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En las últimas semanas se registraron nacimientos de estos animales en
Mar de Ajó, Villa Gesell y Mar Chiquita. Las recomendaciones de Fundación
Mundo Marino.
“No es común que en estos momentos, que es cuando se da el pico de na
cimientos en nuestra Patagonia, tengamos el privilegio aquí en el Partido
de la Costa de presenciar el nacimiento de un elefante marino”, indicó ex
plicó Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Res
cate de la Fundación Mundo Marino.
Respecto a las posibles causas que podrían originar este fenómeno, Ro
dríguez Heredia aclaró que “es difícil determinar hoy una única causa, pe
ro a modo de posible hipótesis podría estar relacionado con la elevada
mortalidad de cachorros, animales adultos y subadultos de esta especie
en Península Valdés durante 2023, a raíz de la influenza aviar. También
podría tratarse de hembras primerizas que, en su migración hacia el sur
tes marinos del sur que osciló entre un 56% y un 74% en la Península Valdés.
Más allá de la sorpresa de los especialistas por estos 3 casos de nacimien
tos de elefantes marinos del sur en la Costa Atlántica bonaerense, la Fun
dación Mundo Marino aprovechó la ocasión para alertar sobre la importan
cia de respetar y no molestar a estos animales para que el proceso de ama
mantamiento y crianza pueda culminar con éxito.
“Es fundamental no molestar a estas hembras para que puedan desarro
llar de modo normal el ciclo de crianza de sus cachorros que durará en
tre 20 y 23 días. Si la madre llegara a sentir algún tipo de amenaza ocasio
nada sea por personas o mascotas, existe el riesgo de que decida volver
al mar, interrumpir el proceso de amamantamiento y abandonar el cacho
rro. De toda la comunidad depende que este proceso culmine con un
final feliz”, explicó Rodríguez Heredia, quien se encuentra participando
junto a su equipo, del operativo de monitoreo en Mar de Ajó.
Tanto en Mar de Ajó como en Villa Gesell y Mar Chiquita, los animales es
tán siendo monitoreados por el equipo de guardaparques y técnicos del
Sistema de Áreas Naturales Protegidas y por la Red de Rescate de Fauna
Marina, ambas dependientes del Ministerio de Ambiente de la Provincia
de Buenos Aires. También la Fundación Rescate Verdemar y la Dirección
de Zoonosis, de Villa Gesell, están colaborando con el monitoreo, así co
mo el Grupo de Rescate de Fauna Silvestre, Bomberos Voluntarios y Defen
sa Civil del Partido de la Costa, y Prefectura Naval Argentina.
Acerca del elefante marino del sur
Su nombre científico es Mirounga leonina y pertenece a la familia de los
fócidos o focas. Como ocurre con el resto de los pinnipedos es una es
pecie polígama y paren una cría al año. A diferencia de los otáridos (lo
bos marinos) que pueden retraer sus miembros posteriores o aletas
para desplazarse, las focas llevan adelante su locomoción reptando
con el vientre. Otra diferencia entre los lobos marinos y las focas es
que las segundos no poseen pabellón auricular detrás de sus ojos.
Los machos pueden medir hasta 5 metros de longitud y pesar hasta 6
toneladas. Las hembras, en cambio, poseen un promedio de 2,5 metros
de largo y un peso cercano a la tonelada. Este diformismo sexual, en
donde los machos son de mayor tamaño que las hembras, es común tam
bién a otras especies de pinnípedos. Por su parte, la característica anató
mica en los machos es su probóscide (trompa), la cual completa su desa
rrollo a los 8 años de edad.
Gran parte de su vida la pasan en agua alternando con períodos en tierra
para descansar, mudar su pelaje y reproducirse. Su zona de distribución
ería continental del mundo, siendo las restantes en territorio insular.
Los nacimientos suelen concentrarse durante la primera semana de octu
bre en esa región y durante el proceso de amamantamiento las hembras per
manecen en ayunas y se dedican exclusivamente a la crianza. Los cacho
rros al nacer tienen un peso promedio de 30 a 45 kilos y aumentan entre
5 y 6 kilos por día, alimentándose solamente de la leche de la madre.
La muda del pelaje de los cachorros que, al nacer es de color negro y lue
go se torna de un gris claro, se produce a partir de los 10 días de vida.
Transcurridos entre 20 y 23 días, las madres retornan al mar y los cacho
rros pueden permanecer en tierra y en ayuno entre uno y tres meses. Fina
lizado ese período ingresarán al mar para buscar su primer alimento sólido.