El ministro de Seguridad rechazó los rumores que hablan de su renuncia para volver a Ezeiza. Hizo un profundo cambio de Gabinete, que le dio aún más poder a la Policía bonaerense y puso como eje la relación con los intendentes. La pelea por más fondos.
El ministro de Seguridad, Alejandro Granados.
El ministro de Seguridad, Alejandro Granados, pegó un volantazo pasadas las elecciones para dejar en claro que vino para quedarse, frente a los rumores alentados por la oposición
–incluida su hermana la senadora massista-. Por eso, ayer terminó de delinear la nueva estructura del Ministerio de Seguridad, que tiene un denominador común: Poner en los lugares más importantes a dirigentes de buena relación con los intendentes.
Granados armó un gabinete muy político, pero también le dio generosos márgenes de poder a la Policía bonaerense. La prioridad e la gestión ahora será conseguir los recursos necesarios para modernizar la fuerza.
La primera decisión que tomó apuntó a revalorizar a la Policía, sellando su alianza con flamante superintendente Hugo Matzkin, otorgándole la cuarta estrella de comisario general y un despacho casi pegado al suyo.
Matzkin tiene ahora línea directa con Granados, cuando en la gestión de Ricardo Casal dependía de un subsecretario. Granados se comprometió además a conseguir recursos para el equipamiento de la fuerza y el aumento de la cantidad de efectivos, así como una mejora de la situación de todos los integrantes de la Bonaerense. Es la pelea más dura que le espera.
“Vine para quedarme, es verso eso que me voy a ir”, le confesó días atrás a un poderosos intendente de la Tercera Sección Electoral. Su obsesión de hecho es darle más vuelo político al ministerio, para poder atar una alianza sólida con sus pares.
El mismo se hace llamar “Intendente” por los empelados y funcionarios del palacio de 51 y 2. Desde el primer día de gestión entabló reuniones permanentes con los jefes comunales y sus funcionarios del área de seguridad.
Y para reforzar ese vínculo acaba de nombrar al ex secretario de Gobierno de Ezeiza, Fernando Jantus, como subsecretario de Relaciones Institucionales. Se trata acaso de su hombre de mayor confianza y su tarea será asistir a los intendentes en todo lo que necesiten con la mira en lograr una recuperación en el delicado tema de la inseguridad para el 2015, como le pidió el propio Scioli, que cifra buena parte de sus aspiraciones presidenciales en lograr resultados palpables en este tema.
Granados completó la grilla de cambios con Osvaldo Zanotti al frente de la subsecretaría de Legal y Técnica; Esteban Carrillo en la subsecretaría de Logistica y Coordinación y Raúl Fernández al frente de la Jefatura de Gabinete del Ministerio. Fernández es otro viejo conocido de los intendentes y fue quien trabajó en su momento con Duhalde la división de los municipios.
La pelea por los fondosPara ello, Granados depositó las esperanzas en el nuevo presupuesto que plantea una nueva alícuota en el impuesto inmobiliario destinada específicamente para obtener recursos para la seguridad, como ya lo hacen algunos intendentes en su distrito (caso Ezeiza, justamente).
Este es precisamente uno de los principales argumentos de la oposición para rechazar el nuevo tributo y hasta ahora el gobernador, Daniel Scioli, no ha conseguido cerrar el presupuesto, mientras la negociación en la Legislatura provincial se enrarece minuto a minuto.
La otra iniciativa fue anticipa en exclusiva por LPO. Días atrás, frente a la mesa de seguridad rural, Granados le blanqueó a los dirigentes del campo que espera que Cristina le permita vía decreto o proyecto de ley, una modificación al Fondo Sojero para que los intendentes puedan destinar al área de seguridad parte de esos recursos, que hoy –por ley- están atados a obras de infraestructura social
.