Certezas e interrogantes del proceso electoral.
El próximo miércoles 12 vence el plazo para la inscripción en la Justicia Nacional Electoral de las alianzas o adhesiones para participar de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Diez días después, el sábado 22, en medio del fin de semana largo, deberán presentarse las listas. Muchos transmiten la idea de que la semana próxima será muy importante para saber el comportamiento de algunos dirigentes. Lo cierto es que muchos pueden optar por inscribir su fuerza política y luego no presentar candidatos. Quizás el distrito que más inquietud despierta es el bonaerense y cómo se van moviendo las piezas, particularmente dentro del Frente para la Victoria. No es fácil saber si habrá internas o si las distintas fuerzas aceptarán a los candidatos propuestos por la Presidenta. En ese sentido, hay varios nombres en danza. Aunque todos esperan el visto bueno de Cristina, entre los nombres más mencionados para encabezar la lista de Diputados nacionales están Alicia Kirchner, Florencio Randazzo, Julián Domínguez y también Aníbal Fernández. Pero lo que puede cambiar el escenario, más allá de esos nombres, es la actitud que puedan tomar tanto Daniel Scioli como Sergio Massa.
En cuanto al gobernador bonaerense, en la semana que termina sintió como un triunfo propio el fin del conflicto docente. La propuesta salarial que finalmente aceptaron los gremios surge de sus propios fondos. Scioli, además, ya firmó el resto de las paritarias de la provincia (judiciales, salud) así como los aumentos para fuerzas de seguridad. También garantizó el pago completo del aguinaldo en junio. La resolución de ese frente la hizo tomando la precaución de no levantar ni una sola vez la voz contra la Casa Rosada y desestimando que los dirigentes gremiales docentes hayan estado estimulados al conflicto por sectores cercanos a Cristina. En lo que Scioli no cede es en su decisión de dar entrevistas a Clarín o a medios del grupo en momentos donde la cuerda está muy tensada entre la Casa Rosada y los medios de Héctor Magnetto.
El otro punto de tensión entre el kirchnerismo y Scioli es la relación de este último con las fuerzas de Francisco de Narváez, entre quienes milita su hermano José. Precisamente De Narváez será seguramente quien encabece la lista de las fuerzas del peronismo de derecha que intentará repetir una buena elección. En 2009, con la lista anotada como Unión Celeste y Blanca obtuvo 34,5% de los votos. En aquel entonces, tenía una alianza con Mauricio Macri que está completamente rota y también contaba con el ex gobernador Felipe Solá, quien mudó sus preferencias al espacio liderado por Sergio Massa en el espacio llamado Frente Renovador.
Es difícil saber si el buen trato que le dispensa De Narváez a Scioli va a tener mejor destino que sus relaciones, cuatro años atrás, con Macri y Solá. Es evidente que De Narváez no construye una alternativa política sino que su capacidad consiste en armar algún frente electoral eficaz. Scioli, en cambio, ha dado sobradas muestras de tener ambiciones propias y de largo plazo pero respetando sus acuerdos.
En cuanto a Massa, es sabido que Néstor Kirchner estalló en cólera en junio de 2009 cuando vio los resultados de los comicios en el distrito de Tigre. Kirchner interpretó que Massa no había cumplido con el compromiso de la candidatura testimonial. Pasados los años, todo el mundo habla bien de su gestión al frente del municipio. Supo promover espectáculos que le dieron visibilidad, como la llegada del tenista Roger Federer o los conciertos de Carnaval en el río. Además, fue hilvanando relaciones con intendentes bonaerenses de distinta procedencia: desde José Eseverri de Olavarría –que llega del viejo tronco radical– hasta peronistas tradicionales como Luis Acuña (Hurlingham), Carlos Selva (Mercedes) y Humberto Zúccaro (Pilar), pasando por Gabriel Katopodis (San Martín), con un perfil más académico.
De ahora al 22 de junio, los escenarios dentro del kirchnerismo y sus aliados –especialmente Massa y Scioli– no son tantos. Una posibilidad es que Massa decida presentarse a internas. Eso no parece muy probable, pese a que algunos de sus interlocutores lo alientan a eso. Significaría un problema para buena parte de su base electoral que lo ve cerca de la Presidenta. Así se lo indican algunos de los estudios de opinión pública encargados por el mismo Massa. La gran pregunta es si a la hora de las listas, la Casa Rosada tendrá en cuenta el mentado caudal electoral del intendente de Tigre. En caso de que Massa quedara conforme con las listas, sin dudas, su apoyo político sería un punto importante a favor del kirchnerismo. Pero, claro, sería un apoyo sin participación directa, guardando su imagen para una posible candidatura presidencial en el lejanísimo 2015.
En caso de ir a internas, escenario difícil, Massa estaría acelerando una disputa con Cristina con el riesgo de convertirse en un factor de fricción y no de unidad. La política es bastante imprevisible y no siempre obedece a razones surgidas del frío laboratorio. Para el Gobierno, no es lo mismo depositar la confianza en Randazzo o Alicia Kirchner, por citar dos casos de líderes muy cercanos a Cristina, que poner las fichas en acuerdos con Scioli o con Massa. Ambos tienen juego propio. Con el gobernador, las fricciones fueron patentes por parte de la Casa Rosada. Scioli contesta con su mensaje de paz pero, al mismo tiempo, despliega sus vínculos con interlocutores que inquietan al Gobierno Nacional, especialmente con medios comoClarín y La Nación.
Massa tiene conductas también muy civilizadas, pero no tiene problemas en sacarse una foto con Roberto Lavagna, quien se distanció de Macri más por impericia política que por desacuerdos de fondo con el líder del PRO.
La Corte Suprema. Otro frente de difícil pronóstico es el de cómo fallará la Corte Suprema de Justicia cuando le llegue el primer caso de medida cautelar contra la ley de elección de consejeros para el Consejo de la Magistratura. En una recepción con periodistas, el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, aseguró que el máximo tribunal se iba a expedir "de inmediato" una vez que le llegara "un caso". Basta entrar en la página del Centro de Información Judicial, supervisada por el mismo Lorenzetti, para ver la importancia que adquiere el tema para la Corte. En la portada se anuncian los fallos completos de la jueza federal de San Martín, Martina Forns; del juez en lo Contencioso Administrativo del Fuero Federal Esteban Furnari; del juez Federal de La Plata, Esteban Fornari; el de la jueza en lo Correccional de Campana, Raquel Slotolow, y el del juez en lo Contencioso Enrique Lavié Pico, por dos casos. Es decir, es posible que antes del 22, cuando podrían conocerse algunas definiciones interesantes en materia de alianzas, la Corte podría dictaminar que la elección de consejeros por voto popular es "no constitucional", por usar una frase que resuena en los oídos de muchos argentinos. Ahora bien, podría desatarse una turbulencia que derivara –por supuesto esto es pura especulación, pero con cierta lógica– en la suspensión de las PASO. Más de uno respiraría tranquilo. Incluso dentro de quienes son fervientes defensores de la elección de consejeros.
Lo que no se escuchó en boca de Lorenzetti –ni de los ministros de la Corte– es esta teoría de que el Poder Judicial es "el poder controlante" o, más jugado aún, "el contrapoder".
Ciertos sectores opositores sin chances electorales pero con muchísima prensa destinan largos minutos de aburrimiento a las audiencias recordando jurisprudencia en la que la Corte apareció como una especie de laboratorio de constitucionalidad pura. Esos voceros de la pata civil de los golpes de Estado no recuerdan las historias tenebrosas surgidas por el máximo organismo de Justicia con motivo, por ejemplo, de la llamada "doctrina de los gobiernos de facto", la que permitió alegremente que las leyes argentinas sean una sucesión de normas votadas por el Poder Legislativo (durante años con proscripción del peronismo) y una serie de decretos de dictaduras que su primer acto era congelar la Constitución.
El presidente de la Corte también tiene buenas relaciones con los medios que la Casa Rosada sufre a diario. Eso es materia discutible, al menos a juicio de este cronista, ya que una cosa son las empresas periodísticas con negocios y posiciones ideológicas y otra cosa es la publicación de noticias. Es evidente que más de un kirchnerista toma como una cuestión de principios no dialogar o dar entrevistas a La Nación o Clarín. Tan evidente como los niveles de distorsión de esos medios para con el Gobierno. La diferencia es que ningún funcionario tiene obligación de salir por determinado medio y ningún medio tiene derecho a desinformar o mentir.
Pero el caso con la Corte sale de la pelea de todos los días. La Corte tendrá que fallar, antes de fin de año, sobre el tema de fondo de la adecuación del Grupo Clarín a la ley de medios. Y todavía es difícil prever que el fallo será sencillamente a favor de la constitucionalidad. Una decisión de ese tipo sería un cachetazo no a este gobierno, no a un tema mundano como es el periodismo, sino que resultaría un alineamiento de la Corte con un poder fáctico y no con los otros dos poderes constitucionales.
Primarias
Las PASO en Capital
La alianza de ocasión en la que Elisa Carrió, Pino Solanas, Victoria Donda, Ricardo Gil Lavedra, Graciela Ocaña, y algunos otros que pasadas las elecciones no tendrán nada que ver uno con el otro puede convertirse en la primera fuerza electoral en la ciudad de Buenos Aires. Cuando terminen las PASO, quizás se verifique lo que varios encuestadores miden: a ese disperso espacio concurrirán más votantes que al de la interna entre Gabriela Michetti y Roberto Lavagna.
Se da la curiosa situación de que el Frente para la Victoria aún no ha decidido si se abrirá paso a las PASO. Los encuestadores, kirchneristas y no kirchneristas, reconocen en Daniel Filmus una buena intención de voto. Sin embargo, hay otros dirigentes del espacio oficialista con buena imagen. Por caso, Carlos Tomada, Jorge Taiana, Juan Cabandié, Mercedes Marcó del Pont, Aníbal Ibarra y Gabriela Cerruti.
Si las coincidencias y diferencias que tienen estos y otros se ventilaran en una elección abierta el FPV mostraría en las PASO una presencia interesante. En caso de no presentarse, los oficialistas de Mauricio Macri verán una mala noticia en el festejo de Pino Solanas y Elisa Carrió. ¿Pero el FpV tendría algo para festejar al final de las PASO si no se presenta?