejal del Peronismo Disidente.
Más agua, menos termas
“No llega a la mitad de la población la que tiene su casa conectada a la red de gas o de cloacas” dice el dirigente local Juan de Dios Iñiguez. Además, plantea que
“entre el 30 y el 35 por ciento de la población no está conectada a la red de agua potable. Un porcentaje similar tiene cañerías viejas, de las cuales hay que hacer un relevamiento y ver cuáles están en estado, porque cuando se les da presión de agua se revientan”.
Tampoco circula un torrente necesario y tiene una explicación: el acueducto que viene de Ayacucho es deficiente porque está dañado y, además, la Comuna aún no ha puesto en funcionamiento las bombas que extraen líquido subterráneo.
A esta situación se le suma otro hecho aun más preocupante: el agua que circula por la red está bajo investigación, se intenta definir si está contaminada.
“La toma de agua de Dolores, de donde se extrae el 80 por ciento que toma la ciudad, proviene del canal Nueve, que viene desde el centro de la provincia, de la zona de Olavarría. Este conducto arrastra todos los agroquímicos que vienen de los campos del centro de la Provincia, no sabemos que estamos tomando” dice Puliti, que además de su función legislativa es médico.
Además agrega que “del otro lado de la ciudad hay una planta de desechos cloacales a cielo abierto y la eliminación de eso va a parar al canal A, el cual provee al resto de los campos que van hacia la costa y que, de esta forma, es contaminado por la propia población de Dolores”.
Y no son los únicos problemas: un reconocido vecino de la ciudad, que prefirió no ser identificado, sostuvo que
“los planes de vivienda que ha hecho el municipio son inaccesibles. Hay planes que se pagan $ 3.000, ningún obrero o municipal pueden pagar esas tarifas. Es una aberración invertir millones de pesos en hacer esta obra”.
Desde la oposición denuncian otra situación: “Etchevarren declaró de interés público el gas, por lo que la empresa cobra sí o sí a los frentistas por el entubamiento de la calle, por lo que estos vecinos pagan la red dos veces: cuando pasa el caño y después cuando entra a la casa” sostiene Iñiguez.
Los sueños de Etchevarren
“No tengo dudas de que por los cincuenta años que vienen, Dolores va a ser otra ciudad por este proyecto, un megaproyecto magnífico”. Así imagina la ciudad del mañana el Intendente de hoy. Las palabras son seductoras y quien lo escuche sólo puede imaginar prosperidad. Sin embargo, esta localidad que vive un presente distinto, deberá remar mucho para poder llegar a concretar ese proyecto. Y lamentablemente, cuando se dice remar no es por una metáfora: las tierras en donde se están proyectando las termas son un bajo en las afueras de la ciudad que cada vez que llueve se transforma en el desagüe natural del casco urbano.
“Es un bajo, no se puede hacer ahí un complejo termal. Eso hay que rellenarlo por lo menos 2 metros, va a salir una fortuna” dice irritado el diputado provincial Ramiro Gutiérrez.
“Es el peor negocio para la municipalidad de Dolores y los bonaerenses. Ni siquiera se hizo un estudio ambiental antes de comprarlo sobre la posibilidad de que las aguas allí existen fueran termales y tuvieran los minerales necesarios para hacer los tratamientos terapéuticos” continúa el legislador.
El terreno de 35 hectáreas que adquirió la Comuna es inundable, por lo que para poder construir un complejo de la envergadura que el proyecto necesita, deberán invertirse varios cientos de miles de pesos para elevar el nivel de los terrenos. Por ahora, toda el agua de escurrimiento de la ciudad va hacia ese sector.
Seis meses atrás, con diez votos favorables y cuatro en contra, el Concejo Deliberante aprobó la autorización para buscar las tierras para concretar el proyecto.
“Hubo problema de escrituras, eso quedó todo en el aire. No tenemos ningún otro dato, porque eso lo maneja todo el ejecutivo. Los papeles de esas tierras y todo lo que es relacionado a ese tema no volvió nunca más al HCD” dice Puliti, quien votó negativamente ante la petición de Etchevarren.
El “soñador” líder de Dolores anunció que la obra saldrá 500 mil dólares, incluyendo los 20 mil pesos que le costó el estudio geotérmico que mandó a realizar en el subsuelo, después de haber adquirido las tierras.
Mientras que ya hay una empresa que ganó una licitación y trabaja en la perforación del suelo, desde el Concejo reclaman que “lo único que sabemos es por las manifestaciones a través de los periódicos que hizo el Intendente. No tenemos la menor idea de cómo se hicieron las licitaciones, aún no pasaron por aquí” sostiene un edil de la oposición.
Tanto soñar Etchevarren, se está olvidando, cuando está despierto, de enviar los proyectos y licitaciones al cuerpo deliberativo local, en donde se deben aprobar las operaciones que hace el Ejecutivo. Por ahora, Etchevarren sigue timoneando mientras más de uno busca una brújula.